Capítulo 14

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El chico Sully intentó mantener lo más lejos la imagen de su compañero o se volaría la cabeza. Se tomó su tiempo, medito sus opciones, recapacito las consecuencias, y se guió por su instinto.

Tenía que dar la cara. Había personas que se preocupaban por él, tampoco es que tuviera muchas opciones. Al menos no si quería un regaño más grande por parte de su padre, ya se imaginaría el sermón al llegar. La mirada reprochada de su hermano menor y la preocupación en los ojos de su hermana mayor.

Tomó la valentía que aún lo mantenía de pie, y tomando sus cosas y despidiéndose de su abuela, se dirigió hacia su hogar. Con la cabeza en alto respondería ante su padre, no podía darle el gusto. El no era así.

A lo lejos pudo apreciar donde era su casa, parecía que no había nadie, pero aún prevenido apretando las manos en puños entró en esta. No se sorprendió al ver a su madre en el sitio donde comían, más también noto a sus dos hermanas. El trío de mujeres se notaban cabizbajas, apagadas, con poca pizca de energía en su ser.

— Mamá.

El llamado del chico fue lo que las hizo salir de su burbujeo oscuro y voltear a verlo con mucha felicidad, en principal las dos menores quien eran las principales en extrañarlo.

— ¡Teyam! —lo abrazó la mayor.

— ¡Yam-Yam! —se unió su otra hermana al abrazó.

A ninguna le gustaba por lo que estaba pasando su familia, se notaba mucho la línea que dividía su hogar y ninguna de las dos sabían por donde liarse, pero lo que más les preocupaban era el bienestar de su hermano, aunque la mayor lo había visto en la mañana no dejaba de estar al tanto de lo que le pudiera pasar.

Cuando las dos hembras se alejaron de este pudo ver a su madre parada cerca de ellos, su mirada se notaba triste, decaída. Eso le dolió ver, su madre era un gran rayo de sol, era vida, y ahora solo podía ver preocupación y tristeza en su mirada.

— Madre...

No lo dejó terminar, solo lo tomó entre sus brazos y acercó a su hijo a su pecho, no estaba soportando la idea de tener que alejarse de su marido por lo que había hecho, pero tampoco lo iba a perdonar tan fácil. La manera en la que se estaba comportando el mayor era horrible para todos, incluso la pequeña se sentía agobiada con tantas discusiones de su parte.

— Todo estará bien madre, lo prometo.

Le aseguró con firmeza a su madre, intensificó el agarre de ambos y le dejó un beso en su frente sellando su promesa. Lo único que quería era el bien en su hogar, y tal vez con todo esto llegó a pensar que fue él quien lo ocasionó. Este desbalance en su hogar.

Estaban muy emergidos en su mundo y en el sentimiento, que no se dieron cuenta de quien había entrado, ni siquiera notaron su presencia.

— Neytiri, creo que tendré que...

El chico se quedó plasmado al oír la voz de su compañero, se alejó de su madre y se giró a verlo, no se veía bien, parecía cansado, pero en su mirada simplemente pudo ver aquel brillo que tanto amaba.

El mayor no lo dudo, tomó al chico en sus brazos con desesperación, un día, solo un día lejos de él y sentía que no podía respirar. Hundió su cuello del menor, la mujer que presenciaba tal cálido cariño se sorprendió al ver la actitud de su amigo.

La forma por cómo lo tomó, como lo vio, la desesperación en sus ojos al tan solo verlo. La mujer se puso a pensar sobre la relación de su hijo y el mayor, para ella nunca fue un problema su conexión, pero esa mirada.

La forma en la que Ma'luk miraba a Neteyam.

Era como si en un momento deseara ser mirada por alguien, de esa misma manera...con esa misma..intensidad.

MAKTUB: Neteyam SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora