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– JIMIN –

Siento que un peso hunde el colchón a mi lado, sin embargo, estoy tan dormido que no presto atención, el día está frío y anoche me dormí hasta muy tarde por estar viendo mi serie favorita en Netflix.

— Jimin — oigo que alguien susurra mi nombre, pero sigo medio dormido y pretendo estar así hasta por lo menos el medio día, — Jimin — vuelve a decir aquella voz.

Siento que algo acaricia mi piel, el roce es delicado y está acariciando bajo las sábanas, creo que no es producto del sueño porque se siente muy real, tanto que siento que me hace cosquillas en todas partes del cuerpo, suelto un murmullo que ni siquiera yo alcanzo a entender y entonces empiezo a abrir los ojos lentamente.

Por la ventana de mi habitación entra la luz, pero es muy opaca, lo que indica que caerá un aguacero, igual a los últimos dos días, lo cual es extraño teniendo en cuenta que vivo en el estado de Arizona, un lugar más bien seco la mayor parte del año.

— Jimin — vuelven a susurrar, y esta vez quien sea que me esté jodiendo la vida suelta una risa tonta.

Yo me tapo con la cobija, percibiendo una aroma, es masculino, como a tabaco y a perfume, detesto el olor a tabaco, lo que me obliga a taparme la nariz con mis sábanas que huelen a flores porque recién las he lavado. Aunque me cubro de pies a cabeza no consigo acomodarme en la cama, así que me doy media vuelta, intentando encontrar una posición cómoda nuevamente.

Y entonces lo veo. Mis ojos, que están adormilados, se abren con sorpresa en cuanto me doy cuenta de la persona que está conmigo en la cama.

— ¿Tú qué demonios haces aquí? — le preguntó con la voz pastosa mientras él suelta una carcajada — ¿Qué estás haciendo en mi habitación, Jungkook? — le preguntó cabreado.

— Buenos días, Jimin — dice a modo de respuesta, siendo tan descarado como siempre.

Lo miro con rabia de arriba abajo y me doy cuenta de que está vestido con ropa de hacer ejercicio, tiene el cabello húmedo y el rostro brillante y aún ni así no deja de verse bien, Jungkook es uno de los hombres más sexis que he conocido en mi vida, fácilmente podría ser el protagonista de una de esas tontas películas románticas para adolescentes, tiene el cabello azabache, oscuro como la noche, lo tiene medianamente largo y desordenado, sus ojos también son extremadamente oscuros, su tez es más bien trigueña y sus tatuajes le dan un toque más sensual a su fornido cuerpo, Jungkook siempre a sido la clase de chico que tiene a todos como locos tras de si, pero conmigo es diferente, y por muy guapo que sea, me niego a que esté en mi cama molestándome la vida.

— ¿Qué haces aquí? — le gritó una vez más.

— Viéndote dormir — dice como si nada, como si aquello fuera lo más normal del mundo, — debes estar feliz de saber que no roncas, Jimin, si quieres puedo firmar un papel que lo compruebe, para la persona con la que te cases.

— A la persona con la que me case, no le importará si ronco o no — le digo a la defensiva.

— Puede que eso sea cierto durante los primero años, pero después se hartará de oírte roncar y entonces te asesinara con tal de no oírte — ruedo los ojos y lo miro de mala gana.

— ¿Y tú cómo sabes?

— He escuchado cosas — levanta los hombros con indiferencia, — hay muchas historias, Jimin, aunque a mí no me importaría soportar los ronquidos de alguien como tú — suelta.

Bajo sus sábanas ; fanfic kmWhere stories live. Discover now