15. Desierto

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Gavin

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Gavin

Sentía un dolor punzante en mi cabeza. Una señal clara de que el cadejo estaba cerca. Pero este dolor era diferente. Más que un aviso, era un recordatorio de todo lo que se había roto. Respiré profundo y me dirigí a la sala, donde sabía que estarían Violeta y... él.

-¿Nos podemos ir? -le pregunté a Violeta, sin siquiera mirarlo. No lo merecía.

Violeta me miró, confundida. Estaba perdida, tratando de encontrar sentido en todo esto. Pero no había sentido alguno.

-¿Te sientes bien? -escuché su voz, esa voz que una vez me calmaba y ahora solo me llenaba de rabia.

Me esforcé por no mirarlo. No quería ni su presencia ni su toque. Se acercó y lo evité, creando un portal con la desesperación de quien se ahoga y necesita aire. Con la mirada, le rogué a Violeta que me siguiera. No podía quedarme ahí un segundo más.

Al cruzar el portal, ya estaba de vuelta en mi habitación. Ajusté mi collar, intentando sofocar el dolor de cabeza que se disipaba poco a poco. Pero había otro dolor, uno más profundo que no desaparecía. Un dolor que se clavaba en mi pecho como un puñal.

-Gavin, hablemos...

-¡No me toques! -Grité, golpeando su mano con una fuerza que me sorprendió hasta a mí. Ya no me importaba nada.

-Si es por esa estúpida pregunta... -empezó a decir, con esa maldita calma que me volvía loco- Hablemos. Es cierto que Mike me sigue importando, pero no de la misma forma.

Lo ignoré. No podía soportar oírlo. Caminé hacia Violeta.

-Llama a Bradly. Necesito que venga, ahora.

Violeta, todavía sin entender lo que estaba pasando, salió de la habitación para hacer lo que le pedí. No podía ver esto.

-Respóndeme algo con sinceridad. No me mientas más -le dije, mirándolo a los ojos por primera vez. Sentí la rabia arder en mi interior- ¿Sigo necesitando el tratamiento?

Él pareció dudar. Respiró profundo antes de contestar, negando con la cabeza.

-Los últimos exámenes indican que no necesitas más el tratamiento.

Sentí que todo dentro de mí se rompía de nuevo. El cadejo podía seguirme, rodearme, pero esta vez no tenía el control. Solo yo. Por fin.

-Entonces no hay razón para seguir con esto, ¿verdad? -Las palabras se ahogaban en mi garganta, el dolor me cortaba la respiración.

-Podríamos buscar otra excusa... ¿No quieres continuar con lo que tenemos? -dijo, acercándose a mí, acariciando mi cuello como si eso pudiera calmarme.

Pero ahora todo me da asco. Pura manipulación.

-¿Qué tenemos, Melek? -Aparté sus manos de mi cuello con repulsión- Smoke me dijo todo. Que solo querías recuperar tus poderes. Me dejaste sufrir como un maldito, con todas esas pesadillas, esas muertes... Ya conseguiste lo que querías. ¿Qué más quieres de mí?

SEDUCTORA REDENCIÓN (QUINTO LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora