Décimo segunda 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

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La omega lloraba desconsolada.

La alfa la acompañaba en sus lamentos.

—Lo vamos a resolver, te lo prometo, lo vamos a resolver. —Solloza abrazando a su pareja. —Por favor, Becky. Te lo prometo. Solo... No dejes de amarme.

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—omega preciosa —Dice la alfa con ternura acercándola por la cintura, ya sentadas sobre la cama, la abraza y esconde su cabeza en su cuello, inunda su nariz del olor de su omega, ese olor que la vuelve loca y que indescriptiblemente la relaja y a la vez la excita. —Tu olor, amor... Está por todas partes. —La omega ladea la cabeza contenta con su reacción, ella también disfruta del aroma de su alfa, madera y bosque una mezcla que ni siquiera puede descubrir, que le fascina.

Becky empuja un poco a Freen acostándola en la cama y posicionándose sobre ella, la alfa sonríe divertida, esa es su impaciente omega fuera del celo, a la que le gusta estar arriba... Y abajo... Y básicamente en todas partes.

—Voy a proceder a quitar esta linda bata, amor. —Becky sonríe complacida, que la quite, que la rompa, no importa. La desliza suavemente por sus brazos, aprovechando para acariciar y finalmente la tira al piso pasando las manos por los pechos, cintura y pancita de su omega. No puede evitar sonreír. —Dios mío, estás preciosa.

—Freen, quítate la ropa.

Se hace a un lado para que esta se levante y la vea mientras este se empieza a desvestir. La blusa de botones, esa que a ella le encantaría haber quitado, pero perderse de la vista de su alfa desvistiéndose frente a ella... Mmh, no, ella puede quitar esa blusa muchas otras veces.

Freen lo hace con suavidad. Lentamente alargando los segundos y divirtiéndose con la mirada embobada de la omega. Las mejillas coloradas que causa en ella, y el lubricante que sabe la está invadiendo.

El pantalón se desliza por sus muslos una vez que los zapatos están fuera, y los ojos de la omega viajan rápidamente ahí, esos muslos fuertes y grandes y... Dios.

Para finalmente caminar y casi aventarse arriba de su novia.

—¿Lista? —Le pregunta sobre ella

Becky asiente pasando las manos por el abdomen de Freen, perfecto. Su alfa es perfecta. Se besan entre sonrisas. El aroma de ambas se siente feliz, las feromonas aumentan y se besan más. Freen jala el labio inferior de Becky en medio del beso y la menor sonríe yendo más profundo. El aire se va una y otra vez pero el tiempo les sobra.

Becky se recuesta en medio de la cama, Freen se sienta a un lado observándola. Y empieza a dejar un camino de besos desde sus clavículas hasta sus pezones a los que besa y lame con suavidad, se divierte escuchando la risita de Becca y como se estremece un poco por las cosquillas.

Besa a cada lado de sus costillas y después su ombligo acariciando su tierna pancita, pese a que a Becky le suele molestar su pancita, a ella le da un montón de ternura, Becky ríe una vez más y separa las piernas para que Freen se ponga en medio, realmente no lo hace, en lugar de esto sigue bajando para acariciar sus muslos.

Jala a Becky sacándole un grito y lo acomoda con las piernas hasta las rodillas fuera de la cama y se hinca en el piso en medio de ellas, Becky está ansiosa.

—Estos boxers se tienen que ir amor. —Becky gime cuando su humedad se libera, no se habían puesto mucha atención pero la sensibilidad estaba ahí.

—Saro... No tienes que...

—Quiero, solo hazme un favor.

—¿Qué? —pregunta recostado, reteniendo sus manos para no empezar a acariciarse.

—Tu relájate y no cierres tu boquita, escucharte me encanta, necesito saber que te gusta.

Es completamente excitante para la alfa ver a Becky retorcerse de placer, escucharla gemir y ver cómo jala las sábanas, tener que detener las piernas con sus manos cuando decide dejar de lamer el clítoris e ir a los labios donde la humedad se siente y Becky es más sensible.

—Saro... —Gime sin vergüenza. O tal vez un poco avergonzada, pero eso no importa con Freen, no sí sus gritos la complacen y eso hace que la complazca a ella. —Mgh, se siente muy rico. Pero, ya, Saro... Ah

—Pero si me encanta oírte...

—Pero yo también te quiero oír...

—Oh... Bien, podemos solucionarlo. —Se vuelven a besar pero sus intenciones ya dejaron de ser puras, solo quiere tener a la omega gimiendo, disfrutando. Becky se endereza un poco para el mismo retirar los boxers de su novia y eso hace, divertida cuando Freen se muerde el labio pues ella ahora está jugando con sus labios mayores. —¿Te diviertes?

—Mm hm.

—Vamos alfa.

Más dispuesta que nunca Freen acaricia los muslos de su omega, subiendo a sus nalgas que aprieta y escucha la risa de las cosquillas, sonríe porque Becky es así, pueden estar haciendo el amor y la alegría se siente por sobre la excitación.

—¿Puedo?. —Asiente y separa un poco más las piernas, baja de nuevo a su humedad, estremeciéndose un poco al sentir un dedo acariciarla, lo siente entrar y salir. —Puedo usar lubricante, bebé... Pero estas bastante mojada...

—Freen... Agh sigue.

—A tus órdenes. —Otro dedo acaricia su entrada, entran y salen. Y otro, y la omega lucha por no correrse, Freen adrede está evitando su punto y lo sabe. —Mi amor, no sé cómo aguantamos toda la semana. ¿Estás lista?

Becky asiente y abre más sus piernas.

—Saro, te amo.

—Yo también te amo.

Entra en ella poco a poco, Becky flexiona sus piernas para permitir mejor la entrada y ve a Freen a los ojos, pese a que le gustaría cerrarlos, ver la cara de satisfacción de su alfa parece una mejor idea.

—Siempre te sientes tan bien... Creo que es más allá de lo físico.

Cuando está haciendo el amor con su omega, las sensaciones corporales son fantásticas pero su corazón se siente tan cálido...

Becky se estira pidiendo un beso, sonríe y corresponde antes de dar la primera estocada, lo hace estremecerse un poco, empiezan un ritmo lento y preciso, ve a Becky sonreír y retorcerse y se siente tan chiquita abajo suyo.

—Saro... Mmh, más rápido.

Las sensaciones son tantas, se sienten el uno al otro y el placer es casi palpable.

—¿Quieres estar arriba?. —Le pregunta la alfa defendiéndose.

Sale de la menor y se sienta contra el marco de la cama, Becky se sienta sobre ella poco a poco y deja salir un suspiro una vez está dentro de nuevo.

—¿La marca es más fácil así?. —Pregunta la omega.

—Y el nudo, así nos abrazamos mientras baja.

Becky sonríe encantada.

—Bien, pero es mi turno.

Está vez es turno de Freen que sonríe por su omega traviesa.

El primer movimiento es inesperado y le saca un gemido que hizo a la omega chillar. Becky está complacida al ver que la alfa la toma de las caderas para frenarla un poco.

—Becky. —le advierte. —No hagas eso, Becca.

Repite el movimiento brusco inocentemente y escucha a su alfa maldecir y apretar sus muslos tan bien...

—Becca. Hablo enserio, me vas a hacer llegar.

—Eso no suena mal... —Y es que la omega también está en su límite, siente a Freen por todas partes y la tiene tan cerca... Sube y baja una y otra vez hasta que empieza a sentirlo.

—Voy a llegar.

—Yo también, hazlo, alfa.

Unos movimientos más por parte de ambas y la castaña apresa la cintura de Becca fuerte, gime cuando siente no solo el nudo ampliarse y llenarla, también los colmillos en su cuello.

Gime, solloza del placer.

Mordiditas「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora