Quiero matar a mi madre. Sí, leyeron bien, quiero matar a mi madre. Puede que esto suene enfermo y retorcido para muchos, pero si hubieran vivido lo que yo he vivido por su culpa, entenderían por qué este deseo oscuro crece cada día más.
Con esta pe...
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Narrador omnisciente
Violeta y Gavin no dudaron en cruzar el portal junto a Alaia, decididos a ayudar. Sorprendentemente, no llegaron directamente al origen del problema, en cambio, primero se encontraron en un almacén lleno de armas y trajes. Gavin no perdió tiempo y utilizó sus poderes para limpiar su cuerpo y el de Violeta, que aún conservaba rastros de la reciente pelea.
Alaia les informó que no tenían mucho tiempo. El plan era el siguiente: Violeta, con sus libros, debía evitar que lastimaran a Mike, mientras que Gavin debía prepararse para atacar y romper las barreras mágicas de los oponentes desconocidos.
Violeta se cambió con entusiasmo, eligiendo sus armas con la esperanza de que la diversión no terminara. Estaba lista antes que Gavin, quien, con un movimiento rápido, hizo aparecer los libros que ella necesitaba. Sin perder ni un segundo, Violeta abrió el libro de Mike y activo sus poderes para borrar cualquier objeto que pudiera atacarlo.
Mientras Violeta trabajaba, Alaia le pidió a Gavin que preparara un portal de emergencia para que Violeta pudiera usarlo, además de abrir un portal para ella misma y que se preparara rápidamente. Gavin, estresado al máximo, trató de cumplir con todas las instrucciones a la velocidad de la luz. Observó cómo Alaia cruzaba el portal que había abierto y, tras guardar un portal de emergencia en uno de los anillos de Violeta, su mejor amiga siguió a Alaia para ayudarla.
Gavin no estaba al tanto de lo que ocurría detrás del portal. Mientras intentaba terminar de cambiarse, la ansiedad le hacía moverse lentamente, y las constantes demandas de las chicas solo ralentizaban su progreso. Cuando estuvo listo camino hacia el portal sin esperarse que algo golpeara su rostro.
-¡Carajo, Violeta, me pegaste con tu libro! Casi me matas -se quejó Gavin mientras cruzaba el portal.
En ese momento, todos se volvieron a mirarlo. Aunque llevaba un traje que combinaba a la perfección con el de Violeta, su apariencia era sorprendentemente provocadora. El chico, que antes era delgado y parecía débil, ahora mostraba un cuerpo más musculoso en los lugares correctos. Su cintura pequeña no había cambiado, pero sus piernas resaltaban en el traje ajustado, y el pantalón acentuaba su trasero de manera notable.
Violeta se río y se acercó a su amigo, quitándole un cuchillo de su pantalón-Deja de quejarte, bebé, y embruja esto -exigió.
Gavin la miró con una mezcla de reproche y admiración, luego sacó su frasco y llenó el cuchillo con una de las pócimas que había preparado.
-De verdad que sabes cómo prenderme -dijo mientras le devolvía la daga. Ella le guiñó un ojo antes de usar su arma con agilidad.
El brujo notó que el lobo que tanto se esforzaba en evitar estaba a pocos metros de distancia. Melek examinó a Gavin y el chico se estremeció, consciente del efecto que el alfa tenía sobre él.
Por suerte, un ente atacó a Gavin, sacándolo de su trance. Gavin usó sus poderes para elevarse en el aire y empleó los cadáveres en el suelo como armas, lanzándolos a los entes cercanos.
