Preparando una Scort. Yo.

27 7 0
                                    

Creo que me he puesto un poco exigente. Cuando me han llevado a la zona del estudio fotográfico, aún estaban con Maria. Ella llevaba un body de encaje negro precioso y estaba sobre una alfombra de pelo largo blanco, tumbada. Entonces, una chica que está con la fotógrafa, le ha tirado a Maria otra prenda íntima y Maria se ha desnudado. Al verla completamente desnuda, la idea del blanqueamiento ha retomado fuerza nueva. Me habría tirado sobre Maria a comerla a besos, lo prometo. Nunca he visto una chica que me excite de esa forma. Cassandra ha hablado con la fotógrafa. Y aunque al parecer no le ha sentado bien, me he pedido que me suba a la mesa de caoba. Yo en lugar de hacer eso, he ido al lado de una foto mural de fondo, del skyline nocturno de NY.

Delante del mural, hay una mesa y una silla. Me gusta este fondo y me gustan las posibilidades del decorado. La fotógrafa se acerca a mí, de mala gana, pero aparentando sonreír. Con la cara más simpática que tengo, le ordeno poner una tarjeta de memoria nueva en la cámara. Antes de que se niegue en redondo, Cassandra le hace un leve gesto. Deja claro dos cosas. A la fotógrafa, que no soy una cualquiera del catálogo y a mí, que Javi, aquí, es dios. Cambia la tarjeta. En poco más de dos minutos, tomo varias posturas sensuales o un poco más atrevidas, jugando con la mesa y la silla, durante las que ella, me saca más de treinta fotos. Antes de sacar la tarjeta de la cámara se acerca a mí y me susurra al oído.

-. ¿No quieres llevarte también una foto de esa zorra?. Te ha faltado tirarte encima de ella.

No he respondido. No he tenido valor. Creo que he entendido algo, cuando he visto que lleva una pulsera arcoíris en la muñeca. El caso es que me he dado la vuelta buscando mi ropa. Ahora me siento incómoda , aquí en lencería delante de tanta gente. Ella me ha dado a la mano la tarjeta y después de meter otra, ha seguido con Maria. Cassandra me ha acompañado a por mi ropa y me he ido de allí, después de concretar que mañana vendré aquí a las cuatro de la tarde y más importante para ella. Que me dejaré hacer lo que ellas quieran.

A él, solo le he mandado un mensaje para que el chófer me recoja mañana, en la empresa de eventos y ha respondido que lo hará a las siete en punto de la tarde. Me he despertado tarde y he desayunado ligero. Cassandra me hizo prometer, que no bebería agua desde que salí ayer de su empresa hasta que vuelva y que comería únicamente lo que ella me escribió en un papel. He desayunado una tostada con aguacate y café, pero solo sin leche y un poco nada más. Después he salido a andar por la sierra más de dos horas y me he duchado al volver a casa. He comido pollo a la plancha y me he preparado para ir a Madrid. A las cuatro estaba en la empresa de eventos.

Hoy hay mucho trajín de chicas aquí. Muchas vienen, les prueban un vestido y los complementos adecuados y después se vuelven a poner su ropa y se van con la ropa seleccionada en bolsas. Veo que a otras las llevan a salas donde les aplican tratamientos especiales. Hay más máquinas y profesionales en ellas, que en la clínica a donde he estado yendo yo. Todo mujeres. No he visto ni un solo hombre aquí. También tienen gimnasio, donde al parecer dos entrenadoras personales, enseñan rutinas a las chicas para modelar sus cuerpos de forma personalizada. A todas las pesan y las miden la grasa corporal, en cuanto llegan. A mí no. A mí me han pasado a una cabina donde me han hecho todos los tratamientos flash, de los que alguna vez he oído o he sabido que existían. Conmigo tienen un reto personal.

A las chicas que vienen aquí, las preparan, las educan y las cuidan, para una vida útil de ocho o diez años en la élite de su oficio. A mí, para un día, hoy. Después de todos esos masajes faciales, de cremas, de rollos que ni entiendo, me han pasado a una sala que es una peluquería. Me han hecho un recogido oriental muy bonito y después de más cremas en la cara, me han maquillado. A las seis y media me han llevado a la sala de la alfombra roja. Llevo en ropa interior desde que he llegado, y allí me han dado la lencería que decidieron ayer que llevaré hoy. Los tacones y el vestido.

Completamente preparada, Cassandra y otra chica me han hecho desfilar por la alfombra, explicándome como debería intentar caminar para embellecer el resultado. Sinceramente, hoy estoy mucho más receptiva y les hago caso, porque no tengo ninguna duda de que estas mujeres son auténticas profesionales en lo que hacen. Si hay un nicho de mercado para este tipo de servicios y alguien debe atenderlo, estas mujeres son las que más saben que es lo que deben transmitir. Cuando cualquiera de las chicas salen a trabajar de esta empresa, no dudo que va a hacer el trabajo de la forma más profesional y elegante que se pueda exigir. Me las imagino acompañando a señores en reuniones de trabajo, en cenas de compromiso, pero también en hoteles de lujo, dando servicios sexuales.

He aprendido, que hay una tarifa básica y que cada chica entra en una escala de esa tarifa. El servicio básico sería un acompañamiento a un evento, por ejemplo una cena con un coctel, con una duración aproximada de tres horas. La tarifa mínima para ese servicio empieza en seiscientos euros. Una chica que esté en la escala de Rojo por ejemplo, mil. Rojo aún es demasiado joven. La tarifa va subiendo hasta los tres mil. Si se requiere un servicio posterior más íntimo, como acompañamiento en la habitación del hotel, se duplica la tarifa. Si el cliente requiere sexo, se vuelve a duplicar. En el caso de que la modelo, deba acompañar toda la noche al cliente, se triplica la última cuenta, haya más sexo o no.

Cenar con rojo, le sale a un hombre mil euros. Que te acompañe al hotel y digamos que baile haciendo un striptease, dos mil y si hay sexo cuatro mil. Si se alarga la cosa, ya puedes ir preparando doce mil euros. Súmale los gastos de hostelería, hotel, bebidas... La veo salir hoy con un vestido ceñido de gasa negro y entiendo que muchos hombres pagarían ese dinero. Pero es joven, demasiado. Cuando tenga treinta años, si antes no se ha hartado o su físico ha sufrido por abandono más de lo permitido, podría cobrar el triple.

Por encima de las modelos, en las que meten a todas las chicas de su book, están las celebrities. Ese otro book, es casi imposible verlo porque solo se muestra a clientes muy especiales, interesados en servicios muy particulares. Me sorprende saber que en estos casos, las tarifas las pone cada una de ellas, pero que hay algunas que van por debajo de las modelos de plantilla. También cuando me entero que aparte de ese book especial, si un cliente muy importante muestra interés por cualquier celebritie, la empresa contacta con esa persona para intentar ofrecer el servicio. Hoy he visto a dos habituales de las tertulias televisivas de las tardes, entrar y salir de aquí. A las siete menos cinco de la tarde, la propia Cassandra me acompaña al portal. El Mercedes de El Mal, está esperando aparcado. Cassandra me pide que le envíe recuerdos al señor que me ha enviado a donde ella.

El señor Mal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora