No es que Felix ya no pensara en Minho, muchas veces se había planteado la idea de salir y buscarlo, pero ya había decidido que no lo haría por el momento, porque encontrar a Minho significaba volver a su casa y no quería eso, por más que amara a Minho con todo su corazón, no quería regresar, tenía miedo de lo que su padre le haría, y en cierto sentido, Chan y él eran muy iguales, ninguno tuvo a su madre, ninguno tuvo a su padre, pero ambos tenían a una persona que los ha cuidado, tal vez la única persona que los amó, y sí, Chan sentía que necesitaba a su manada, pero Felix solo quería que alguien lo abrazara y le dijera que todo estaría bien, y eso era lo que había empezado a hacer Chan, claro, tuvieron que pasar semanas, semanas en las que se ignoraron por completo, semanas en las que el mayor dejó de ir, lo soltó y le dijo que se fuera, que si se quedaba, él no lo protegería de los peligros de ese lado del bosque, que debía irse, regresar a casa, y por fin había descubierto que Minho sí era el único que lo había estado buscando, pero no quería irse, no quería volver a una prisión de oro.
― Sigues aquí.
― Te dije que no me iría.
― Eso no es problema mío.
― ¿Y por qué vuelves?
― Ya me voy.
Desde ahí, cada día Felix buscaba a Chan y lo mordía, dejándolo inconsciente, no lo hería, solo estaba dormido, él no podía herir. Cuando Chan despertaba, estaba amarrado, Felix con los ojos rojos lo miraba y sonreía con malicia, siempre tenía el torso descubierto, y el menor amenazaba con morderlo, pero al final lo dejaba ir sin hacerle nada, Chan se debatía entre el deseo y la razón, quería tener al menor entre sus brazos, hacerle saber al mundo que Felix le pertenecía, y que él le pertenecía a Felix, unir sus almas como una sola, sentirlo siempre, saber si está bien, saber si está mal, y viceversa, quería que eso dejara de ser solo un juego, quería ser correspondido, quería que las cuerdas lo ataran a esa cueva, quería ser el juguete de Felix, pero le dolía ser el único que se hubiera enamorado, le dolía que Felix solo lo viera como un juego, un intercambio, pero se lo merecía, eso se decía cada día que volvía a casa y no entraba, para irse a correr hasta que sus piernas no puedan más, después, se quedaba a dormir al lado el lago al que había ido con Felix.
― Bien, fue suficiente, ¿qué te está pasando?, Hyunjin está preocupado por ti.
― ¿Y tú no? ―dijo, intentando que Changbin se desviara del tema.
― Claro que estoy preocupado, idiota, claro que me preocupas, eres mi hermano, aunque no de sangre, pero te quiero de todas formas, así que no sigas con esto dime que carajos te sucede.
― No es nada, estoy bien, voy a salir.
― Cuando ibas a ver a Felix por lo menos sabía donde estabas, ahora no sé a donde vas, tampoco entras a la casa, te he visto, he visto que miras la casa y luego te vas corriendo.
― Pudo ser cualquier otro lobo, no necesariamente yo.
― No creas que no sé distinguirte después de todos los años que hemos vivido juntos, es una acusación muy grave, decir que no puedo reconocerte.
― Te prometo que no pasa nada.
― No me interesan tus promesas, solo quiero que mi amigo esté bien, quiero verte sonreír de verdad, solo le sonríes a Hyunjin, y sinceramente te ves más triste que feliz, y él lo nota.
― Lo sé, ya lo resolveré yo, pero hay algo de lo que quiero hablar contigo, esta vez sí entraré.
― Más te vale ―se quitó algunas lágrimas que se le habían escapado y se fue dejando a su amigo ahí.
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El cazador | MOON TALES 1 | chanlix
FanfictionUn gran lobo negro buscaba venganza, era una pesadilla viviente, un cazador incanzable, nada iba a detenerlo si se decidía a tomar como pago al pequeño heredero.