Sexta 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

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—Becca, tengo que ir a trabajar, amor.

Le dice la alfa muy a pesar porque tampoco quiere levantarse del la cómoda cama que comparten.

Están ahí, con las piernas enredadas y la mitad del cuerpo de Becky sobre su alfa, a pesar de que parezca una bonita escena, la cama es un desorden, pues el día anterior Becky se dedicó a hacer un nido. Su primer nido.

Suaves sábanas, fuertes brazos.

—No quiero que te vayas, no puedes.— El nido es una de las cosas más importantes que ha sucedido entre ellas. Jamás había hecho uno y Freen siente orgullo solo de pensar que lo comparte con ella. Becky jamás permitiría que alguien entrara ahí. Es suyo y de Freen, no sabe si en un futuro habrán cachorros corriendo por ahí, pero además ellas, nadie.— Mi nido, Saro. No puedes salir de aquí, no me dejes sola.

Becky es un omega dominante, pero como cualquier persona es vulnerable, muy pocas veces se deja ver así. Freen no tiene mucho tiempo conociendo a su chica, pero la conoce bien, lentamente y poco a poco, pero lo hace.

—Tú te puedes quedar aquí, bebé, solo iré a terminar unas cosas.— La intenta tranquilizar. — Volveré pronto, nadie entrará al nido.

—¿Qué va a pasar si el calor llega y no estás aquí?.— Pregunta sentándose sobre las piernas de la alfa.— Necesito a mi alfa. Te necesito, Saro.

—Bien, no llores, amor, tranquila.— Decidió después de ver esos almendrados y preciosos ojos lagrimear. —Llamaré a Char para avisarle. No tardo nada.

—Llama de aquí.

—Puedo llamar de aquí.—Cede, se estira para alcanzar su teléfono y decide mandar un mensaje. Llega una positiva en cuestión de segundos. —Ya está, pero tengo que levantarme a hacerte el desayuno.

—No tengo hambre.

—omega bonita, no te voy a dejar sin comer.

—Prefiero que me dejes sin comer a que me dejes sola.

—No tardaré más de 10 minutos.— El celo aún no llega, pero definitivamente llegará hoy o tal vez mañana. Becky se ve vulnerable ante eso. Siente que su piel arde si Freen no la toca, siente su zona íntima un poco húmeda y su cuerpo un poco desesperado. — ¿Te sientes mal, cariño?

—Creo que hoy va a empezar. — Freen suspira y sin siquiera notarlo pasa sus manos por su cabello, a ojos de cualquiera es un gesto de incomodidad. Becky lo nota. —Puedo... Ya sabes... Pasar este celo sola, amor, sí no estás segu...

—No. —Le corta. —Vamos a pasar el celo juntas. — la omega puede negarlo, pero escuchar a su alfa tan segura y dominante... Tal vez la calentó. — Es solo que... Hablé con Char, ¿Sabes?

—¿Sobre qué?

—La marca.

Becca sabe de qué habla. Ella misma tuvo la misma conversación con Gemini y Love.

—Saro, ¿Qué te dijo Charlotte?

—Que es más difícil de lo que creemos.— Le contesta. Y la abraza, el consuelo es más que nada para ella misma. —No sé qué hacer. Si no paso el celo contigo sufres, si lo paso contigo vas a sufrir cuando no te marque, o podría marcarte a la fuerza y yo...

—Alfa.—El omega de Becky está chillando dentro de ella. Le exige que consuele a su alfa, el dolor se siente como propio. —Jamás me vas a marcar a la fuerza porque quiero.—Le levanta el mentón y deja un beso sobre su sien.—Sí podemos esperar lo haremos. Pero no sentiré más que orgullo cuando tu marca esté en mi cuello.

—Pero yo... No lo planeamos así.

—Las cosas van a suceder cómo deben suceder si estás conmigo.

—Mi... Mi alfa... Nunca me dejó llorar frente a nadie.

—Mi omega está feliz. Quiere tu marca.

—¿Tú la quieres?

—Por supuesto. En el momento que esté aquí.—Dice señalando su cuello.— Será el momento ideal.

—Te adoro, omega preciosa. Ahora déjame ir a hacer almuerzo.

—Freenky...

—Necesito que comas bien para que rindas todo el celo...

—Agh, más vale que me canses.

—omega aprovechada.

Mordiditas「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora