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— JUNGKOOK —

He estado haciéndole la casería a Jimin desde el jueves en la tarde en que volví a cagarla con él, sé que fui rudo y que al contrario de haberme enojado debí de haberle agradecido el inmenso favor que le hizo a Yoongi, pero no puedo dejar de pensar en que ayudar a Yoongi de esta manera es un error, lo conozco, ha sido mi amigo por tres largos años, y una cosa es intentar protegerlo y otra cosa es salvarle el culo de forma en que él no deba preocuparse.

Pero sé que la mierda de Yoongi no es culpa de Jimin, y es hora de que terminemos con esta pequeña guerra fría que tiene lugar en nuestro departamento.

— ¿A dónde vas? — le preguntó mientras él sale arreglado de su habitación.

El me mira con cara de querer matarme y tal parece que no está dispuesto a dar el brazo a torcer... creo que me toca hacerlo a mí.

— ¿Quieres wafles? Compré una waflera hace unos días, sé que te gustan los pancakes y estos son como otra versión de los pancakes — intentó hacer conversación pero a él se le resbala.

Jimin mete su celular en su bolso y camina en dirección a la puerta, pero antes de que pueda llegar allí, yo intercepto la puerta, de tal forma en que él no pueda abrirla si no es quitándome, y él y yo sabemos que no tiene la fuerza suficiente para hacerme mover en contra de mi voluntad.

— ¡Ugh! — expresa.

Vamos avanzando.

— No voy a dejarte ir de aquí, hasta que no arreglemos esto de una vez por todas.

— ¿Arreglar que? — pregunta con su voz chillona.

— No podemos vivir como si fuéramos enemigos.

— ¡Somos enemigos!

— Pues si, pero por lo menos antes éramos enemigos que se dirigían la palabra.

— Pensé que no te gustaba hablar conmigo.

— No me gusta, pero es extraño estar aquí sintiendo que el departamento está solo cuando tu estás por ahí.

— De ahora en adelante haré más ruido al caminar — dice exasperado.

— No es eso a lo que me refiero y tú lo sabes.

— Déjame ir.

— No.

— Escucha, lo siento, ¿De acuerdo? ¿Era eso lo que querías escuchar?

— No, en realidad, no deseo escucharte en lo absoluto.

— Vamos, Park, yo sé que a ti tampoco te gusta vivir así.

Él levanta los hombros con indiferencia, pero yo sé que si le importa, yo sé que a él le jode esta situación tanto como a mí.

— Lo siento, Jimin, hiciste lo que creíste que era lo mejor y yo no debí portarme como un patán.

— Esa es tu naturaleza.

Bajo sus sábanas ; fanfic kmWhere stories live. Discover now