Narrador omnisciente
La verdad siempre encuentra la forma de salir a la luz, y en el oscuro laberinto de la mente de los lectores, la pregunta que resonaba llena de sorpresa era: ¿Qué le habían quitado a Azra? ¿Cómo había llegado a convertirse en el villano de esta historia? La respuesta era más escalofriante de lo que cualquiera podría imaginar.
Azra, un ángel de la muerte, una vez conocido por su compasión y serenidad, guiaba a las almas en su transición final. Pero esa paz que lo caracterizaba se desvaneció el día que recibió la misión de buscar un alma perdida en la Tierra. Fue en ese instante que "Time", la siniestra organización que manipulaba destinos, lanzó su trampa. Azra fue capturado, despojado brutalmente de sus alas por Bonie, y, como si la culpa de su caída fuera suya, el cielo lo desterró sin titubear.
Cuando Melek apareció en su vida, Azra estaba al borde del suicidio. Pero Melek no le ofreció piedad ni consuelo, sino una oferta burlona: si no saltaba, le daría un propósito. No fue la compasión lo que lo salvó, sino la necesidad de Melek de un secretario para reemplazar al anterior. Azra aceptó, y lo que comenzó como un acto desesperado por ocupar su mente, se convirtió en una peligrosa lealtad.
Melek lo trató con una amabilidad superficial, una que Azra, sediento de cualquier atisbo de afecto, confundió con algo más profundo. Pero esa burbuja de seguridad se rompió cuando apareció Mike, el omega que era la pareja destinada de Melek. Los celos comenzaron a florecer en Azra, un veneno que fue cultivado por Maia, quien no era simplemente una consejera, sino un ser oscuro con sus propios propósitos. Maia vio en Azra la herramienta perfecta para desatar el caos.
Ella le susurró al oído, recordándole que Melek lo estaba abandonando por alguien más, incitando su rabia y sus inseguridades. Desesperado por recuperar el afecto de Melek, Azra hizo lo impensable. Amenazó a Mike y separo a la pareja, pero no fue suficiente. El vacío entre él y Melek solo creció. Maia, astuta como siempre, le insinuó que recuperara sus alas para restaurar su poder, pero Azra se resistía. No quería lastimar a un inocente, aunque el veneno de los celos lo consumía lentamente.
Entonces apareció Gavin. A primera vista, no era una amenaza; no parecía del tipo de Melek. Pero Maia, siempre presente, le hizo dudar. "Sácalo del camino antes de que sea un problema, como lo fue Mike", insistió. Azra trató de ignorarla, porque en el fondo, Gavin le agradaba. El chico estaba claramente enamorado de Melek, pero Azra confiaba en que no representaba peligro. No hasta que Melek empezó a perder interés en el trabajo por pasar tiempo con el brujo.
Los celos de Azra se convirtieron en una furia contenida. Saboteó los planes de Melek, esperando distraerlo de Gavin, pero Melek solo lo apartaba más, delegando más responsabilidades en él mientras se entregaba a los encantos del brujo. La desesperación llevó a Azra a adoptar el disfraz de Smoke, usando la identidad para sembrar inseguridades en Gavin, empujándolo a traicionar a Melek. Y cuando lo logró, creyó que había ganado. Melek y Gavin se separaron, pero esta vez, algo era diferente. Melek no superó a Gavin tan fácilmente como había superado a Mike. A pesar de la traición, Melek seguía vigilando al brujo, mostrando una posesividad que Azra nunca había visto antes.
Entonces, Maia apareció una vez más, burlándose de él. "¿Ves? Otra vez te ganan. Pero yo puedo hacer que todo cambie. Si me ayudas a liberar a los entes, te prometo que Melek será solo tuyo". La propuesta era tentadora, y Azra, debilitado por la ira y la desesperación, finalmente accedió.
Maia le reveló la verdad sobre los entes: eran las almas de aquellos que el cielo había abandonado, seres atormentados que, en su sufrimiento, habían sido atrapados en una dimensión oscura. Algunos de ellos eran los brujos torturados en experimentos de los Exael; otros, los híbridos secuestrados por los lobos y vampiros para alimentarse de ellos.
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SEDUCTORA REDENCIÓN (QUINTO LIBRO DE LA SAGA AES)
RomanceQuiero matar a mi madre. Sí, leyeron bien, quiero matar a mi madre. Puede que esto suene enfermo y retorcido para muchos, pero si hubieran vivido lo que yo he vivido por su culpa, entenderían por qué este deseo oscuro crece cada día más. Con esta pe...