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Título: Vibras del Alma
El día de la batalla:
Las luces brillaban con intensidad, rebotando en las paredes del club como rayos de electricidad. El lugar estaba repleto, una mezcla de fanáticos y curiosos, todos atraídos por el evento de la noche. Entre ellos, Hizashi Yamada, mejor conocido como Present Mic, estaba de incógnito, con un sombrero y gafas de sol. Había escuchado rumores sobre un nuevo talento en la escena musical, un joven con habilidades para rimar y un estilo único que combinaba rap y cumbia villera con un toque de jazz, algo fresco y crudo al mismo tiempo. Intrigado, decidió ver por sí mismo de qué se trataba.
Al entrar, la energía del lugar lo envolvió. El bajo retumbaba en su pecho, sincronizando su latido con el ritmo. Los murmullos y risas llenaban el aire mientras todos esperaban la aparición del artista de la noche. Hizashi, aunque era un héroe profesional y estaba acostumbrado a la fama y al bullicio, se sintió extraño, fuera de lugar. Sin embargo, algo lo mantenía anclado ahí, una sensación en su pecho que no podía explicar.
Finalmente, el DJ anunció la entrada del cantante, y el público estalló en vítores. Subiste al escenario con una confianza innata, como si ese lugar fuera una extensión de ti mismo. Con un micrófono en mano, comenzaste a escupir rimas con un ritmo impecable, cada palabra cargada de pasión y autenticidad. Había algo en tu presencia que atrapaba a todos en la sala, una combinación de talento y carisma que no podía ser ignorada.
Hizashi quedó hipnotizado. Había visto a muchos artistas, pero tú tenías algo especial. La manera en la que mezclabas diferentes estilos y géneros, cómo cada verso parecía contar una historia de lucha, amor, y vida en las calles. Era imposible no sentir una conexión. Tu voz resonaba con una intensidad que hacía vibrar algo profundo dentro de él, algo que no había sentido en mucho tiempo.
**Días después:**
El sol se filtraba por las ventanas del estudio de radio donde Hizashi grababa su programa, pero su mente estaba en otra parte. Desde aquella noche en el club, no había podido dejar de pensar en ti. La forma en que te movías, la pasión en tu voz… todo eso se había quedado grabado en su memoria. No pudo evitarlo: empezó a investigar sobre ti, viendo videos de tus actuaciones, leyendo entrevistas, y escuchando tus canciones en bucle. Cada vez que escuchaba una nueva pista, sentía esa chispa, esa misma energía.
Un día, sin planearlo mucho, decidió contactarte. Usó algunos de sus contactos en la industria musical para conseguir tu número, y te envió un mensaje casual, invitándote a participar en su programa de radio. Para su sorpresa, aceptaste sin dudar. Y cuando finalmente te conoció en persona, fuera del escenario, se dio cuenta de que eras aún más impresionante.
En la cabina, la conversación fluyó de manera natural. Hablaste de tus influencias, de cómo la música era una forma de expresión, una manera de conectar con la gente. Hizashi no pudo evitar sentirse atraído por tu pasión y humildad. Mientras hablaban, compartían risas y anécdotas, sintiendo una conexión que iba más allá de lo profesional.
