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Recuerda que se sentía inalcanzable cuando estaba en sus manos, Katsuki siempre fue muy meloso con la gente que toma confianza. Él fue una de esas personas, aún que, era su persona favorita. Hasta que arruinó algo tan hermoso, que en aquel tiempo no se daba cuenta que era bello.

Una navidad como cualquiera otra, la nieve cae afuera, el ruido de los carros en el trancón, la calefacción haciendo su mayor esfuerzo de mantener los dos cuerpos desnudos calientes. Como olvidar esa noche, en la que que estaba con él, acurrucados en el sofá de su apartamento.

Katsuki seguía dándole acaricias en todo su rostro, mientras solamente se quedaba quieto recibiendo los gestos de cariño. A veces, correspondía una que otra acaricia o se las devolvía.

No era una persona muy amorosa. Nunca pensó en serlo, hasta que apareció Katsuki.

Estaban desnudos, acaban de tener un encuentro bastante íntimo, la ropa tirada en el suelo demuestra aquello. Los dos cuerpos arropados por las sábanas suaves y calientes, era lo único que podía observarse en aquella acogedora sala.

En el instante que el Omega cenizo se detuvo, Shoto agarró una de las mejillas rojizas en una de sus palmas, automáticamente, Katsuki se acurrucó en la calida mano ronroneando gustoso. El Alpha bicolor sonrió, acercando al contrario para dejar un beso suave en los labios ajenos.

—¿Cómo te sientes? —susurró bajo, casi inaudible pero solamente necesitaba que Katsuki lo escuchará.

—Genial, me gustó mucho —Ronroneó el cenizo contra los labios del bicolor. Aquello tuvo que ponerlo orgulloso —¿Tienes hambre?

Shoto negó —Quiero dormir un rato... Contigo —dijo, Katsuki sonrió y los dos se acurrucaron en el sofá hasta quedarse dormidos. Bueno, excepto el Alpha.

Que se quedó pensativo, con el Omega durmiendo tranquilamente en su pecho. Se acuerda de aquel hermoso momento, que deseo que fuera eterno, aunque sus malos pensamientos lo dañaran.

Preguntándose si era buena idea arriesgarse y enfrentar a su padre, decirle que quiere estar con Katsuki, que solamente lo quiere a él. Tal vez, negociar con él, quizás darle un nieto para que se le quite la idea del compromiso.

Pero, cuánto más lo pensaba, menos había posibilidad. Su padre, Enji, jamás querrá un nieto que no sea parte del compromiso que beneficiará a su empresa, jamás aceptaría que su hijo se casara con un Omega cualquiera.

Si, se arrepentía de ser tan cobarde, de dejar ir y lastimar aquella existencia que volvieron felices sus días. Que despejó la oscuridad de su mundo y pinto su vida de colores más interesantes.

Lastimó. Rompió. Abandonó.

El ser que se supone que "amo" durante mucho tiempo. Por su cobardía, dejo ir una gran persona en su vida.

Ahora esos lindos recuerdos, llenos de culpa y tristeza, lo atacan en sus sueños, recordando el malévolo ser que fue con alguien que no se merecía más que el mismo amor que este le había dado. Katsuki se merecía lo mismo que él le estaba dando.

Esa noche, al final de estar matando su cabeza, se quedó dormido sobre la cabellera ceniza que olía a caramelo dulce. Pero, despertó unos minutos después al oler algo, cuando abrió sus ojos Katsuki ya no estaba.

Miró a sus alrededores, encontrando al cenizo en la cocina, con su camisón puesto, del cuál le queda un poco grande y ancho.

Todoroki se arrepiente tanto de dejarlo ir, de dejarlo solo, de abandonarlo y dejárselo a la Merced de otro Alpha. Un Alpha mucho mejor y más capaz de él.

Se levantó y camino hasta donde estaba Katsuki, abrazando al mismo por detrás, enterrando su rostro en el cuello ajeno. Causándole cosquillas al Omega que se rió bajito.

Alpha Posesivo - [Dekubaku][FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora