6 - Primera carta

28 15 39
                                    

Las cosas en definitiva iban mejor, entre las terapias, la ayuda de mis amigas y de Hoseok todo se sentía como que iba cada vez mejor, me sentía renovada, la energía iba volviendo poco a poco, las sonrisas en mi rostro eran cada vez más y ya no eran fingidas como solían serlo.

Cada vez salía más, con mi familia, mis amigas, con Hoseok o incluso sola, además, la música de mi nueva banda favorita me gustaba muchísimo y cantaba como loca tardes completas sin importar quién me escuchara.

Obviamente continuaba sintiendo vacíos enormes y los ataques de ansiedad, sumados al insomnio debido a noches llenas de llanto, no se iban del todo, sin embargo, eran menos frecuentes.

Algunas veces me desaparecía y dejaba de responderles a todos, pero cuando eso pasaba Hoseok aparecía frente a mi casa para hacerme volver a la realidad, sin darme oportunidad de negarme, simplemente me daba oportunidad de avisar que saldría y me llevaba por la fuerza a caminar o a cualquier lugar se le ocurriera, lo que le importaba era sacarme de las cuatro paredes en las que me escondía.

Uno de los días que me sacó de mi casa para evitar que me encerrara en mi mundo terminamos yendo a un supermercado a comprar algunas cosas que su mamá le había pedido e incluso eso era bastante entretenido si él estaba conmigo.

Recorrimos cada pasillo buscando las cosas de la lista y cuando llegamos al área de papelería no pude evitar ponerme a ver todo a mi paso, me gustaban demasiado las cosas que veía y aunque no necesitara nada, comencé a meter al carrito todo lo que me gustaba.

- ¿Para qué quieres eso? - preguntó Hoseok sin entender, él no sabía que iba a la escuela pues desde que nos conocimos estaba de vacaciones de la maestría que estaba estudiando y para él no tenía sentido comprarlo.

- No lo sé, es lindo - respondí emocionada mientras elegía marcadores, pero sin contarle algo que consideraba irrelevante.

- Ok - fue lo único que respondió, pero sonreía al verme tan animada.

Comencé a ver los cuadernos que estaban por ahí ya que eran bastante lindos, ni yo entendía por qué me apasionaba tanto coleccionar cuadernos o cualquier cosa de papelería, pero no podía evitarlo y de pronto lo vi, un cuadernito con la frase "finding your calm" en la portada, lo tomé entre mis manos y comencé a analizarlo a detalle.

- ¿Qué pasa? - se acercó al notar que algo rondaba por mi cabeza.

- Nada... Lo quiero - respondí seria.

- ¿Por qué te pusiste triste? - me tomó de la mano y me hizo voltear a verlo.

- No estoy triste, sólo pensaba en que quizá sea bueno llevarlo y comenzar a escribir algo en él - dije nuevamente con un tono serio que daba miedo.

- ¿Estás bien? - se notaba la preocupación en su voz y de pronto volví a la realidad, dejando de lado mis pensamientos intrusivos.

- Sí, lo siento, es sólo que esta frase me dejó pensando un poco, lo llevaré y comenzaré un diario - dije con una sonrisa.

- ¿Segura que es sólo eso? - preguntó no muy convencido.

- Sí, te lo juro, de pronto sentí que puedo encontrar calma escribiendo algunas cosas de mis días, por ejemplo, hoy podría llegar a escribir algo como "querido diario, hoy gasté el poco dinero que me quedaba en ti y en más cosas inútiles, pero al menos fui feliz... ¡Oh! Y también besé a Hoseok" - dije mientras hacía como que escribía en mi nuevo cuaderno e intentaba cambiar de tema y vaya que funcionó.

- Pero no me has besado - dijo confundido y entonces lo hice.

Era la primera vez que yo tomaba la iniciativa y lo besaba, al parecer lo tomé por sorpresa porque le tomó unos segundos reaccionar, me separé de él y me sonrió en grande.

Mis cartas de despedida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora