Segunda 𝗺𝗼𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮

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Becky y Freen son fotógrafas. Aman su trabajo como nadie, tienen solo un pequeño estudio, pero bastante cómodo como para trabajar tres personas y tener su propio asistente.

Y es un plus que algunas veces pueden trabajar con sus propios horarios. Y lo mejor para Freen, es que las sesiones fotográficas de promoción las hace ella.

Claro que lo que la entusiasma es que la modelo es su preciosa omega. Becky, quién al principio era bastante tímida para dejarse fotografías ahora no puede ocultar que le gusta ser el centro de atención de su alfa.

—¡Becca! Amor, la sesión anterior ya acabó, me prometiste que podría fotografiarte hoy.

—Lo sé, Saro, pero tengo que terminar de editar estas fotos.

—Lo terminas luego, bebé, me lo prometiste. —le dice la alfa aún desde la puerta, con las cámaras en mano a la omega sentada frente a la computadora. —Además ya es primavera, necesitamos la sesión de primavera. Justo acabo de terminar con una omega en el set de las flores...

—¡¿omega?!

—Sí, bebé, la chica rubia.

—Estoy lista para la sesión, Saro. —Dice la omega decidida levantándose de la silla para casi saltar sobre la alfa, quien la toma de la cintura. —Hueles a omega. —dice esta vez separándose.

—Acabo de trabajar con una omega, eso no te había molestado antes.

—¿Que no la cámara se usa a distancia? —pregunta Becky ofendida.

—Amor, fue un trabajo común, tengo que acercarme a indicar cómo posar.

—¡¿Además la tocaste?!

—Becca, no claro que no.

—¿¡Entonces por qué hueles a omega?!

—Amor, ¿Por qué estás celosa?

—Yo no estoy celosa. —dice la omega con cara de ofendida. —Pero quiero que te quites ese olor.

—Estamos en la oficina, bebé. —Dice acariciando su cachetito derecho, sonriendo ante su tierno ceño fruncido. — ¿Cómo se supone que lo haga?

—Yo te lo quito. —Dice finalmente saltando de nuevo a sus labios y besándolos agresivamente. Lamiendo y jalándolos sin dar tiempo ni a respirar.

—Bebé... —Se separa Freen para tomar un poco de aire. —Mmh... —pero la omega seguía besando su cuello. —Becca, no me molesta esto, amor, pero estamos en el trabajo. ¡Auch! —se queja de pronto. —bebé, eso dolió. ¿Me volviste a morder?

—Mmh, perdón Saro, ya podemos ir a la sesión.

—¿Ya me quitaste ese olor?

—Ahora todos verán que tienes una omega. Cualquier cosa que los aleje. —dice tomando de la mano a su alfa para salir de esa habitación. —Vamos, ¿No me tienes que fotografiar?

—Es todo lo que deseo amor.

—Mmh, Bebé, esto es como un sueño.

Mordiditas「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora