Capítulo 20

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NETEYAM

Por la mañana quise hacer la rutina que tenía acostumbrado en casa, ayudar a mamá con los alimentos, pero me lleve la sorpresa de que Kiri ya le estaba ayudando en eso, me pareció algo acorde y no las moleste más, en la sala junto con mi madre y Kiri espere si Malu salía de la habitación de Lo'ak pero no fue así.

— Se fue con tu padre —la respuesta de mi madre me hizo entender.

Tenía la esperanza de mínimo verlo por las mañanas, imagino que padre lo levantó temprano junto a él para evitar eso.

— Te dejo esto.

Mire en la dirección de mi madre y pude ver una flor, muy hermosa, como rosa muy clara en las orillas y muy fuerte en el centro. La sonrisa no la pude contener y salió de mí intensamente, acompañada de un rojizo muy notorio.

— Gracias mamá.

Le sonríe en agradecimiento por darme su recado, mi madre solo me dio una pequeña sonrisa y un beso en la frente. Les avisé que saldría a ver si la tsahik necesitaba ayuda en algo, tenía que ayudar. No me gustaba estar sin hacer nada.

De camino a la carpa de la abuela las miradas no se hicieron esperar, supuse que era por volver a verme salir de mi casa, cosa que no debería importarles pero bueno, seguí con mi camino hasta llegar ahí.

— Tsahik.

La llame un poco cantado para que me escuchara, escuche su grito hasta lo dentro del lugar y no dude en entrar, la vi haciendo mezclas, me acerque a ella y está me paso planetas para copiarle, emite su acción e hice combinaciones de estas.

Así estuve por la mañana, ayudando a Mo'at entre deberes y aprendiendo nuevas cosas, durante todo este tiempo estuve ansioso, llevaba mucho tiempo de no ver a Malú, y ya lo extrañaba, traje conmigo la flor que dejó, la colgué en mi cintura, quería pensar que con ello dejó pedazo de su esencia para que pudiera sobrevivir.

Amaba a ese hombre, con cada pedazo de mi cuerpo, con cada sentir de mi alma.

Estaba muy concentrado hasta que alguien intervino en ello, un joven navi ya conocido llegó con mi abuela, venía herido cosa que me sorprendió.

— ¡Tsahik! —llegó un poco alterado.

En seguida lo mandó a recostar y me pidió ayuda para atenderlo; algo no había salido bien, sus heridas eran graves, en los brazos cortadas y en las piernas igual, su pecho estaba lleno de rasguños y sangre.

Desde que llegó me dispuse a ayudarlo, no tardaron en llegar otro par de chicos con las mismas características, Mo'at me dejó acargo del primero en llegar y con ello como debía terminar de curarlo.

Al finalizar mi tarea untando pomada en sus heridas, me aleje de él como si su piel quemara, sabía que nuestra relación de amistad nunca existió, cuando llegó herido deje mi desagrado y lo ayudé, qué más podía hacer.

Nuek lejos de todo, era un navi del clan, y me gustara o no tenía que convivir con él.

— ¿Qué les pasó?

La pregunta me causaba intriga, y recordé de dónde venía, era del equipo de mi padre y no había visto a este, y junto a ellos, Malú.

— Nos atacaron por los aires, no pudimos contraatacar y mejor huimos.

— ¿Y el Olo'eyktan? —pregunte con preocupación.

— Tranquilo, él y tu compañero fueron los que acabaron con lo que quedaba.

Ay no.

Estaban locos.

La angustia llegó a mi, ¿cómo está? ¿Saldrá herido? ¿Está grave? ¿Ya venía de regreso? La preocupación estaba recorriendo por todo mi cuerpo, no sabía si era correcto ir o quedar con la esperanza de que regresaran.

El tacto de alguien me hizo salir de mi atormentacion, Nuek había tomado mi mano, la aparté enseguida de darme cuenta.

— No me toques.

— Estás temblando —defendió.

— Eso no te incumbe, ya termine contigo —me aleje de él levantándome de donde estaba sentado.

Camine hacia la tsahik y le pregunté si había alguien más a quien atender, esta negó de inmediato y me mandó a comer, salí del lugar para ir regresó a casa.

No podía dejar de pensar en las palabras de Nuek, "tranquilo, él y tu compañero fueron los que acabaron con lo que quedaba", ¿se supone que eso debía tranquilizarme? Por qué no lo lograba. Necesitaba verlo con mis ojos, saber que estaba bien, si ya había comido, si estaba cansado, necesitaba...verlo.

Ahora si pude ayudar con la comida junto a Kiri siendo que se preparaba más, le conté a mamá lo que había pasado con la abuela, está me dijo que no me preocupara si algo que ella agradece a la gran Madre era que siempre protege a sus hijos.

Pasaron un par de horas más cuando escuché el típico sonido de los guerreros, no tardé en salir de mi hogar y acercarme al lugar de aterrizaje de los ikranes, vi al de Malu, junto al de mi padre ambos bajaron cansados lo podía notar.

La mirada de Malu chocó con la mía, no hacía falta nada para que saliera corriendo hacia su dirección y me lanzara encima suyo, colgué mis piernas a su cintura y lo abracé. Más de medio día de no verlo y ya me estaba ahogando en mi angustia, sentí su brazo rodear mi cintura para no caer, mientras que su otra mano estaba en mi cabeza acariciándola.

No note en qué momento empecé a llorar, solo que me acurruque a él y me escondí en su cuello, este si era Malú, su olor, su tacto, su escencia, este era mi Malu.

NARRADOR

Toruk Makto se sentía derrotado, cansado ante el ataque reciente que tuvieron que enfrentar, pero un dolor se creó en su pecho al ver a su hijo mayor no correr a sus brazos si no a los de su amigo. Le dolió, sintió un vacío en su interior, tuvo la esperanza de que cuando su hijo corriera fuera a su dirección, pero no fue así, y eso más le peso.

Por qué no lo merecía.

No merecía que su hijo corriera con tanta desesperación hacia él y ver cómo estaba, no merecía ese gran abrazo que le robó a su compañero.

Pero no lo iba a negar, lo quería.

Le hubiera gustado.

Y en ese momento Toruk Makto quizo llorar, le llegó la nostalgia, que había hecho con su familia, con su hijo. Quería arreglarlo, pero ¿cómo? Derrotado se alejó, sentía que si se quedaba más solo se ahogaría en su pena.

Sin que este se diera cuenta su viejo  amigo lo veía, noto los ojos llorosos con los que se alejó, se hizo la idea que era por la persona en sus brazos, estaba feliz de tener a su compañero junto a él, poder volver a tocarlo, pero si aún su padre estuviera vivo, no le gustaría estar así con el.

Mi amor... —le susurró al oído al menor.

— ¡Te extrañe! Estaba preocupado.

Bajo de él, los pies del menor tocaron el piso, el mayor tomó su rostro entre sus manos y limpio todo el rastro que las lágrimas había dejado.

Cariño...

— ¡Creí que no volverías! —estaba exaltado— tenía miedo.

El mayor solo pudo recargar su frente contra la de él y que este se tranquilizara, sus alientos chocaron, tenía ganas de besar a su chico, robarle el aliento con tanta fuerza y este le correspondiera, pero no podía frente a todo, no ahora.

— Yo también te extrañe cariño —correspondió el mayor— pero tu padre también lo hizo.

— No, yo con el...

— Lo se bebé, pero él te extraño, te quiere —acaricio sus mejillas— él quiere arreglar las cosas contigo.

— Yo no quier...

— Si, si quieres, pero es el orgullo quien te gana —le sonrió— solo escúchalo, y si al final no quieres, yo estaré aquí.

El muchacho lo medito, tal vez si estaba siendo orgulloso, pero algo en su interior estaba el rencor, los recuerdos lo invadían, no sabía si realmente podía, por qué era su padre, y lo quería.

¿Lo merecía?



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(Ustedes que dicen lo merece o no)

MAKTUB: Neteyam SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora