Quiero matar a mi madre. Sí, leyeron bien, quiero matar a mi madre. Puede que esto suene enfermo y retorcido para muchos, pero si hubieran vivido lo que yo he vivido por su culpa, entenderían por qué este deseo oscuro crece cada día más.
Con esta pe...
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Gavin
Afortunadamente, Bradly y Violeta se encargaron de arreglar discretamente el lío que causé. No quería lastimar a nadie, solo quería demostrar que puedo ser útil. Pero Violeta no lo vio así y me amenazó con ponerme una correa que bloquee mis poderes si vuelvo a meterme en problemas. Yo le dije que no se pusiera sádica, porque eso no me asusta, me excita.
Aunque no soy precisamente un fan de levantarme temprano un domingo, le pedí a mis padres que me ayudaran con el costo del pase para conducir. Para obtenerlo, necesito asistir a algunas clases teóricas presenciales, ya que al final me harán un examen escrito y uno práctico. Hice mi mejor esfuerzo para mantenerme atento durante la clase, así que tomé un Speed Max para evitar quedarme dormido en medio de la lección.
Regresé a casa y mi cama me estaba llamando, haciéndome ojitos. Pero no podía dormirme; tenía que hacer un instrumental para mi clase de producción musical. Quiero hacer un afrobeat. Antes de sumergirme en mi equipo de producción, calenté la comida que mi mamá había dejado para mí. Casi podía escuchar a Violeta diciéndome: "Aprende a cocinar, flojo".
Después de comer, intenté evadir mis responsabilidades y me eché una partida en Mobile Legends. Quería probar a Grock para hacer un video de recomendación. Al principio, no tenía mucha fe en el héroe, pero tras varias partidas, me di cuenta de que es ideal para cualquier nivel de jugador. Stunea, bloquea el paso con su segunda habilidad, hace mucho daño con su primera y, además, tiene gran defensa. Es como tener dos tanques en la partida: uno que hace daño y revienta, y otro que ayuda a todo el equipo.
Maldije cuando la llamada de Violeta me hizo perder la partida. - ¿No podías llamarme en una hora? ¡Me hiciste perder la partida, marica!
- Deja el drama, puedes volver a jugar con tus muñequitos, después - respondió ella, mientras movía el celular para que pudiera verla y ver qué estaba haciendo.
No necesitaba ver mucho para darme cuenta de que estaba reorganizando su habitación, o más bien, moviendo todo de su lugar. Solo hace eso cuando algo no anda bien, y creo saber cuál es el problema.
- No son muñequitos. Además, estaba en una partida clasificatoria, y si me matan, pierdo puntos. Así que, por tu culpa, bajé de nivel - le recriminé, molesto.
- Ya volverás a subir, no exageres. ¿Es más importante ese juego que yo? - me miró fijamente a la cámara, sabiendo que tenía que responder.
- Tú - respondí rápido, temiendo su reacción. - Pero la próxima vez, mándame un mensaje antes de llamarme. No puedo estar perdiendo - traté de elegir mis palabras con cuidado.
A veces, Violeta se toma las cosas muy a pecho. Y últimamente, esto sucede con más frecuencia porque está bajo mucho estrés. El profesor Óscar es un tipo complicado. Violeta no ha hecho nada malo; simplemente, ese viejo calvo parece disfrutar abrumando a la gente con tareas que ni siquiera revisará. Violeta opinó que debería reducir la carga, ya que tenían bastante con las otras clases. En lugar de considerar su opinión, el profesor se exaltó y le dijo que quien no estuviera de acuerdo con su clase, que se retirara.
