Mis cartas de despedida.

3 - Un desconocido

El chico era muy agradable y demasiado simpático, algunas veces me hacía reír y lo agradecía, porque desde esa primera noche en que nos desvelamos hablando me hizo sentir como hacía mucho no me sentía y aunque estaba un poco incómoda, sabía que era algo bueno para mí porque a pesar de que era un desconocido me hacía sentir mejor.

Desconocido

Gracias, tu nombre
también es lindo.

¿Es lindo como la
persona que lo porta? 🤨

Supongo que sí.

No quise contestar a eso como realmente lo pensé, pero definitivamente era un nombre hermoso como él, le quedaba perfecto, pero obviamente no me iba a poner a elogiar a una persona que no conocía, sobre todo porque existía la posibilidad de que me estuviera hablando sólo por hacerme una broma o algo así, porque yo no me consideraba particularmente atractiva y era raro que alguien como él sí lo considerara.

Desconocido

No te noto muy convencida,
pero igual lo tomaré
como un halago jajaja.

Por cierto, ¿no me has
agregado a tus contactos?

No, ¿por qué?

Es que quería ver tu foto,
pero está bien, es normal
que no quieras hacerlo,
después de todo no me
conoces.

Lo siento, ahora te registro,
no sé por qué no lo había
hecho.

Gracias.

¡Woooow! Tu foto es
hermosa, me gusta
mucho.

Gracias.

¿Normalmente eres así
de "callada"? ¿o sólo es
porque no me conoces y
soy demasiado hablador?

No, no es por ti,
normalmente
no hablo mucho.

Entiendo, igual es lindo
poder hablar contigo,
al menos agradezco que no
me hayas bloqueado aún 🫣

Lo estoy considerando jajaja.

¡Oh, una risa! Ya avancé
algo al menos, pero no,
por favor no me bloquees.

No lo haré, al menos no
ahora, no te preocupes.

Continué hablando con él por un largo rato, pero él tenía que trabajar, así que se tuvo que ir y me sentí culpable porque no había dormido nada, pero me intentaba convencer de que no era mi culpa, había sido decisión suya desvelarse.

Por mi parte intenté dormir cuando él se fue, ya que como estaba desempleada no tenía gran cosa que hacer, pero no pude, como siempre, descansar no era una opción y llevaba tiempo sin dormir bien entre las desveladas por gusto y las noches de insomnio, pero ya lo intentaría por la noche.

Pasé el día como todos, sin motivación, pero fingiendo con mi familia que todo iba bien para no preocuparlos y para que no me juzgaran por mis emociones.

En algunos momentos del día me iba a mi habitación a llorar cuando escuchaba a mis hermanas hablar de sus trabajos y yo comenzaba a sentirme mal porque yo no tenía uno y cuando lograba calmarme regresaba a seguir fingiendo que las cosas iban perfectas en mi vida.