(XIII)

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En todo el camino de regreso, los hermanos se mantuvieron callados y Chan no hizo más preguntas, HongJoong seguía llorando y temblando, mientras Yeosang intentaba calmarlo. Al menos Nayeon y Jongho estaban bien. 

― Señora Nayeon, Jongho ¿Cómo se sienten? 

― Estamos bien. 

― No me quejo. 

― Bueno, supongo que es hora de las presentación, a la mayoría de aquí ya los conocen, este es Jeongin. 

― ¿El príncipe asesino de la manada de Busan? 

― No soy un príncipe asesino. 

― Dejó su manada. 

― Exacto. 

― Estos son los hermanos Lee, Minho y Seungmin. 

― Ya se durmió, Yeosang se quedó con él, me pidió que los dejara solos y la verdad estoy de acuerdo, necesitan un momento para hablar entre ellos y descansar, ya mañana veremos que pasa. 

― Y este es Felix, ya lo conocen. 

― Bien, a descansar todos, tuvieron un día horrible, vamos. 

A la mañana siguiente, entre los sanadores decidieron que Hanna fuera a hablar con los hermanos. 

― Vamos, no puedo ayudarte si no me dices nada. 

― Con todo respeto, no creo que una loba sepa algo sobre brujos. 

― Tengo que saberlo, me tomo muy enserio mi trabajo, no te preocupes, pero si te reconforta puedo llamar a un amigo, solo que vive en el infierno y no es amigable en lo más mínimo. 

― No, está bien, solo deme un segundo ―Yeosang se volvió hacia su hermano―. ¿Estás seguro? ―HongJoong asintió levemente―. Bien, mi hermano me dio autoridad de responder por el, durante toda la revisión se dirijirá a mí y solo a mí, seré yo quien responda y seré yo quien decida ¿Bien? 

― Bien, pero necesitamos un testigo. 

― Felix. 

― ¿Seguro? 

― Es la pareja del alfa, por ende mi líder. 

― Bien, lo llamaré ―Hanna salió y regresó con su cuñado―. Aquí está ―Felix dio un asentimiento y se quedó apoyado en la pared, no debía interferir era solo un testigo de que se cumpliera el acuerdo. 

Hanna inició el chequeo cubriendo a HongJoong con una nube, Felix tenía algunos conocimientos de medicina, así que entendía un poco de lo que ocurría, el brujo tenía señales de tortura. 

― Detente. 

― Pero aún no termino. 

― Haz lo que te dice ―como la orden venía de Felix, Hanna no tuvo más remedio que obedecer―. ¿Qué sucede? 

― No le digas nada a Mingi, lo que sea que veas ahora se queda aquí, yo me encargaré de transmitir el mensaje ―los hermanos eran muy cerrados con respecto a sus parejas, si surgía una situación, era su completa responsabilidad informarla, claro, también influían las leyes de los brujos.

― Bien, como quieras.

― Felix, disculpa, pero esto te incluye.

― Conozco sus leyes, no tengo derecho a interferir a menos que sea vuelva muy grave.

― Sí.

― Entonces no hablaré, a menos que una vida corra peligro.

― Gracias líder.

― Solo Felix, respeto sus leyes, pero en este caso sí voy a exigir que se me llame por mi nombre.

― Gracias Felix.

― Hanna, sigue ―la nube volvió, HongJoong comenzó a sollozar―. Yeosang, conten a tu hermano ―dudando un poco, Yeosang inmovilizó a su hermano.

El chequeo terminó, Hanna contuvo un grito con sus manos, Yeosang bajó la cabeza, parecía que se esperaba eso, HongJoong se quedó paralizado y Felix tardó un poco en comprender, pero cuando entendió se quedó en blanco, HongJoong había sufrido un aborto, provocado por las constantes torturas.

― Esperen, no digan nada, Felix, por favor, quédate, Hanna, necesitamos un momento ―la mujer asintió―. Llame a Mingi por favor. 

― Claro ―la sanadora salió y después de unos minutos, Mingi entró a la habitación.

― Mingi, sé que lo sentiste, y la verdad, esperaba haberme equivocado.

― Yeosang.

― Escúchame, sin interrupciones, aquí, frente a la pareja del alfa como testigo, escúchame, por favor ―Felix asintió cuando la mirada de Yeosang alcanzó la suya.

― Te escucho. 

― Él nunca me dijo nada, nunca dijo que estaba esperando un hijo tuyo, jamás mencionó nada sobre ti siquiera, lo supe porque ―tomó aire y sus ojos se volvieron de un azul zafiro muy intenso―. Porque los escuché decir tu nombre cuando lo torturaban, HongJoong me escondió bien, ellos jamás supieron que yo estaba ahí, por eso pude comunicarme con ustedes, pero mi magia estaba limitada, es más, era casi inexistente, lo siento mucho, no lo ayudé ―Felix tenía una mano en la espalda de Mingi, sentía al lobo tensarse con cada palabra, pero no podía dejar que la situación se descontrole―. Un día, después de que esos lobos se fueran, me acerqué a él, vi la sangre, los golpes, los cortes, estaba tirado entre un charco de sangre, no me dijo nada, pero al día siguiente, es decir, ayer, cuando los lobos llegaron, él los mató, yo me encargué de los guardias, no eran tantos, pero cuando pregunté, no me dijo nada, a duras penas logré hacerle una revisión rápida, no confiaba en los resultados, como dije, mi magia no era funcional, pero el llanto de HongJoong y la forma en que se aferraba a ti me confirmaron todo, de verdad lo siento ―Yeosang se arrodilló, estaba pidiendo perdón, dejando descubierta su nuca, si el lobo lo perdonaba, le daría su mano para levantarse, pero si no, tendría que cortarle el cuello.

― Levántate, no es tu culpa ―Mingi tomó la mano de Yeosang y lo levantó―. Vete, Felix.

― Sí, les daremos su espacio ―Yeosang salió junto con Felix.

― Joongie, ¿cómo te sientes?

― Lo siento. 

― No fue culpa tuya.

― Sí lo fue, no me di cuenta a tiempo.

― No lo fue, vamos, déjame quedarme aquí.

― ¿Me amas?

― Con todo el corazón, y te juro por mi vida que jamás dejaré de amarte, ¿tú me amas a mí?

― Con toda mi alma, daría hasta la última gota de mi sangre por ti. 

― Vamos, descansa, necesitas recuperarte, cariño ―Mingi acarició la mejilla de HongJoong, el mayor se veía tan pequeño y frágil, pero por lo menos sabían que ahora ya no estaban solos.  

El cazador | MOON TALES 1 | chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora