PRÓLOGO

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Algunas veces quisiera que mi vida fuera distinta, que fuera feliz, pero no es posible, al menos ya no, la depresión algunas veces es algo que no se puede evadir, llega a tu vida y se encarna en ti, es como una plaga que se rehúsa a irse, haces de todo para eliminarla y crees que lo lograste, pero cuando menos te das cuenta ha vuelto y con mayor intensidad y aunque no es igual para todos, esto fue lo que me pasó a mí.

A finales de 2021 ella estaba ganando la batalla y estuve por terminar con mi vida, pero un grupo musical llegó a salvarme igual que pasó en mi adolescencia.

Una parte de mí estaba furiosa por eso, ¿cómo es posible que 7 hombres cantando, bailando y jugando en un escenario puedan hacer más por mí que yo misma?

Es injusto que yo vaya a terapia semana a semana y tomo mis antidepresivos para intentar estar bien sin tener ningún avance, pero llegan esos hombres y de un segundo a otro me devuelvan un poco de esperanza.

Además, con ellos vino una persona más, alguien que me ayudó a volver a sentir lo que es la felicidad, alguien que sin darse cuenta me regaló más tiempo y convirtió mi vida en algo bueno.

Me rehusé un poco a aceptar que ellos salvaron mi vida, pero en el fondo agradecía que fuera así, porque ellos, al menos en ese momento, evitaron las lágrimas de mi familia y amigos, las mismas que hubieran sido generadas por mi culpa.

Mis cartas de despedida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora