La vida del viudo Phantomhive.

Noche tumultuosa.

Capítulo 2.

Noche tumultuosa.

-Ah, qué pesado es planear una boda, por fortuna el sábado termina esto. Jamás me habían pinchado tanto como lo hizo ese sastre. Aunque valió la pena. El traje es bastante mono.- se quejaba el conde Phantomhive luego de pasar prácticamente todo el día fuera en su última prueba de traje.

-¿Desea que le preparé un baño relajante?- preguntó el demonio antes de bajar del carruaje una vez que llegaron a la mansión. 

-Si, y también que me lleves algo ligero para cenar. Solo quiero irme a dor…. ¿Qué hacen todos ustedes aquí?-sorprendido el conde miró a varios de sus excompañeros del colegio en la entrada de su casa. 

-Supimos que ya te vas a casar y ningún hombre puede dar ese paso sin tener una despedida de soltero organizada por sus amigos.- 

-¿Clayton?- curioso observó al sujeto que ahora lucía una barba poblada.

-¡Hasta que te acuerdas de nosotros! Si no es por tu dulce prometida,  seguro que no nos invitas a la boda. Pese a todo lo que vivimos en nuestros  días en el colegio.- se lamentó el sujeto de gafas. -Pero estamos aquí para celebrar. Trajimos comida y varios barriles de bebida ¿En donde nos instalamos?-

-Eh, si… Sebastián.- llamó a su sirviente que apareció segundos después.

-¿Eh? ¿Michaelis-sensei?- sorprendidos los ex compañeros miraron al sirviente principal.

-Buenas noches caballeros.- saludó el sirviente. 

-¿C-como? ¿Qué tan mal lo trató la vida después del colegio?- habló Clayton.

-No puede ser profesor… Usted que nos ayudó tanto.- habló Harcourt quien pese a los años poco cambió en su apariencia más allá de su altura. -Venga conmigo,  moveré las influencias de mi familia y si no puede regresar a ese colegio si logramos colocarlo en un buen empleo como docente.-

-¡Ejem! Chicos…- llamó la atención de todos el conde. -Sebastián siempre ha sido mi sirviente. Tan solo se hizo pasar por profesor en aquel entonces.-

-Como verán caballeros, solo soy un simple mayordomo. - complemento la respuesta de su amo. -Una vez que saben eso les invito a que pasen, les mostraremos la legendaria hospitalidad de los Phantomhive….

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Tenía que admitir que cuando vió entrar a sus ex compañeros con tanta bebida a cuestas, imagino que eran excelentísimos bebedores, sin embargo allí estaban durmiendo ahogados de borrachos luego de beber entre todos apenas un barril de whisky y no era que precisamente el conde Phantomhive fuera un bebedor de campeonato, en realidad el muchacho era más alguien de ocasión, solo lo hacía en momentos necesarios para sus negocios o familiares.

-Oh vaya…- se sorprendió el demonio cuando entró al salón llevando un nuevo cargamento de botanas adecuadas para la juerga. -Se ve decepcionado joven amo.-

-Es increíble todo el escándalo que hicieron para caer dormidos de inmediato.- suspiró el noble. -Pero es mejor para mí, así puedo irme a dormir sin problemas y tú… Envíalos a casa cuando despierten y limpia este desastre.-

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Sí, vaya que estaba decepcionado de su despedida de soltero. No era como si él hubiese deseado una, pero entre Clayton y otros de sus invitados le aseguraron que sería la juerga de la vida y él sintió curiosidad por saber de qué se trataba. Verlos adornando el piso del salón donde los recibió fue, digamos, patético.