Décimo tercera 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

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—Va a solucionarse, todo va a solucionarse, te lo prometo.

—No me prometas eso, Freen.

Le dice enderezándose un poco sobre el sillón. Freen estaba sentada a un lado de ella, los ojos de ambas dolían después de dejar las lágrimas fluir durante toda la noche anterior.

Freen no había querido volver a intentarlo. Freen no quería volver a enterrar sus caninos en el delicado cuello de su omega, solo se había dedicado a besarle y dejar que sus lágrimas también fluyeran desahogando sus miedos.

—¿Cuándo te he defraudado?. —pregunta no queriendo aceptar que la falsa mordida que se plantó en su cuello, aquella que no cicatrizó como debería aquella que se va a cerrar, aquella que no las une como alfa y omega, aquella es la primera y más grande decepción que le dio a su omega, y su corazón duele. Sufre. —Esta no será la excepción.

—¿Y si no hay arreglo?

—¿Qué quieres decir?

—¿Si no me puedes marcar? Si en mi cuello nunca estará una marca tuya.

—¿Cambiarán las cosas? —Pregunta la alfa neutra. —¿Eso cambiará las cosas?

Siente que puede escuchar sus corazón romperse. ¿Por qué les pasa eso a ellas? Ella podría vivir sin marcar a Becky. Para ella su amor por la omega es suficiente, no hay nada más preciado que Becky. ¿Qué si no es suficiente alfa para ella? ¿Qué si es la clara prueba de que Becky necesita alguien mejor?

—¿Qué vamos a hacer?

Insiste la omega, quien se siente pequeña ante el problema, quien se pregunta si es su culpa. ¿Será por la marca del cuello de Freen? ¿Le habrá hecho algo al alfa? ¿y si solo hay una marca, y está en el cuello de la alfa?

—¿A qué te refieres con qué vamos a hacer?. —Pregunta intentando mantener las lágrimas. —Qué va a pasar si no te puedo marcar.

—No lo sé, Freen. No lo sé...

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La alfa había salido de la casa, había salido hace 3 horas aproximadamente, y Becky no puede estar más desesperada. Siente su pecho oprimirse y tiene miedo.

Tiene miedo y también impotencia.

Freen tiene las llaves del vehículo en el que llegaron y la omega no conoce el lugar en que se encuentra, Freen podría salir en cualquier momento y ella no quiere que llegue y se espante si ella no está.

Pero no puede permitirse seguir sintiendo que la alfa no va a volver, y el coraje de que no conteste sus llamadas.

Sin querer analizarlo mucho toma una delgada chaqueta y sale, afuera no hace tanto frío, y siente que va a estar corriendo, así es que realmente no sé preocupa.

No sabe a dónde dirigirse, solo sabe que tiene que encontrarla.

Pocas veces ha visto a Freen triste.

Aquella vez, que un señor fue bastante grosero con ella y le dijo que era una inepta para la fotografía, los primeros días de abierto el local. Freen se preguntó si era cierto, si realmente había arriesgado demasiado al utilizar sus ahorros en aquellas cámaras profesionales y en permitirle a Becky aportar también.

Se preguntó en qué se había metido y realmente pensó en vender todo cuanto antes para evitar riesgos, Freen no suele estar triste, pero es cierto que las palabras fácilmente la hieren.

La alfa es lo suficientemente amable como para tenerse que enfrentar a gente molesta muy seguido.

Aquella otra vez...
Fue culpa de otro alfa. Un alfa imbécil que se intentó meter con Becky apenas unos meses de iniciada su relación. El imbécil le había estado diciendo que la confundió con una omega, y qué tan poca mujer no podía estar con Becky.

Que su omega era incluso más grande qué ella y que podría fácilmente conseguirse alguien como ella (que notablemente superaba por mucho el tamaño físico de Freen, pero esto a Becky no podría importarle menos).

Becky la defendió, lo que a los ojos del imbécil empeoraba la situación. ¿Un omega defendiendo a su alfa? Vaya ridiculez.

Pero a Becky le encanta Freen. La forma en que su alfa la mima y la cuida, le gusta que juegue con cachorritos junto a ella y que le gusten los abrazos. Le gusta que Freen tenga una cintura pequeña que ella fácilmente podía abrazar, y le gusta su altura, que es justa para que sus labios se unan a la perfección.

Pero no solo eso, Freen le gustaría más alta o baja, más débil o fuerte, porque es Freen.

Para la alfa fue difícil entender que su físico era perfecto porque era suyo y que es la alfa perfecta para ella, para Sarocha fue difícil que su omega la viera llorar aquella primera vez. Pero es parte del maravilloso ser humano que es.

Becky tiene casi dos horas buscando por los lugares en los que Freen podría haber estado, buscó en los parques cercanos, pues le gustaba ir a sentarse y pensar, buscó en las dos heladerías que quedaban cerca, una estaba cerrada por supuesto, el clima no era lo mejor, y en la otra no estaba.

Decidió regresar a casa cuando el frío caló sus huesos por suficiente tiempo.

Entra y ahí está.

Una Freen con los ojos rojos llorando, la imagen hace que sus propios ojos lagrimeen.

Freen empieza a llorar realmente cuando Becky por fin entra en su campo de visión.

Corre hacia ella y la abraza, pasa sus fuertes brazos por su cintura y pone su rostro en su cuello, Becky permite que Freen la cargue y la lleve al sillón en donde se acuesta con ella sentada en sus piernas, la deja llorar y acaricia su cabello, mientras ella también llora, dejan ambas las lágrimas salir.

La omega quiere gritarle y reclamarle su salida, quiere golpearla y después besarla, maldecirla y adorarla, pero habrá tiempo después.

Calma sus lágrimas cuando se permite hablar por fin.

—¿Dónde estabas? Salí a buscarte... No estabas por ninguna parte, no conozco aquí, no sabía a donde ir, no sabía qué hacer... —La omega se separa molesta.

—Necesitaba pensar... ¿Dónde estabas tú? Tuve que salir a buscarte porque no volvías...

—¿QUÉ NECESITABAS PENSAR?. —Le grita por fin. —Esto es algo de las dos— Freen, No puedes irte, no puedes encerrarte cuando tenemos problemas.

—¿QUÉ VA A PASAR SI NO TE PUEDO MARCAR, BECKY? —Le pregunta llorando, Freen se sienta en el sillón y sus manos cubren su cara y siente las lágrimas correr. —¿Qué va a pasar... cuando te des cuenta de que no puedo darte lo qué mereces?

—¿Lo qué merezco, Freen?. Lo único que quiero es que hables conmigo, no vamos a solucionarlo por separado.

—¿Qué vamos a hacer si no hay marca? Yo... simplemente no puedo volver a morderte, mi amor, no puedo, vi esa herida... yo te herí... la sangre corría... y, y se cerró. ¿Por qué se cerró?

—Iremos con un médico, haremos algo, no sé qué haremos, pero no te alejes, no te alejes por favor. —le dice.

Becky sentía a su omega con tantas sensaciones, la sentía llorar y gemir en espera de su marca... pero en el momento en el que Freen salió por la puerta, lo supo, no le importaba vivir sin una marca, la marca del cuello de Freen era suficiente, era hermosa, solo la necesitaba a ella.

Por otro lado... la alfa lo tenía bien decidido... si Becky necesitaba a un alfa real aunque eso significara alejarse de ella, no iba a interponerse en su camino.

Mordiditas「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora