SEDUCTORA REDENCIÓN (QUINTO LIBRO DE LA SAGA AES)

26.Parte 2: Especial

Gunner

Me sentí desorientado, la vista nublada y los sentidos silenciados. Tardé en recuperar el control de mi cuerpo, y cuando finalmente pude enfocar la mirada, retrocedí.

—¿Te divertiste? —murmuré, masajeándome las sienes mientras los nuevos recuerdos me asaltaban. Todo había sido un juego para ellos— ¿No hubiera sido más fácil pagarme por ser el niñero de tu hermano?

La sensación de haber sido manipulado me quemaba, pero lo mantenía bajo la superficie, como siempre. Melek, por su parte, no parecía ni un poco afectado.

— No vine a disculparme, porque eso ya no importa. Quiero ofrecerte un trato —respondió Melek, su voz rebosante de esa arrogancia que tanto me irritaba.

—Wow, qué considerado —respondí con sarcasmo, mis ojos recorriendo las cicatrices que Smoke había dejado en mi piel. El tiempo había suavizado su rabia, pero seguir cuidando de un lobo alfa drogadicto no era precisamente lo que planeaba para mi vida

— Sé reconocer cuando alguien hace un buen trabajo. Y tú lo estás haciendo. Has cuidado bien a mi hermano. ¿Qué deseas a cambio de seguir haciéndolo? —hizo un gesto a su secretaria para que se acercara.

Recordé vagamente que Melek había estado en mi apartamento, asegurándose de que su hermano estuviera bien. Había traído doctores, incluso psicólogos. Estaba al tanto de todo lo ocurrido con su secretario anterior, porque Gavin me había contactado para comprobar cómo estaba. Pero en ese momento, esos detalles no me importaban. Solo quería cuidar de ese lobo.

— ¿Y si digo que no quiero hacerlo, ni por todo el dinero del mundo?

— Debe haber algo que quieras, y puede que no sea dinero —hizo una señal a su secretaria, quien le entregó una carpeta— ¿Qué tal esto?

Abrí la carpeta y vi fotos de un crucero llamado "EvenTide" en diferentes ángulos. Había una lista de celebridades que habían estado a bordo. La entrada era exclusiva y solo realizaban tours dos veces al año.

— Massimo descubrió que los Exael son los cerebros detrás de la utilización de híbridos y omegas para crear una sustancia que fortalezca a las élites. Algo extraño sucede en el ADN de los sobrenaturales más viejos; con el tiempo, todo indica que nos debilitaremos, a diferencia de los originales. Por eso, los sobrenaturales adultos necesitaban desesperadamente una solución, y los Exael se la proporcionaron: el adrenocromo. Esta sustancia se genera bajo condiciones extremas que provocan emociones intensas, especialmente el miedo y el sufrimiento —me mostró las fotos de omegas y híbridos siendo torturados— Pero no se detuvieron ahí. Al descubrir que el efecto era aún más duradero extraído de los brujos, se obsesionaron. Extinguieron a esa élite, y aunque todos saben lo que hicieron, pocos comprenden cómo lo lograron. Exponían a los brujos a torturas y maltratos para perfeccionar sus experimentos. Nix, Kellan, Lysander, Samael y tú son solo algunos de los que se beneficiaron de esa atrocidad —me miró fijamente, su mirada cargada de un peso que no podía ignorar.

—Si esperas que me sienta culpable por lo que otros hicieron, has perdido tu tiempo —cerré la carpeta y se la devolví a la secretaria— No quiero nada que los involucre.

No me molesté en mirar a Melek de nuevo, simplemente me levanté, listo para largarme de allí.

—Si te vas, llévate a tu hermano contigo.

—Fuiste a ver a los médicos de Samael porque hay días en que se te adormecen las manos —sus palabras me congelaron— ¿Sabes por qué te ocurre eso? Porque yo sé que tu enfermedad está regresando.

Me detuve, tensando la mandíbula, pero no me giré. Me tenía vigilado, eso ya lo sabía. Pero no pensaba darle la satisfacción de verlo reflejado en mi rostro.