XIX | headache

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Desperté con un fuerte dolor de cabeza, me encontraba en mi celda y poco a poco iba abriendo los ojos, acostumbrándome a la luz que había del día.
Cuando por fin mis ojos se pudieron acostumbrar pude ver a Nick sentado en una silla al lado de mi cama el cual estaba viendo hacia la puerta y su pierna no dejaba de moverse.

— Nick... — Dije en un hilo de voz, apenas podía hablar.

Inmediatamente el mencionado se paró de su asiento para asomarse a la puerta y gritar el nombre de Hershel. Volviendo rápidamente a mi lado se arrodilló a mi lado tomando mi mano.

— Dios Nat, ¿cómo estás? — Dijo en un tono demasiado preocupado.

— Me duele horrible la cabeza pero es todo. —

Nick parecía que quería decir algo más pero la presencia de Hershel lo detuvo, rápidamente Nick se paró y se hizo a un lado dejándole espacio libre a Hershel para que pueda revisarme.

— Bien, el dolor solo es por el fuerte golpe que recibiste, tomarás unos analgésicos cada ocho horas por tres días. — Dijo Hershel dándome instrucciones y dejando las pastillas que tenía que tomar junto con una botella de agua.

— ¿Fuerte golpe? — Dije confusa.

Tanto Hershel como Nick se miraron entre sí confusos, para después Nick acercase a mi. — ¿No recuerdas nada? —

— No... solo recuerdo que íbamos a salir pero desperté aquí con dolor de cabeza. — Dije con simpleza para volver a ver como ambos hombres se miraban entre sí un tanto preocupados y confundidos.

— Bien, hijo, dejémosla descansar, lo necesita. — Dijo Hershel para posar su mano en el hombro de Nick el cual asintió dejándome ambos sola en la celda.

Me iba a sentar en la cama pero el dolor era demasiado, así que como pude agarre la pastilla y la botella para tomármela acostada.
No pasó mucho tiempo estando sola ya que Maggie entró a mi celda.

— ¿Cómo estás, cariño? — Dijo Maggie sentándose a mis pies de la cama.

— Me duele la cabeza pero ya me tomé la pastilla que me recetó Hershel. —

Ella asintió. — ¿Qué tal tu día? — Preguntó.

— No sé muy bien, íbamos a salir pero desperté aquí, no entiendo que pasó. —

— Fue un golpe de calor y te caíste, por eso el dolor en la cabeza, decidimos dejarte para descansar y nosotros ya fuimos. — Contestó Maggie acariciando con cariño parte de mi pierna por debajo de la rodilla.

— Oh, nunca me había pasado. —



Por instrucciones de Hershel y órdenes de Daryl, me quedé en mi celda guardando reposo para que el dolor en mi cabeza fuera disminuyendo así que Carl me estaba haciendo compañía y junto con él había traído unos cuantos libros.

— ¿Crees que puedas leer con tu dolor de cabeza? — Preguntó Carl el cual se encontraba acostado en el lado contrario donde yo estaba.

— No sé que más podría hacer. — Tome el primer libro en mis manos para después hojearlo, no tenía ganas de leer ahorita mismo pero no había nada más entretenido.

Traté de leer pero no podría concentrarme por el dolor en la cabeza que a decir verdad iba siendo menos pero seguía esa molestia. No me dejaba leer y comprender lo que estaba leyendo así que cerré el libro y suspiré llamando la atención de Carl el cual imitó mi acción con su cómic.

— ¿No puedes leer? —

— No puedo concentrarme. —

— Ha de ser normal por el dolor de cabeza... ¿qué te parece si simplemente hablamos? No puedes salir así que...—

— ¿De qué quieres hablar? —

— Podrías no sé tal vez contarme si alguna vez alguien te ha gustado. —

— En mi corta vida no me ha gustado nadie, es decir no sé cómo debería sentirme para saber que alguien me gusta, ¿a ti? —

El castaño negó con la cabeza. — Casi no me juntaba con niñas, era más de niños. —

— Ha de ser bonito ese sentimiento, le pregunté a Nick cómo debería saber si alguien me gustaba y me dijo que simplemente se siente diferente, la simple presencia de la otra persona se siente diferente, se vuelve única a tus ojos y que te pones muy nervioso ante ella. —

Carl se quedó en silencio pareciendo que meditaba mis palabras ante aquel sentimiento que —al menos yo— no hemos experimentado.

— ¿Tenías tíos? — Preguntó Carl cambiando el tema.

— Exactamente tíos no, mi padrino era como mi tío, era mejor amigo de mi padre. —

— ¿Cómo era? —

— Era alto, cabello negro, una tez blanca pero bronceada, amaba cada que el llegaba a casa, siempre tenía algún regalo para mi y las comidas que hacía eran riquísimas. — Dije con una sonrisa en mi rostro.

— ¿Tú tenías tíos? — Pregunté al castaño.

Negó. — Lo más cercano a un tío fue Shane... — Dijo con lástima.

Next to you | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora