Mordiditas「 Freenbecky 」

Quinta 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

—Freenky, vamos.— Freen jugaba con la piel de la nuca se su omega, ahora ella estaba marcando.— Freen, quiero más.

—¿Estás caliente, bebé? — Desliza sus manos de sus cabellos castaños a su cintura. Becky sentada en sus piernas se remueve por las cosquillas y ladea su cuello esperando más contacto.

—Sí.— Dice casi en un gemido.— Vamos... Ah... Al cuarto, Saro.

—Voy por condones, no te muevas.—Becky desesperada intenta quitarse los pantalones. Se siente mojado, caliente y no puede esperar por sentir las manos de Freen por todo su cuerpo. —Amor, tenemos un problema.— Dice Freen regresando y no queriendo ver la decepción de su caliente omega.

—Freen, rápido, te necesito.

Becky ya está recostada en el sillón. Solo su blusa casi desabotonada la cubre, y la alfa gime al ver esa imagen con miedo a ahora no poder complacerla.

—Amor... No podemos hacerlo.

—Eh... ¿No quieres?

—Claro que quiero.

—Entonces ven y compláceme, alfa.

La Becky coqueta ha salido, la que usa sus habilidades para seducir. Y Freen teme no poder contra su sexy chica casi desnuda en el sofá.

—No tenemos más condones.

—¿Cómo que no?

—Yo no soy la que ha estado caliente las últimas dos semanas.

—Estoy caliente ahora, Saro, puedes venir a solucionarlo.

—Amor, no hay condones. No lo haremos hoy.

—Puedes... No terminar adentro, vamos.— Esta vez se quita la blusa completamente, nada la cubre, y Freen siente un tirón en su entrepierna.

—omega tramposa, ¿recuerdas aquella vez?

—Oh, no lo menciones, no.— Dice escondiendo su cara en un almohadón.

—Era una posición muy incómoda, pero la linda omega quería sentir el nudo.

—Pero me voy a controlar, vamos, estoy mojada.

No, Freen no va a ceder ante ella, su omega es caliente y su alfa necesita complacerla, pero no hay condones, y así de cerca del celo... Simplemente es muy arriesgado.

—¿Controlarte? ¿A uno o dos días de tu celo? Bebé, También estoy excitada pero no soy estúpida.

Becky se vuelve a poner su blusa, solo abotonado dos botones y se levanta, solo así, tal vez dejando lo demás ahí adrede.

—¿A dónde vas, amor?.—Pregunta Freen divertida, viendo las largas piernas de su omega subir las escaleras y siguiéndola.

— Me voy a masturbar en el cuarto, incluso puedes venir si quieres.

—O puedo hacer algo mejor. —Becky se detiene a sabiendas de que le ha ganado.

—¿Lo vamos a hacer?

—No, amor. No hay condones.— Regresa a subir refunfuñando y suelta un chillido cuando siente las manos de Freen tomarla. —Pero puedo usar mis manos...

Becky junta sus labios emocionada y Freen baja sus manos a su esponjoso trasero, acercándose a su entrada y la oye jadear.

—También puedo usar mi boca, bebé.

Y no es mejor que tener dentro a Freen... Pero no está nada mal.