Jeon Jungkook, siempre odio que las personas le dijeran que hacer.
Odiaba que su madre hiciera planes sin consultarle antes.
Odiaba que los chicos ordenarán comida sin tomar en cuenta lo que el quería.
Incluso odiaba que su jefe le diera órdenes.
Pero, para todo había una excepción y la de el tenía nombre y apellido y ese era Park Jimin.
El rubio podía hacer cualquier cosa sin consultarle y el jamás podría molestarse con él, había cambiado su forma de ser, su forma de vestir y en algunas ocasiones hasta se había vestido con lo que había elegido para el sin consultar.
Jimin, era la excepción en todo.
Y ese sábado por la mañana no había sido una excepción. Jimin había organizado un viaje para los dos, con la excusa de que tenían que dejar la casa libre para que trabajarán en las remodelaciones logro sacarlo de la cama muy temprano por la mañana.
Y justo en ese momento se encontraban en el interior del Ferrari. Jungkook iba manejando, Jimin iba de copiloto hablando sin parar y Bam iba en el asiento trasero durmiendo tranquilamente. Gracias a Dios el lujoso auto de Jimin contaba con 4 piezas, era uno de los más lujosos que tenía la marca y aunque nunca tuvo a nadie con quien compartir el interior del auto, pues Seokjin siempre iba que salían usaba los unos de su familia y no tenía más amigos que el. Sin embargo esta vez era diferente, pues Jungkook junto a el y Bam en la parte trasera.
Iban de camino a una de las casa de playa de la familia Park, pasarian allí el fin de semana y regresarían el domingo por la noche cuando ya las remodelaciones de la casa estuvieran listas.
Jimin hablaba sin para buscando la mejor opción para que Jungkook se ponga al día con sus estudios.
Habían hecho una lista de los puntos que debían mejorar en la vida de Jungkook, si es que quería traer a casa de nuevo a Juwoon.
Durante todo ese tiempo no habían podido comunicarse con el, ya que su tía no contaba con telefono y ellos no habían tenido tiempo de viajar hasta Busan.
Solo habían pasado un par de días desde que Jimin recibió el dinero de la herencia y el cargo en la empresa y aunque había pensado aprovechar ese fin de semana para ir a visitarlo. Por primera vez en su vida se permitió ser un poco egoísta y disfrutar un poco de la compañía de Jungkook. Claro que se había sentido mal, pero se prometió a sí mismo compensar al pequeño una vez estuviera con ellos.
Durante el camino a la casa de playa del abuelo, lograron ponerse de acuerdo y llegaron a la conclusión de que lo mejor para Jungkook a esas alturas era contratar un profesor para que le diera clases privadas y que pudiera ponerse al día en corto tiempo.
Jimin tenía tantos planes para Jungkook, pero solo el podía decidir que hacer y respetaría cualquier cosa que el quisiera.
Mientras iban en el auto no podía dejar de sonreír al ver a Jungkook manejar su Ferrari. Jungkook estaba tan eufórico cuando Jimin le dijo que el conduciría y su mirada estaba tan llena de brillo que no podía evitar sonreír al verlo feliz.
Jungkook, conectó su teléfono al auto y comenzó a reproducir su lista de canciones favoritas. Jimin sonrió enternecido al escuchar las canciones que escuchaban mientras se perdían en la habitación de Jungkook para hablar por horas. Sonrió una vez más y continuo con lo que hacía.
Jimin, anotaba en la pequeña libreta que le dio hace un tiempo Namjoon. Específicamente para su cumpleaños. Ambos hacían una lista de las posibles carreras que Jungkook podía estudiar.
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NEVERMIND | 국민
RomancePark Jimin, ese heredero de una gran empresa la cual pertenece a sus padres, empresa que fue fundada por su bis abuelo pasando de generación en generación, lo cual le ha permitido a Jimin a crecer sin necesidades, pues sus padres le dan todo lo que...