Carlos está atrapado en el mundo de las drogas, sintiéndose incapaz de escapar de su adicción. Su vida cambia cuando conoce a Charles, un chico monegasco que vivio toda su vida en Francia y por problemas regresó a Mónaco. A través de su amor, Charle...
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Capítulo 23
Los labios del monegasco liberaron levemente los del español, pero solo por un momento, comenzó a besarlo otra vez tomando una de las manos de Carlos apretándola en el proceso, el mayor sonrió en medio del beso y se separó.
──Charles, ¿Por qué haces esto?, deberías de odiarme── murmuró bajando la mirada y tocándose los labios con cuidado. Charles lo observo y rió un poco.
──¿Yo odiarte a ti? ¿por qué?──preguntó extrañado, Carlos dirigió su mirada al menor nuevamente, viéndolo directamente a los ojos.
──Porque soy un drogadicto, antes era alcohólico y un rechazado y odiado por su familia, no merezco la lastima de nadie, y mucho menos tu cariño──hablo por lo bajo mirando con miedo al menor, se sentía todo un dramático, ¿Pero el dolor realmente lo es?.
──Calos, no digas eso de ti──Charles acarició tiernamente la mano del mayor, observando esos los orbes café, Carlos aun con la mirada aún fija en el monegasco.
──Es que yo no merezco tu cariño, ¿Que dirán de ti cuando estés conmigo y sepan sobre mi?, no quiero causarte problemas, solo deja todo y olvídalo── bajó la vista ante su inminente nerviosismo y a la vez decepción de sus palabras, odiaba ser así consigo mismo, pero creía que se lo merecía de sobremanera, se lo merecía todo.
──Calos… mírame- musitó y Carlos lo observo──No me importa que me vean contigo, lo de tu familia no es culpa tuya, no hay razón para culparte y sentirte peor, no la hay── dijo acariciando con suavidad el dorso de la mano del mayor
──Se que te drogas, pero las personas cambian, yo quiero ayudarte a cambiar, solo déjame, déjame entrar en tu vida,──murmuró mirando la mano del mayor, apretandola contra su pecho──Déjame ayudarte, déjame cuidar de ti──Carlos sonrió con nostalgia y tristeza, pero una pizca de felicidad se denoto en su rostro.
──¿Por que haces esto?── preguntó nuevamente el mayor con necedad.
──Porque te quiero──Charles dijo sonriendo estúpidamente y Carlos le devolvió la sonrisa.
──Yo también te quiero──había murmurado vagamente, y lo último que sintió fueron los labios del menor besar su frente con suavidad y unos brazos envolverlo durante unos minutos, el silencio del momento se tornó tan suave y tranquilo. Charles soltó a Carlos y decidió que era hora de marcharse, además que el sol estaba por esconderse y Carlos odiaba la oscuridad, no quería a Carlos asustado.
El trayecto a casa del mayor fue en silencio, justo como cuando iban hacia su cita, la mano de Carlos iba sobre la del monegasco descansando una sobre la otra haciendo suspirar al mayor levemente, la mano de Charles era tan suave y cálida que lo único que quería era tenerla junto a la suya para siempre, pero ese día no sería "el" para siempre.
