12 - Tercera carta

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Esa noche, rodeada de tantos temores, me levanté indecisa sobre la posibilidad de escribir una nueva carta o dejarlo pasar, pero mi cuerpo reaccionó antes que yo y cuando menos esperaba, estaba sentada frente al escritorio con una hoja en blanco y una pluma en mano.

¿A quién quería escribirle una carta?

Mis opciones en ese momento eran mis hermanos y Hoseok, durante los últimos días y especialmente ése, los tenía a todos ellos demasiado presentes por todas las inseguridades que había estado sintiendo, pero al final elegí a quién debería ir dirigida.

Para mis hermanos

Siento que mi deber es escribirle una carta a cada uno de ustedes, sin embargo, mi energía y mis pocas ganas de seguir, me impiden que sea así, por lo tanto, me disculpo porque los haré compartir mi despedida.

Hay cosas que quisiera decir de forma individual, pero quizá sean crueles y los harían sentir mal, así que mejor lo digo de forma general para que por lo menos de esta forma el dolor se reparta entre todos, y les pido perdón por hacerlos sufrir.

Es horrible de mi parte estar diciendo esto porque sé que sólo aumentaré el dolor que les estoy causando, pero es algo que necesito decir... Desde pequeña, para mí fue complicado llevar la carga de ser la hermana menor, y se preguntarán a qué me refiero, es simple, toda mi vida tuve que vivir bajo su sombra y sé que no es culpa suya, que no fue su intención que las cosas se dieran así, pero pasó.

En cada escuela a la que fuimos tuve que soportar comparaciones y escuchar comentarios donde siempre me hacían menos porque no era tan inteligente o dedicada como ustedes, si sacaba una calificación baja no se hacían esperar los clásicos "es que tus hermanos lo hubieran hecho mejor", "debes superar a tus hermanos, esfuérzate más" y cosas así, vivía estresada porque ser mejor que cuatro personas que son buenas en absolutamente todo lo que hacen es complicado.

Luego venían también los comentarios de la familia, donde me peguntaban una y otra vez por qué no trabajaba en lo mismo que los demás, que de ser así me iría mejor, que debía buscar un buen trabajo, que debía seguir sus pasos para que no me quedara atrás, todo mundo me hacía menos por no ser como ustedes y eso es algo que no deja de doler por mucho que intentes ignorarlo, sobre todo si en cada reunión te recuerdan tu poco avance en el mundo de la adultez.

25 años de mi vida he dedicado a intentar ser al menos la mitad de lo que son ustedes, pero ya no puedo esforzarme más, es cansado, doloroso y sé que nunca lo voy a lograr, ¿para qué esforzarme ahora?, ya no tiene caso.

No les digo esto para que se sientan mal, porque como dije, ustedes no tienen la culpa, pero lo digo por si alguno se siente como yo, si les pasa les doy un consejo, no escuchen a nadie cuando les digan ese tipo de cosas, no son verdad, si se pudieran ver desde la perspectiva que yo los veo sabrían que han logrado demasiado, que no hacen más que llenarnos de orgullo a todos por lo que han conseguido, son personas dignas de admirar y hasta mis últimos segundos les reconozco que han hecho las cosas de maravilla, así que no duden nunca de ustedes.

Sé que no fui la mejor hermana, soy caprichosa, me enojo demasiado, me aíslo todo el tiempo y últimamente no convivo mucho con ustedes, pero eso no significa que no los ame con todo mi ser, sólo que algo dejó de funcionar en mí.

Gracias por el gran ejemplo que me dieron, por el apoyo que tuve de su parte y por todo en realidad, no se culpen ni se desgasten pensando en que algo hicieron mal conmigo, porque no fue así, al final, la única responsable de haber creído que debía ser una copia de ustedes fui yo, pero no me arrepiento, si tuve un poco de éxito en la vida fue por eso.

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