Mordiditas「 Freenbecky 」

Décimo quinta 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

—¿Podemos siquiera hablarlo?

—¿Hablar qué? ¿La manera en la que puedo encajarte los colmillos sin perforarte una arteria?

—Freen...

—No, amor, no lo voy a hablar, hay muchas más especialistas, buscaremos a alguien más, nos haremos estudios...

—¿Podemos simplemente pensar que es una posibilidad?

—Freen Sarocha.

—Rebecca Armstrong. Por favor, lo que ella me pide es que te ponga en riesgo, eso es lo que me pide. Y no me interesa si es una posibilidad, no.

—Tú jamás me pondrías en riesgo, jamás. ¿Oíste? Solo piénsalo, por favor, amor, ¿No quieres marcarme?. —Pregunta tomando su rostro con cuidado. —No, Saro, no llores, no lo tenemos que hacer solo piénsalo.

—¿Que va a pasar si te lastimo?. —Le pregunta.

La omega cuidadosamente se sienta sobre sus piernas, con ambas de un lado, volteando antes a ver la cantidad de gente a su alrededor, para no llamar la atención.

Besa su mejilla y limpia las pocas lágrimas que se deslizaron por esas bonitas mejillas y admira un poco los oscuros y brillantes ojos de su pareja.

Esos ojos en donde se refleja la preocupación y el cariño. ¿Cómo temerle a alguien así? Con esa alma tan pura y manos tan gentiles que la sostienen sobre su cuerpo.

—Jamás me lastimarías. —Le dice para después callar sus futuras palabras con un beso. —Ni siquiera intentes decir que sí, sabes que no lo harías, cariño, lastimar a alguien no está en tu sangre.

Une sus labios lentamente una vez más para tranquilizarla a ella y a sí misma.

—Es fácil para ti decirlo, tú no eres la que me va a lastimar a mí.

—¿Quién te ha dejado esa enorme mordida en el cuello, Freen? Eso fue realmente peligroso, los omegas ni siquiera solemos morder, pero fui incongruente y te enterré los colmillos, y todo salió excelente.

Freen sonríe recargando su frente en el hombro de su omega, sonríe llevando su mano hacia su marca acariciándola.

—Hablando de eso, tienes que volver a abrirla, ya pasó casi una semana.

—Jamás voy a dejar que se cierre. —Comenta y besa reiteradas veces su mejilla, la tersa y bonita mejilla de su alfa que es fácil de sonrojar. —La abriré una y otra vez llegando a casa... Si piensas en hacer lo mismo conmigo.

—Becca.

—Solo piénsalo, ¿Bien?

—¿Podemos ir a casa ya? No me encanta que me estés tentando en público.

—Sí te encanta.

—Solo un poco.

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Gemini toca la puerta de la pequeña oficina, y pasa sin esperar respuesta, carga dos cafés en una charla en la mano y unos muffins en la otra, Becky siente su estómago saltar al verlo. Chocolate, que delicia.

—Toc Toc. —Dice el omega abriéndose paso y sentándose en el pequeñito sillón cerca.

—Ya has pasado, Gemini. ¿Necesitas algo? —pregunta estirando la mano directo al muffin más grande.

—Char salió con Freen y he terminado mi trabajo, te haré compañía un rato.

—Bien pero aún no termino mi trabajo.

—¿Las fotos de las gemelas? Tienes mucho tiempo, vamos, toma un café con tu mejor amigo.

—Gem...

—Porfis...

—Estas aquí directamente para preguntar algo. ¿Me equivoco?

—No... Pero no te enojes. Char me cuenta todo, yo tampoco me enojaría si tú le contaras lo que le cuento a Freen, y... Y Freen se lo contó a Char porque son...

—Nong, ve al punto.

—¿Cómo van con el tema de la mordida? Char me contó que Freen le dijo que fueron con una doctora... ¿Son buenas noticias?

—Eso depende a quien se lo preguntes... Para mí fue como si el sol saliera... En cambio Freen.

—Becca...

—Ella quiere más opiniones, quiere ir a otro especialista, pero yo creo que todos van a decir lo mismo.

—¿Qué les dijeron?

—Freen no mordió bien.

—¿Cómo es eso?

—Exactamente como suena, no mordió bien, fue más como una mordida superficial.

—No entiendo.

—Esto. —Le dice apuntando hacia su cuello. —La capa superficial es la Epidermis, la que sigue es Dermis, y la última Hipodermis o algo así.

—Mhum.

—Y por ejemplo, la marca que Saro tiene en su cuello a está apenas rozando la dermis, tal vez por la mitad por eso hay que abrirla o con el tiempo se cierra.

—Así que la abren seguido, ¿Eh?. —Levanta las cejas insinuante.

—Gem. —Se queja y oculta el rubor.

—Lo siento, continúa.

—Los colmillos de la alfa son un poco más largos, deben atravesar toda la dermis, y la marca permanece, Freen apenas desgarró la dermis en mí. Fue una mordida superficial y al parecer yo regenero muy rápido, por eso se desvaneció no fue nada muy complicado a decir verdad.

—Entonces todo esto siempre se vio pero de lo que es, solo tiene que lanzarse sobre ti y encajar los colmillos.

—Pues básicamente sí, supongo. Pero a Freen le asusta, ya sabes tiene miedo de un desgarre o algo así.

—Es obvio ese miedo, Becca, por eso los alfas deben guiarse por su instinto, no dejes que lo piense mucho, a simple vista parece algo horrible que nos entierren los colmillos, puede haber hasta sangre, no dejes que le dé vueltas al asunto.

—Es lo que más he intentado, Gem, no funciona. —Suspira. —Pero eso no importa, ya lo he pensado, no necesito esa marca, al menos tengo la que yo marqué en ella y ambas amamos abrirla entonces...

—No renuncies a algo si lo puedes tener.

—No sé si lo puedo tener.

—Tarde o temprano va a ceder, Becky.

—Es mi marca, Gemini, es una marca que nos va a unir más allá del cuerpo, no quiero que ceda, quiero que la hagamos a conciencia.

—Bien... Te... dejaré trabajar, ¿Bien?

—Claro, fue lindo hablar, muchas gracias, nong.

—Soy tú mejor amigo, puedes hablarme de todo, Becca.

—Lo sé.

—Oh... última pregunta lo prometo. —Hace un asentimiento. —¿Si la marca fue superficial, no te hizo llegar al orgasmo?

—¡Gemini! Eres un pervertido, enserio.

—Vamos, soy curioso, no me puedes culpar.

—No te voy a contestar eso.

—Tomaré eso como un no. —Canturreó.

—No llegué por la marca... pero... Saro es muy buena. —Admite con las mejillas rojas y el mismo sonríe cuando oye la risa de Gemini resonar.

Vaya omega que se consiguió Fourth. Vaya amigo que se consiguió ella.