Bajo sus sábanas ; fanfic km

22

— JUNGKOOK —

— Está noche es muy probable que llegue tarde, por favor no te comas la comida china que dejé en la nevera — me pide Jimin mientras se peina el cabello con los dedos.

— ¿Por qué vas a llegar tarde?

— Tengo una cita con un compañero de clases y no sé cuánto me demore.

— ¿Una cita? — lo miró con una mueca suspicaz.

— Si, una cita, un encuentro entre dos personas que quieren conocerse o pasar un rato juntos, hablar, beber algo...

— Conozco el proceso — lo corto de una.

— Pues bien, tendré una cita.

— ¿Tae sabe que estás teniendo citas con tus compañeros?

— No — responde tajantemente y entonces sale del departamento.

Yo apago el cigarro que me estoy fumando, dejo la bacha en el cenicero, y no sé qué es lo que me pasa o lo que me obliga a levantarme y salir del departamento, pero casi sin darme cuenta, estoy persiguiendo a Jimin que acaba de tomar un taxi.

Me subo a mi motocicleta y sigo de manera sigilosa el vehículo amarillo hasta que se detiene en frente de un bar. Este no es el sitio en el que creo que Jimin prefiere una cita, sin embargo, paso por alto ese hecho y aparco la moto en la parte trasera del establecimiento.

Entro por la cocina y saludo a casper el cocinero.

Entro al bar y veo a Jimin que se está sentando en una silla con un tipo que se ve demasiado insípido para alguien como él. Se saludan amigablemente, el besa su mejilla y yo me escondo en una mesa y en donde él no pueda verme.

Esta tarde es noche de jazz en el bar, al dueño siempre le gusta hacer temáticas, noches de rap, noches de reggae, noches de jazz, el ambiente de hoy es particularmente romántico y me pregunto si esa es la razón por la que aquel hombre ha invitado a Jimin a venir aquí.

Me quedo allí un rato, viéndolos hablar y reírse hasta que siento que me dan ganas de vomitar, el parece estar disfrutándolo y no me gusta lo que siento cuando lo veo con ese tipo.

Decido que es hora de hacer una gran entrada, y mientras al fondo del bar se escucha a Sinatra y las bolas de billar chocar contra los tacos, me acerco a una mesa, me robó un silla y la pongo en la mesa de Jimin y del tipejo.

Pongo el asiento al revés, de manera que estoy recostando mis brazos sobre el espaldar de la silla.

Él me mira con los ojos abiertos y el hombre me mira como si yo le fuera a robar.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — me pregunta despacio, su ojo derecho prácticamente está temblando y sé que ese es un movimiento involuntario que demuestra cuán cabreado está.

Yo le sonrío a Jimin pero no le respondo.

— Sabías que él tiene novio, ¿Cierto? — le preguntó al hombre.

El me mira como un imbécil con retraso y yo no puedo creer que de verdad Jimin haya decidido salir con este idiota.

— Perdóname, no me he presentado de manera adecuada — digo mientras le extiendo al mano al idiota, — soy Jeon Jungkook, el hermano de su novio.