Capítulo 25

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NETEYAM

Para que un nuevo Olo'eyktan nazca el otro tiene que morir, el cuchillo siendo clavado suavemente haciendo una pequeña cortada en el pecho de mi padre fue presenciado por todo el clan, daba la señal de que su liderazgo había finalizado.

El clan Omaticaya ya no sería protegido ni por Toruk Makto, y tampoco por el gran hijo de Eywa, todos estaban empezando a rezar a la gran Madre para que esto no perjudicará a su pueblo. Ya toda mi familia estaba lista para irse, al igual que Ma'luk.

Nos alejamos del clan al risco donde estaban los ikranes; la primera en abrazar a Malú fue Tuk, lloraba y le rogaba por que fuera con nosotros, podía ver cómo le costaba contestarle a mi hermanita, entonces le di una sonrisa de aliento.

Después siguió Kiri, se acercó y de igual forma lo abrazó, le daba palabras de aliento y confortación, este le dio un pequeño beso en la frente y se separaron. Mi mamá no tardó en acercarse y aferrarse al cuerpo de Malú, las lágrimas ya corrían en su rostro desde la ceremonia.

Quería llorar, pero intenté ser fuerte, mordí mi labio para no dejar salir las lágrimas. Suspiré lentamente haciendo que mi respiración se regulará y no se dejara llevar por el nudo que se estaba haciendo en mi garganta.

Papá y Lo'ak fueron hacia él una vez que las mujeres se alejaran y fueran al lugar donde nuestras cosas estaban; papá le dio un fuerte abrazo y le dio un pequeño beso en la coronilla, parece muy conmovido. Lo'ak solo le dio un pequeño palmeo en la espalda y chocaron los puños, nada fuera de lo normal.




















Y al final solo faltaba yo.

Nuestras miradas chocaron con la tristeza acumulanda en nuestros ojos, no podía, simplemente no podía decirle adiós.

No podía ni siquiera acercarme, el dolor en su mirada era suficiente para dejar caer mis primeras lágrimas.

Fue él quien tomó la iniciativa de acercarse, y en el momento en que me rodeó con sus brazos me quebré. Las lágrimas salieron sin cesar, los sollozos eran lo único en salir de mi boca, la presión del abrazo se hizo más fuerte y no tuve de otra más que corresponder y aferrarme a su cuerpo.

Mis brazos rodearon su cuello con mucha firmeza; el rostro de Malú en mi cuello era suficiente para sentir los temblorosos besos que dejaba en este.

— Voy a ir por ti mi amor, te lo prometo —susurro en mi oído.

Le creía.

Sabía que este no sería nuestro final, deseaba que no fuera así.

De mi boca no podía salir una frase entendible o algo con qué contestarle, intente calmarme antes de hablar. El dolor de cabeza comenzaba a surgir, no podía soltarlo o alejarme un poco.

Fue hasta el momento cuando sentí una mano en mi espalda externa al tacto de Malú, sabía lo que estaba pasando y no quería aceptarlo, entonces tomé con más fuerza el cuerpo de él.

— Hijo, tenemos que irnos —la voz de mi madre a mis espaldas fue aguda.

Parecía que mi misma conciencia me mandaba a soltarlo y seguir adelante, pero no quería, entonces una discusión interna se formó en mi cabeza.

Suéltalo.

No.








Suéltalo.

No puedo.










Suéltalo.

No quiero.











MAKTUB: Neteyam SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora