Abrí los ojos lentamente, el calor del sol cayendo sobre mi rostro y los primeros sonidos de la mañana llenando el aire. Me moví un poco, sintiendo los brazos de Lando todavía alrededor de mí, su respiración tranquila. Era tan reconfortante, pero el murmullo de voces en la distancia me sacó del momento.
Nos levantamos eventualmente, recogiendo las cobijas y dejando las hamacas atrás. La casa estaba llena de un olor suave a café y tostadas cuando entramos. Carlos y Pierre estaban en la cocina, riendo por algo que había pasado mientras preparaban el desayuno. Charles, por otro lado, estaba apoyado contra el mostrador, con una taza de café en la mano y el ceño fruncido.
—Buenos días —dijo Lando, con una voz despreocupada mientras me ayudaba a servir una taza. Yo me senté junto a él en la mesa, sintiéndome algo nerviosa bajo la mirada de Charles.
Charles levantó la vista de su taza, pero su expresión seguía tensa. Sus ojos se encontraron con los míos por un segundo antes de mirar a Lando.
—¿Y cómo dormiste, Lando? —preguntó Charles con un tono que intentaba sonar casual pero claramente tenía un toque de sarcasmo.
—Muy bien, gracias —respondió Lando, tomando un sorbo de su café. Luego me dirigió una sonrisa, pasando un brazo por detrás de mi silla —Estar al aire libre tiene su encanto.
Charles dejó escapar una risa seca, bajando la mirada a su taza.
—Claro, especialmente cuando compartes hamaca. Seguro fue muy cómodo.No pude evitar sonrojarme, escondiéndome un poco detrás de mi taza de café. Carlos, al notar la tensión en el ambiente, decidió intervenir.
—Eh, qué tal si mejor nos enfocamos en el desayuno? —dijo, colocando un plato con frutas en la mesa. —¡Tenemos pan tostado, jugo y buen humor! Vamos, Charles, no seas tan gruñón.
Charles le lanzó una mirada, pero no dijo nada más. En cambio, se acercó a la mesa y tomó asiento justo enfrente de mí, manteniendo su mirada fija en la mía por un momento antes de romper el contacto. Había algo en su actitud que me hacía sentir que la conversación no había terminado, solo estaba en pausa.
Mientras tanto, Pierre y Carlos intentaban cambiar el tema, hablando de lo ridículo que fue dormir en hamacas y de lo mucho que querían una cama esa noche.
Lando, ajeno al todo el subtexto, reía y me susurraba pequeños comentarios al oído que me hacían sonreír, aunque no podía evitar sentir las miradas de Charles de vez en cuando. Había algo, como si estuviera esperando el momento perfecto para lanzar un comentario que removiera las aguas.
Sabía que algo iba a decir, podía verlo en la forma en que giraba su taza entre las manos, en su media sonrisa burlona.
—¿Y qué tal dormiste, Stella? —preguntó finalmente, con un tono tan casual que me hizo tensar los hombros. Levanté la vista, intentando mantener la calma.
—Bien, gracias —respondí, fingiendo desinterés mientras jugaba con la cuchara en mi taza de café.
Charles inclinó ligeramente la cabeza, su sonrisa creciendo.
—¿Bien o muy bien? —añadió, dejando claro el doble sentido. Pierre soltó una tos incómoda, pero nadie intervino.Le lancé una mirada rápida, intentando no caer en su provocación.
—Lo suficiente como para no estar de mal humor esta mañana, cosa que no puedo decir de todos aquí.Charles dejó escapar una carcajada baja, apoyándose en la mesa con los codos.
—Vaya, parece que alguien se levantó con agallas hoy. Tal vez dormir acompañada tiene sus ventajas.Sentí el calor subiendo a mis mejillas, pero antes de que pudiera responder, él continuó, su tono más incisivo.
—Aunque espero que tu novio te haya dejado espacio. Las hamacas no son tan cómodas para dos, ¿o sí?
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Sexy Bitch - Lando Norris
FanfictionSer piloto de F1 es realmente increíble: dinero, lujos, viajes y admiradoras por doquier. Sin embargo, a veces es necesario tomar un breve respiro de todo eso. Lando lo entiende bien; más allá de las pistas, disfruta de su tiempo libre como DJ, sie...