Bajo sus sábanas ; fanfic km

6

— JIMIN —

Me hizo perder mi tiempo, el muy maldito me hizo perder mi tiempo y además me dejó como un estúpido allí en la parte trasera del restaurante, aprieto los puños con fuerza, quisiera golpear algo justo en este momento, pero no voy a dejarme de Jungkook, no voy a dejar que arruine una cena que hasta el momento iba bastante bien.

Camino de regreso al restaurante, hasta que me doy cuenta de que aún tengo su blazer, en cuanto lo recuerdo siento la rabia inundarme nuevamente, así que me quito la prenda y la dejo tirada allí, no me importa si se ensucia, si alguien se la roba o si le pasa cualquier cosa, Jungkook tiene mucha ropa y sé que no le hará falta un simple blazer que yo tampoco quiero tener conmigo, es irónico, pero el blazer es el recordatorio de lo que me ha dicho, es como si la prenda se estuviera burlando de mí también.

Entro al restaurante y camino hasta la mesa donde todos siguen platicando animadamente.

— Lo siento, no lo encontré — digo antes de sentarme en la silla.

— No te preocupes, cariño — me dice Inna con amabilidad. Creo que a nadie le parece extraño que Jungkook haya decidido largarse así como así, tal parece que estamos acostumbrados a sus desplantes.

— Lo encontraste, ¿Cierto? — me pregunta Tae inclinándose ligeramente hacia a mí.

— !Por supuesto que lo encontré! Pero el muy desgraciado decidió irse en su motocicleta — respondo igual de bajo.

— Eso es clásico de Jungkook — Tae mueve la cabeza con decepción, haciendo que su cabello rubio se mueva también.

— ¿Sabes a dónde iba?

— Exactamente no lo sé, pero podría apostar todo lo que tengo a qué irá con alguien y terminará en alguna fiesta o algo parecido.

— ¿Con quién? — preguntó frunciendo las cejas.

— No lo sé, Jimin, solo basta con que marque un número en su celular y cualquiera de sus contactos estará a su disposición — yo suelto un suspiro cargado de asco.

— Son unas zorras — susurró.

Tae no le da demasiada atención a mi comentario y agradezco que no lo haga, en realidad sé que esas personas no tienen la culpa, pero no logro entender cómo es que se dejan tratar como basura, porque estoy seguro de que así es como Jungkook las trata, es que el hombre no tiene tacto ni sensibilidad, no es ni siquiera amable, Jungkook es la clase de persona que cualquiera querría a kilómetros de distancia de sus hijos.

Excepto mi madre, por supuesto.

Me como el postre que ya no sabe tan rico, y el café, que también se ha enfriado, suelto un quejido, después de todo, Jungkook si ha logrado amargar mi comida.

La cena se termina poco después de que vuelvo a la mesa, enseguida todos nos ponemos de pie y el papá de Tae paga la cuenta, incluyendo la de mi madre y la mía, ambos agradecemos el gesto y salimos del restaurante.

— Yo me iré con Tae, mamá, me quedaré a dormir con él — le digo a mi madre y le doy un beso en la mejilla. Veo como Sthela se sube en el auto y se aleja.

Mark e Inna también se van enseguida, dejándonos a Tae y a mí solos frente al restaurante, esperando que el valet parking traiga el auto de Tae para irnos.