Quiero matar a mi madre. Sí, leyeron bien, quiero matar a mi madre. Puede que esto suene enfermo y retorcido para muchos, pero si hubieran vivido lo que yo he vivido por su culpa, entenderían por qué este deseo oscuro crece cada día más.
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Gavin
Quiero matar a mi madre. Sí, leyeron bien, quiero matar a mi madre. Puede que esto suene enfermo y retorcido para muchos, pero si hubieran vivido lo que yo he vivido por su culpa, entenderían por qué este deseo oscuro crece cada día más.
Con esta perturbadora confesión, me presento: mi nombre es Gavin Reynolds Franco. A los dulces diecisiete... esa edad en la que todos esperan que descubras el amor, los amigos y, tal vez, una vocación. Bueno, descubrí que mi vida podía cambiar de un giro dramático. Y no, no pude hacer nada para evitarlo.
Aún recuerdo como si fuera ayer el día en que maté a un grupo de chicos por ensuciar mis consolas sin mi permiso. Oh, ¿esperaban una razón más noble? ¡Por favor! La sangre no se derrama solo por causas heroicas.
Quisiera decir que ellos fueron mis únicas víctimas, pero la realidad es que hay más gente en esa lista. Y aquí estoy, disculpándome de antemano por no ser el mejor en controlar estos poderes que no pedí. ¿Ven la ironía? Un adolescente con superpoderes que no puede soportar una mancha en su preciado mundo digital.
Pero, tranquilos, no soy el problema de ustedes, soy el de Violeta Boulevard Vanderbilt, mi guardiana. Soy su dolor de cabeza, siempre tiene que arreglar mis desastres y mantenerme lejos de la corrupción que traen mis propios poderes. Claro, porque mis poderes no son tan geniales como los de Spiderman; no me vuelvo más guapo o más popular, no consigo a la chica de mis sueños ni salvó el mundo en las películas.
Soy mitad humano, mitad brujo, pero la verdad es que no es tan emocionante como suena. Mis poderes brujeriles tienen un origen bastante oscuro, lo cual me impide usarlos libremente porque podría convertirme en algo que mi madre, Bonnie Malarkey, estaría orgullosa de haber creado. ¿No les mencioné que la odio? Ella tuvo la brillante idea de traer al mundo a tres hijos en cuerpos de mujeres diferentes, cada uno un intento fallido en su loca búsqueda de revivir la magia antigua. Primero Massimo, luego Bradley, y, por último, yo. Maravilloso, ¿no?
Hace ya un año desde que descubrí que tengo dos hermanos y una madre malvada, que parece la versión femenina del Dr. Doofenshmirtz, siempre tratando de frustrar nuestras vidas para cumplir sus malvados deseos, aunque nunca logra hacerlo del todo.
Sin embargo, hoy dejemos a esa bruja de lado y concentremos en ganar este juego.
- ¿Eso es todo lo que tienes, hermanito? - bromeé antes de esquivar hábilmente a Massimo.
Massimo se río y se lanza de nuevo, tratando de ponerme las cosas difíciles. Pero, estaba en mi zona, practico básquet desde pequeño y siempre he sido bueno, aunque no tengo la estatura.
-Aún puedo darte batalla, Gavin. No subestimes-respondió Massimo, deslizándose para bloquear mi avance.
Quieres darles a los híbridos todo lo que les han arrebatado, quieres ser su líder y derrotar a una de las familias más fuertes de las elites, los Exael. Y sé que lo lograras, pero ganarme en este juego, claro que no.
