¿Bailamos?

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Capítulo 13.

¿Bailamos?

-Lo vamos a extrañar tanto, joven amo. - los sirvientes despedían a su señor a punto de subir al carruaje.
-Solo será un tiempo, quizá la próxima vez ustedes deberían ir a visitarme. Lizzy eligió un lugar bellísimo, Venecia les encantará.- respondió el noble abrazando a cada uno de sus sirvientes. Cuando llegó el turno de Jack dudo, pero al instante recuerdos de su infancia llegaron a su mente y como muchas veces el era dejado de lado por su delicada salud.

-Y tu cuídalos mucho a ellos. Quizá la próxima vez que nos veamos puedas trabajar conmigo en las compañía de juguetes.- el niño asintió emocionado a lo que el le dió un pequeño abrazo, nada espectacular pero al menos era un avance.

Subió a su carruaje y junto con su mayordomo partió lejos de Inglaterra.

§§§§

-Por fin en casa.- suspiró tumbandose en uno de los sillones del recibidor de su casa en Venecia.

-Nunca imaginé que lo oiría expresarse así de un lugar qué no es Londres.-

-Sorpresa demonio.- soltó una carcajada. 

-Vaya que lo es.- respondió apareciendo segundos después con el té y las muchas cartas que llegaron durante sus días fuera.

-¿Trabajo? Sebastián, no… Vengo cansado del viaje.-

-¿Cansado? No sabía que dormir todo el viaje era cansado. -

-Lo es cuando los asientos son incómodos y esos pese a ser de primera clase eran pequeños, poco confortables. No me negarás que tú falso cuerpo humano siente dolor de espalda.- 

-Creo qué ese no es el punto ahora mi lord.-

-Lo es. En realidad tengo bastante curiosidad por saberlo. Sebastián, ¿Tú puedes sentir dolor?-

-Algunas veces… Aunque solo dura pequeños instantes y puedo asegurarle que no es tan intenso como lo sienten los humanos.- sirvió el té para el conde.

-¿Cómo cuáles podrían ser esas veces? ¿Cuándo Undertaker te…

-Podría ser una. - suspiró. -Pero al igual que los humanos el dolor físico no se compara con otros.-

-¿Emocional?- 

-Quizá… Ahora si me disculpa, comenzaré a ordenar su equipaje.-

-Espera Sebastián.- tomó el brazo del mayor. -¿Cuando tú…

-Ese no es asunto suyo mi lord.- se alejó del conde.

Ciel por su parte suspiró. Ahora tenía una nueva curiosidad sobre su sirviente, una que buscaría la forma de resolver aún si tuviera que recurrir a una orden…

§§§§

-No se ve muy feliz luego de leer su correspondencia.- comentó el demonio terminando de preparar la cena de su amo, quien por cierto desde hace una hora permanecía sentado sobre la mesa de la cocina.

-El gobernador… Me invita a una cena/baile.-

-¿Quiere que le envié una carta de negativa en su nombre?-

-Aunque quisiera no puedo negarme otra vez. Desde que llegamos a la ciudad me ha invitado una vez trás otra. No puedo hacerle otro desplante.- suspiró. -Ni siquiera recuerdo cómo bailar.-

-O más bien nunca aprendió.- respondió por lo bajo, aunque no tanto como para que su amo no le escuché.

-Tus comentarios no son de ayuda Sebastián.- suspiró. -El baile es mañana… Si tan solo hubiera una forma de hacerme bailar.-

La vida del viudo Phantomhive.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora