Cap. 21 Las risas de la casa

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Narra Anti:

Los dias fueron pasando tal cual un río. Con esto quiero decir que parecieron mucho más largos de lo que deberían. Joseph encontró la manera de quedarse en mi casa, por lo que ahora ocupaba la habitación de invitados que teniamos, por más que intenté que se quedara en algun hostal o recidencia, no me escuchó y puso muchas trabas a mis palabras, entre ellas, el hecho de que el sabía cocinar y que Alastor no tenía una buena alimentación saludable, lo cual aparentemente adivinó al revisar mi refrigerador.

Claro, eso no me convenció y me ofendió, admitia que no era muy bueno con la cocina como una madre real, pero me esforzaba por colocarle verduras y que comiera frutas, jugos naturales y si eran cosas fritas, le metía disimuladamente vegetales, como los brócolis que aún utilizo para las comidas.

Por lo que su punto no me convenció.

Joseph: Bueno, debo decir tambien que e escuchado los rumores al venir acá- Me confundieron sus palabras, pensando que se referían a los rumores que me involucraban pero su expresión séria me desconcertaba- Luissiana se a convertido en zona de alarma, los niños desaparecen de la nada.

Anti: Oh, eso...no estoy al tanto -El periodico no era algo que llegara hasta aquí como en la ciudad, por lo que solo a veces podía permitirme conseguir uno cuando iba al mercado, una vez cada dos semanas.

Pero lo que me acababa de decir provocó ese mal presentimiento que tenía respecto al viaje de trabajo que me esperaba en unos días.

Joseph: El plan principal era alojarme en un hotel y visitarte luego -Se sinceró conmigo, alzando sus piernas y apoyandolas en la mesa, acto que me molestó y lo notó, pero solo rió- Pero en el camino escuché a las personas rumorear sobre los niños que han estado desaparecidos y la verdad, tengo el presentimiento que no es nada bueno lo que les pasó.

Anti: Eso...

Joseph: Por tu cara adivinare que no tenías ni idea y eso mi amigo, es el error más estupido que puedes cometer.

Vi su ceño fruncido y su enojo, no lo culpaba, no estaba al tanto de esto, me sentía estupido por ignorarlo, debí escuchar los rumores o al menos comprar un maldito periódico, estaba sumamente preocupado por la situación, eran niños, Alastor estaba facilmente dentro del blanco de esas desapariciones y yo solo había...

Joseph: Azael -Interrumpió mi linea de pensamientos, suspirando al llamar mi atención- Quizas estoy equivocado, pero no dudo que un padre se preocupe por su hijo y tu no eres una escepción, mira, entiendo que por la ubicación de tu hogar y tu forma de vida aislada te hayas hecho ignorante de estos sucesos que ocurren. Por eso vine acá, sabía que esto podría estar pasando y tu obviamente no puedes estar solo, miralo como quieras, pero eres un padre soltero para nada masculino o fuerte, no tienes a casi nadie para proteger a tu hijo y pensar en eso no me da confianza, asique lo siento, pero me voy a quedar acá con ustedes.

No entendía como habiamos llegado a esta situación donde ahora él parecia quien tomaba el mando, pero, la verdad estaba más preocupado por Alastor como para que me importara el cambio de roles en mi casa.

Anti: Admito que necesitare ayuda -A pesar que odiaba pedirla, no era momento de ser orgulloso con algo que me superaba- Agradesco tu preocupación con Alastor, acepto tu apoyo en esto.

Joseph sonrió, dejando su mirada severa al instante y pasando a una aliviada, como si creyera que me negaría a aceptar su mano, algo que e realidad hubiera hecho hace 3 o 4 años. Pero se trataba de Alastor, no de mi, era sobre la seguridad de mi hijo, el bebé que habia criado y practicamente mi unica compañia constante que tenia en este mundo, era el niño por el cual desarrolle un gran afecto paternal e imaginar que fuera secuestrado y obligado a hacer cosas atroces, me destrosaba el alma. Realmente, no tenia dudas de dejar a Joseph vivir con nosotros si era una seguridad más para ese niño.

Niñer@ de un asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora