Décimo octava 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

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La realidad es que no era un hotel 5 estrellas, pero no estaba muy lejos de eso.

Era un hotel mediano, tan solo cinco pisos y un gran lobby que tenía las paredes elegantemente altas y blancas y los ventanales grandes, las puertas de cristal las recibieron.

Caminaron de la mano hacia la recepción, solo con una mediana mochila en las manos de la alfa, tampoco es que fueran a necesitar mucha ropa...

Apenas la alfa había sentido los primeros síntomas de la llegada de su celo, había tomado los primeros supresores, sin embargo no tomaría mucho en volver, tal vez podrían recostarse juntas una hora o dos antes de que el calor la envolviera de nuevo.

—Buenos días, ¿Tiene reservación?. —Pregunta el recepcionista con una sonrisa amable.

—Sí, reservé en línea hace dos días. —Responde Becky.

—Muy bien, ¿A qué nombre está?

—Becky Armstrong

Teclea unas cosas más por unos segundos.

—Una habitación, cama king por dos noches, ¿Salen el viernes por la mañana?

—Sí, exactamente.

—Muy bien. —Teclea unas cosas más. Y toma una llave, que es una tarjeta blanca que reza el nombre del hotel en letras azules. —Aquí está su llave, cuarto 532, sube al quinto piso por el elevador. —apunta hacia ella. —A la derecha. ¿Desea ayuda con el equipaje?

—No, muchas gracias, yo lo cargo, no es mucho. —Habla por primera vez la alfa.

—Una pregunta más. En el sitio web indicaba que el cuarto tiene un jacuzzi...

—Sí, los cuartos con una sola cama lo tienen. También cuenta con cafetera y mini bar incluidos.

—Muy bien, es todo, gracias.

—Que tengan una excelente estancia.

—Va a ser una excelente estancia.

Susurra Freen en el oído de la omega, Becky ríe y dirige una sonrisa al recepcionista para retirarse.

Tan pronto como el elevador cerró, Freen atrajo por la cintura a Becky y empezó dejando cortos besos en su cuello, Becky reía encantada con las cosquillas que le producía.

En realidad Sarocha no es mucho de llevar las caricias a otro nivel en lugares así, y amaba a su alfa tranquila y discreta pero tampoco puede negar que cuando su alfa estaba aún más activa, era muy sexy.

—Saro, espera al cuarto.

—¿Mmh? ¿Por qué... —susurra mientras besa por debajo de su oreja, Becky inclina su cabeza para darle más espacio. —si la diversión está dónde tú estás

—Saro, te acabas de tomar los supresores... —Le dice, pero no intenta detenerla.

—Pero tú no lo hiciste, y tu olor está por todas partes. —Le dice. —Tan fuerte y dulce, amor...

—Porque así me pones, Saro... Y estoy esperando a llegar al cuarto, ¿Puedes esperar?

—Claro, amor. —Le dice, pero los besos no se detienen. Tan rápido como las puertas se abren las puertas de ascensor, Freen asoma su cabeza a ambos lados del pasillo.

—¿Qué haces?. —Pregunta confundida la omega.

—Reviso que el terreno esté libre.

—¿Cómo... Por qué?

—Por supuesto que para poder... —Se acerca a ella y Becky pega su cuerpo a la pared sorprendida. —Hacer esto. —Finaliza tomándola por la cintura para cargarlo sobre su hombro jugando. Becky ríe y patalea feliz.

Mordiditas「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora