Domingo muy interesante.

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A las cinco de la tarde, ha pasado una cosa bastante curiosa. Estaba dormida aún, y he escuchado parar un coche delante de mi casa. Me he asomado y había una pareja de mediana edad, mirando la casa. Me he puesto una camiseta larga y he ido a beber agua a la cocina, cuando han llamado al portero automático. Eran ellos. He salido así, a ver que querían.

-. Hola. Tienes que ser Tania. Soy Carlos González. Soy arquitecto y me envía el señor Maldonado. ¿Podemos hablar?.

Les abro la cancela dejando que entren y vuelven a presentarse. Al parecer, el encargo que le han hecho, es tan importante o tan urgente, que el arquitecto, ha venido en domingo a mi casa, con su esposa. Pasamos a la parte trasera donde él, empieza a explicarme el encargo que le han hecho. Dice que no solo va a poner una alarma. Quiere darle la vuelta a la casa entera. Me doy cuenta de que su mujer, me estudia de una forma muy curiosa. Tengo que tener unas pintas deplorables. No he comido y ni me he duchado. Desde que he vuelto de Tánger esta mañana, solo he dormido y me cuesta seguir lo que quieren decirme. Justo delante de mí, veo en la mesa de piedra donde cayó hace menos de una semana su eyaculación y no puedo dejar de pensar en él. Ayer, la última vez que follamos, también se puso muy dominador y algo agresivo. Ayer no, antes. También me ha encantado, la verdad. Antes de que siga pensando y recordando, decido que necesito café. Les invito a pasar a la cocina. Los dos aceptan el café, así que empiezo a prepararlo. Debería haberme puesto aunque fuera un tanga, así que dejo la cafetera en el fuego y a ellos en la cocina y voy al dormitorio, donde me pongo unos pantalones cortos, que casi tapa por entero la camiseta y vuelvo a la cocina.

En resumen, el arquitecto, quiere ver la casa para empezar a planificar las reformas para la seguridad que le han encargado. Cuando les llevo a la habitación que ahora es mi vestidor, arranco del espejo, la ventosa que se quedó allí la última vez. Ni me he sonrojado porque la hayan visto. La he tirado dentro del armario y les he mirado. Ella sonreía.

-. ¿Sabéis por qué ese tío quiere hacer esas reformas?.

-. No nos ha dado más indicaciones, que lo que quiere. Ha dejado abierta la puerta a hacer además, lo que usted sugiera.

-. No conozco a ese tío. Me dijo que quiere alquilar a veces mi casa, por días sueltos, pero que necesitaba hacer reformas antes. Supongo que quiera hospedar aquí a las putas que se lleva a su casa o que esta, la mía, entre el pueblo y la suya, le interese por si hace algún día una fiesta y no caben los huéspedes en su palacio. A mí me da igual todo. Me ha propuesto un trato y he aceptado. Hagan lo que ha pedido, pero quiero saber cosas. Todo lo que quiere hacer, cómo y sobre todo, cuanto tiempo vais a tardar.

-. Tengo que poner sobre el papel todo lo que ha pedido. Cuando lo tenga planificado, se lo paso, señorita. El tiempo, no va a ser problema. Vendrán un montón de profesionales que trabajarán de sol a sol hasta terminar. Nadie se dará cuenta de nada. Creo que en una semana, deberían estar terminadas las obras, una vez empiecen.

-. Está bien. Quiero una puerta automática para el coche y video portero.

-. Esos detalles, están incluidos en las exigencias de él.

-. Quiero hacer una obra en el baño. Hacerlo en la habitación que hay pegada a la sala. Cabina de ducha con hidromasaje y bañera para dos. Algo moderno y sobre todo, con espejos grandes y mucha luz.

-. Cuente con ello. ¿Algo más?.

-. No. Es todo.

-. ¿Por qué no hacemos una cosa?. Me han encargado que hiciera todo lo necesario, para que esta casa por dentro, sea una casa segura y moderna. Haré un proyecto completo y exceptuando las exigencias de él, usted podrá valorar cada reforma que yo le sugiera.

El señor Mal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora