XIII | just friends...

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Corrí por mucho tiempo, adentrándome cada vez en el bosque, a cualquier lado que veía, estaba ahí ella, multiplicándose, era ella, mi mamá convertida en caminante mientras me perseguía

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Corrí por mucho tiempo, adentrándome cada vez en el bosque, a cualquier lado que veía, estaba ahí ella, multiplicándose, era ella, mi mamá convertida en caminante mientras me perseguía. No importaba a que dirección mirara, siempre estaba ahí.

Una raíz de árbol bastante grande hizo que me cayera, lo único que pude hacer es arrastrarme hasta pegar mi espalda contra el tronco del árbol. Mi respiración estaba agitada, mi corazón latía demasiado rápido y solo veía como un montón de caminantes se acercaban a mi, todos con la misma ropa de mi mamá, su mismo cabello castaño y sus ojos cafés, todo lo demás era como un caminante.

— Por favor... déjenme en paz. — Dije entre sollozos.

— Tú no deberías estar viva. — Dijeron al mismo tiempo todos.

— Perdón mamá yo... —

— Tus disculpas no sirven, ahora estamos muertas y todo por tu culpa. —

Se acercaron demasiado, acorralándome, sentí varias manos encima y como estas desgarraban mi piel arrancándola, uno agarró mi cuello y lo mordió.

Solté un grito de agonía.

Desperté sudada y con la respiración agitada, tocando cada parte de mi cuerpo que en el sueño sentía como dolía y ardía, bien, fue solo un sueño, un terrible y horrendo sueño

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Desperté sudada y con la respiración agitada, tocando cada parte de mi cuerpo que en el sueño sentía como dolía y ardía, bien, fue solo un sueño, un terrible y horrendo sueño. Me paré de mi cama y salí de mi celda, la prisión estaba en silencio, supongo que todos estaban dormidos, por las ventanas que estaban hasta arriba se filtraban los rayos de la luna.
Suspire y caminé a la celda donde estaba Carl, entré silenciosamente y me arrodillé al lado de Carl, con miedo toqué su brazo para despertarlo.

— Carl... — Susurré y volví a mover su brazo.

Se hizo un movimiento brusco y se despertó asustándome un poco.

— ¿Qué pasó? — Dijo adormecido.

— Yo... ¿puedo dormir contigo? tuve una pesadilla... — Dije un poco apenada.

El asintió y se movió hasta el otro lado de la cama, quedando del lado de la pared y yo me acosté en el pedazo que había dejado, el se dio la vuelta dándome la espalda y yo lo abracé por la espalda, pude sentir que se tensó un poco pero después agarró mi mano que quedaba su pecho para entrelazarla con la mía, puse mi cabeza en su espalda y cerré los ojos.

Next to you | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora