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Título: Un Encuentro Inesperado
Eraser Head, el héroe conocido por su seriedad y dedicación, había decidido tomarse un día libre después de semanas de arduo trabajo. Paseaba por las calles de Tokio, disfrutando de la tranquilidad y la ausencia de responsabilidades. No esperaba encontrarse con nadie conocido, y mucho menos con alguien que cambiaría su día por completo.
Mientras caminaba por un parque, escuchó un alboroto cercano. Un grupo de niños corría y jugaba, y en medio de ellos, un hombre con un acento inconfundible llamaba su atención.
-¡Patojos, no se vayan tan lejos! -gritó, tratando de mantener a los niños a su alrededor.
Eraser Head se acercó, curioso por el acento y la energía del hombre. Era ____ , un joven guatemalteco que había llegado a Japón para estudiar y había decidido pasar su tiempo libre como voluntario en un programa de tutoría para niños.
-¿Necesitas ayuda? -preguntó Aizawa, con su tono tranquilo y despreocupado.
____ se giró, sorprendido de ver al héroe allí.
-Ah, ¡qué onda! -respondió con una sonrisa-. No, todo bien, cerote. Solo estos patojos que son un poco difíciles de controlar a veces.
Aizawa no pudo evitar sonreír ante la sinceridad de ____.
-Puedo echarte una mano si quieres. Soy bueno manejando a los estudiantes... y a los niños no pueden ser muy diferentes -dijo, refiriéndose a su trabajo como profesor en la Academia U.A.
____ aceptó la ayuda con gratitud, y juntos lograron calmar a los niños y organizar algunos juegos. A lo largo de la tarde, Aizawa se dio cuenta de lo fácil que era estar cerca de ____. Su energía y entusiasmo eran contagiosos, y su acento y expresiones guatemaltecas añadían un toque único a su personalidad.
-Así que, ¿qué te trajo a Japón? -preguntó Aizawa, mientras observaban a los niños jugar.
____ se encogió de hombros.
-Pues vine a estudiar y conocer un poco más del mundo. Me encanta ayudar a la gente, y estos patojos son una buena forma de hacerlo. Además, siempre es bueno tener una aventura en otro país, ¿no crees?
Aizawa asintió, sintiendo una conexión con la filosofía de ____.
-Tienes razón. A veces necesitamos salir de nuestra zona de confort para encontrar lo que realmente nos apasiona.
