Capítulo 24

71 5 7
                                    

Capítulo 23

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 23


El español continuó besando los labios del menor sin intenciones de ponerse a estudiar, lo atrajo más hacia él y se separó para comenzar a besar su cuello con suavidad, Charles solo cerró los ojos ante el contacto. Cayó en la cuenta de lo que estaba pasando y decidió hacer lo correcto, por más que Carlos lo estuviera matándolo de satisfacción en esos pocos minutos que duró su fantasía.

──Calos...──dijo quitando su cuello de los labios del mayor, le dolía hacerlo pero debía── Debemos estudiar...es lo único que tenemos que hacer──Charles se levantó de encima del mayor y este se sentó en la cama. El cabello del monegasco estaba revuelto, sus labios rojos y un poco hinchados, su cara completamente roja y una leve erección casi incompleta. Carlos sonrió, cada día lo enamoraba mas, no podía evitarlo, y ahora que Charles se había ofrecido a ayudarlo con sus problemas sentía que su conexión era mucho más fuerte, que habían creado un lazo, uno que sería muy difícil de romper.

──Bien, yo en verdad quiero entrar a la universidad── habló Carlos dejando atrás el tema de que se habían besado en la cama y que él quería llegar más lejos.

──Te aseguro que entrarás──Charles dijo antes de sonreír y comenzar a leer parte de un libro, Carlos hizo lo mismo dejando ver el también una sonrisa.

La tarde se pasó volando y cuando menos lo esperaban ya era de noche fuera, Carlos sintió un pequeño escalofrío, siempre le había tenido miedo a la oscuridad, creyó haberlo superado pero evidentemente no.

—Debería irme antes de qué anochezca más— murmuró Carlos dejando el libro a un lado y poniéndose de pie, Charles lo secundo y le sonrió al abrirle la puerta, bajaron las escaleras y salieron de la casa del menor.

—Déjame acompañarte—le dijo con una sonrisa. Carlos negó.

—No te preocupes, yo puedo ir solo.

—No, déjame acompañarte, anda Calos…—el mencionado sonrió ante las súplicas del menor y aceptó. Pronto comenzaron una caminata bastante lenta hacia la casa temporal de Carlos. 

—¿Será muy difícil el examen de ingreso a la universidad?— preguntó Carlos mientras se acercaba a Charles conforme caminaban.

—No lo sé, pero sé que lo aprobarás, vas a ver cómo lo hacemos bien tu y yo— dijo con una sonrisa la cual Carlos se la devolvió.

—Digo, suelo ponerme nervioso en las pruebas de esa importancia, como arruino todo…— murmuró.

—Hey, no te debes de poner nervioso, vamos a estar los dos, me tienes a mi para cualquier cosa—respondió y Carlos se detuvo en seco, Charles lo sorprendía cada vez más—¿Por qué te detienes? —pregunto.

—¿Por qué haces esto?—le respondió con otra pregunta.

—¿Qué cosa?—divago con sus palabras.

—¿Por qué me ayudas de esta manera?— soltó.

—Ya te lo he dicho, me importas—musitó.

—Si, tu también me importas, es solo que de otra manera, yo…—guardo silencio.

—Calos, me importas porqué te quiero—dijo sin mirarlo.

—¿Me quieres?—preguntó con cierta nostalgia, hacía mucho que nadie le decía "te quiero" y se sentía sumamente bien volverlo a escuchar y más si venía de los labios de Charles.

—Si, yo te quiero, es eso—dijo restándole importancia. Carlos se acercó y lo abrazo con cierta fuerza. 

—También te quiero, Charlie— dijo en un susurro, su aliento chocaba en el cuello de Charles y lo hacía sentir cálido y a gusto— ¿Qué se supone que debemos hacer ahora?— preguntó Carlos cerrando sus ojos sintiéndose a salvo en los brazos del menor.

—Tengo una idea— propuso el menor con cierta felicidad.

—Te escucho— murmuró Carlos.

—Intentémoslo—soltó con facilidad. Carlos lo miró expectante.

—¿Intentarlo?—repitió Carlos algo extrañado.

—Si, te quiero, tu me quieres, intentemos esto— repitió Charles esperanzado. Las sensaciones que tenía Carlos eran nuevas, nuevas y algunas ya estaban ahí desde que lo conoció, pero todas salieron a flote al escuchar que Charles le pedía que lo intentaran, era lo mejor que había escuchado y sinceramente, para Carlos, eso era lo único que quería en esos momentos, quería que la suave y perfecta compañía del monegasco lo llevaran a ser una mejor persona, esa persona que él quería ser.

No quería nada en esos instantes más que los brazos de su Ángel alrededor de su cintura y sus suaves labios rozar los suyos propios, se habían vuelto su delirio como nunca antes le había pasado con nadie. También el aceptar que estaba completamente y locamente enamorado de Charles implicaba muchas cosas, pero por ahora solo pensaba en responderle a Charles lo correcto, lo que debía ser, lo que sentía, así que bajo la luz de la luna ejerciendo un suave resplandor que iluminaba el apacible y dulce rostro de Charles, decidió hacerlo, quería y debía. 

—Intentémoslo—dijo Carlos decidido antes de sentirse otra vez a salvo dentro de un abrazo, estaba respirando el aroma que Charles desprendía, y el solo olía a cigarrillos cuando Charles olía delicioso. Quería apretarlo contra sí y besarle el cuello como en la tarde pero debía controlarse, "Paso a paso, Sainz" se repetía, estaba completamente enamorado del monegasco pero debía esperar a que Charles estuviera completamente enamorado de él para poder revelar sus emociones y dejarse llevar por lo que esos sentimientos le provocaban hacer con Charles.

—Te llamo— murmuró Charles con suavidad al dejarlo en la puerta de su casa. Carlos asintió y se acercó a él con cuidado para besarlo, era un beso suave y puro, un beso tierno.

—Adiós,ángel…—se despidió para luego entrar a la casa y cerrar la puerta tras él. Suspiro con felicidad, corrió hacia el sofá y se sentó en él con una enorme sonrisa en el rostro, quería llorar, gritar y llorar otra vez, quería sentir que eso pasaba de verdad, que no estaba alucinando. ¿Cómo te debes sentir cuando la persona de la que estás completamente enamorado sale contigo?, quería llorar, se sentía feliz, se sentía mas feliz que cualquier otro día.

Tomó un cigarrillo de la cajetilla y lo prendió, lo fumo dentro de la casa, le valía meramente si Lando regañaba por dejar el humo dentro de el hogar, él estaba feliz y para desahogar su felicidad se hundió en el tabaco otra vez. Justo cuando el reloj marcó las 12: pm recibió un mensaje, lo vio y supo que iba a llorar de la emoción, le valía si parecía exagerado, es que lo era.

 "Duerme bien, chili, ¿te puedo decir así? suena tierno en ti, todo tu eres tierno, bueno, supongo que debes dormir así que buenas noches. Te quiero.”

La sonrisa no se desvanecía y no planeaba desvanecerla. Al fin estaba siendo feliz y no quería que esos días terminaran.

Nunca.

“Si tuviera que volver 

A comenzar mi vida, intentaría

Encontrarte mucho antes…”

Encontrarte mucho antes…”

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝑌𝑜𝑢 𝐺𝑒𝑡 𝑀𝑒 𝑆𝑜 𝐻𝑖𝑔ℎ - 𝐵𝑦 𝐴𝑛𝑑𝑟𝑒́𝑠 || ᴄʜᴀʀʟᴏsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora