Mordiditas「 Freenbecky 」

Décima 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

—Mmh, sé que no es muy grande... O lujoso, pero podemos estar tranquilas aquí, ¿no?, O sea... Sé que probablemente esperabas más pero...

—Saro, me encanta.— La calla. Para proceder a pasar los brazos por el cuello de Freen para besarla. Los labios de Freen son chiquitos y suaves, a Becky le encanta pasar horas besándolos hasta que se ponen rojos. Se separa muy a su pesar pero con una sonrisa. — ¿Podemos pasar ya?

—Claro, mandé limpiar la casa por dentro, tiene dos habitaciones, pero solo usaremos una, y tiene una tina grande donde te daré un baño relajante.

—Donde ambas tomaremos un baño relajante.

—Claro, eso.—Le dice.

—¿Me vas a cargar?

Le pregunta a la alfa haciéndole ojitos, que hacen a Freen sonreír, porque normalmente los ojos de Becky son una maravilla para ella, pero cuando coquetea con ella usando esos lindos ojos... se siente en el paraíso.

—¿A cargar?

—Ya sabes, como las parejas cuando entran por primera vez a casa.

Por supuesto que no tarda mucho más cuando la omega ya está pasando los brazos por el cuello en una orden tacita que se cumple cuando Freen toma su cintura al cargarla. Y pasan.

La casa dónde Freen creció es bastante pequeña, en un pequeño pueblo no muy lejos de ellas, la casa es muy bonita pese a tener bastante tiempo sin nadie habitándola.

—¿Y por qué vinimos aquí, amor?.— Pregunta la omega. Pasando su mano por el marco de la puerta de la habitación más grande de la casa y observando todo. —¿Sábanas de seda?

—Yo... Sí, mandé a comprar algunas cosas.

—Yo también compré algunas cosas que espero que te gusten.

—¿Sí?—Le pregunta sonriendo de solo imaginar y juzgando por el tono que utilizó su castañita. — ¿Cómo qué?

—Tal vez esta noche me lo veas puesto.

—Bien, tus compras definitivamente son más interesantes.

━━━━━┅━━━┅━━━

Becky está recostada sobre el sofá más grande. Específicamente recostada sobre Freen, que sí está acostada en el sofá. Ambas disfrutan comiendo cereal directamente de la caja mientras platican entre ellas.

—¿Por qué siempre si hay más sillones te acuestas sobre mí?.— Le pregunta la alfa. Becky hace una mueca desentendida. Jamás se planeó la idea de que su peso le molestara. Hace el amago de levantarse, cuando unos brazos en su cintura la detienen. —Ey, ey, ni se te ocurra moverte.

—Pero te molesta...

—¿Cómo me va a molestar tener a mi bebé sobre mí?

—¿Entonces por qué lo dijiste?

—No lo sé, porque lo noté y quise decirlo, me encanta tenerte sobre mí.

—¿Siempre?

—Cada segundo. ¿Te gusta estar sobre mí?

—Me encanta, pero también me encanta estar debajo de ti. —Freen se ríe de su traviesa dejando un beso en su nuca.

—Excelente que te encante, porque estos tres días estaré pegada a ti como lapa.

—Suena a una idea genial.—Le dice sonriendo. Para después preguntar en un tono un poco más bajo. —¿Te emociona?

—¿La marca?.— Asiente.—Pues yo ya tengo mi marca, amor.— Le dice. Becky se da la vuelta para quedar acostadas pecho con pecho y sonríe.— Pero estoy emocionada por hacer la tuya.