Carlos está atrapado en el mundo de las drogas, sintiéndose incapaz de escapar de su adicción. Su vida cambia cuando conoce a Charles, un chico monegasco que vivio toda su vida en Francia y por problemas regresó a Mónaco. A través de su amor, Charle...
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Capítulo 17
── Mi vida no ha sido nada fácil. He tenido a mi familia para apoyarme y hacerme sentir bien, pero en cuanto a lo que soy, no cuento con ellos. No me ven igual, y eso me ha hecho sufrir mucho. Esa es la razón por la que me mudé de Francia a Monte Carlo; necesitaba tranquilidad, paz, ser yo mismo y liberarme de los demás, de los miedos, de ser algo completamente diferente a todo lo que era en ese lugar.
Carlos escuchaba atentamente lo que Charles le decía, prestando toda su atención. No podía imaginar que alguien tan perfecto como Charles tuviera tantos problemas, según lo que relataba.
── Todo empezó cuando solo tenía 15 años, ¿sabes? Estaba algo confundido. Era un tonto adolescente que se terminó enamorando de alguien, de alguien que no debía. Yo lo quería mucho y él parecía quererme, pero eso no le bastaba a nuestras familias. Soy el único hombre de mi familia, y que mi padre se enterara de que no me interesan las chicas debió de ser un gran golpe para él ── Carlos había oído bien: "que no me interesaran las chicas". Charles era gay. Bueno, con el simple hecho de que lo hubiera besado, daba por sentado que le atraían los chicos── Tener una relación en secreto no es bueno, y menos si es ese tipo de relación.
── Charles ── susurró Carlos al ver cómo Charles solo miraba al suelo, recordando todo.
── Sí, creí ser gay, pero no quiero serlo, no debo serlo. Soy la burla de mi familia. No debí besarte, yo quería empezar de nuevo, ser normal, ser alguien distinto, pero llegaste tú y lo arruinaste ── ¿Arruinado? Carlos había arruinado todo. ¿A qué se refería Charles? Carlos estaba más confundido.
── ¿Yo arruiné...? ── musitó Carlos nervioso.
── Llegaste, te hiciste mi amigo, me haces sentir bien, me haces sentir mejor conmigo mismo, me haces feliz ── susurró Charles más cohibido que nunca antes en su vida. Carlos parpadeó perplejo; eso era lo más real y hermoso que alguien le había dicho. Nadie nunca le había dicho algo así, ni algo parecido. Sonrió.
── Pero no puedo hacer nada. Debes estar asustado porque un idiota como yo te haya besado sin saber siquiera si te gustaba la idea de que te besara un chico.
── Charles ── habló Carlos── mírame ── ordeno el mayor, pero Charles no podía mirarle. Le acababa de decir todo lo que siempre le avergonzó y prácticamente le había dicho que le... ¿gustaba? Era algo como eso, o que lo hacía sentir bien, eso podía tomarse de muchas maneras── Mírame ── repitió Carlos. Luego de unos segundos, Charles lo miró por un breve instante que pareció eterno. Charles lo miró a los ojos; en su mirada había miedo, pero sobre todo había algo que era exactamente lo que sentía Carlos cuando Charles le hablaba y lo tocaba. Era como el calor que se propagaba en el cuerpo del mayor, solo que ese calor, ese sentimiento lo transmitían ambas miradas al ser mezcladas── No te preocupes, Charles. Sabes, yo tampoco tuve la mejor adolescencia.
