Problemas en la corte

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La batalla con los Bracken había sido feroz. Benjic lideró a sus hombres con valentía, pero la resistencia del enemigo era implacable. Después de días de intensos combates, Benjic y sus fuerzas lograron repeler el ataque, pero a un alto costo. Benjic regresó al castillo gravemente herido, sus fuerzas agotadas.

Al llegar, los maestres se apresuraron a atender sus heridas. Alyssane, preocupada y con el corazón en un puño, observaba mientras trabajaban. La noche se hizo larga y angustiante, pero finalmente, los maestres lograron estabilizar a Benjic.

"Sus heridas son serias, pero con el debido cuidado, se recuperará", le dijo uno de los maestres a Alyssane, tratando de calmarla.

Esa misma noche, mientras cuidaba de su esposo, llegó una carta urgente de King's Landing. El mensajero entregó el pergamino a Alyssane, quien lo abrió rápidamente. Era una carta de su hermano Aegon, el Rey.

Querida Alyssane,

Me he enterado de la gravedad de la situación con los Bracken y la reciente herida de tu esposo. Para garantizar tu seguridad y aliviar algunas de tus preocupaciones, te pido que vengas a King's Landing hasta que la situación se resuelva. Aquí estarás protegida y podrás descansar mientras se restaura la paz.

Con cariño y preocupación,
Aegon

Alyssane leyó la carta en silencio, sus pensamientos en conflicto. Sabía que Aegon tenía razón al querer protegerla, pero no podía imaginar dejar a Benjic en este momento tan crítico.

Al llevar la carta a Benjic, quien descansaba en su cama, vio la preocupación en sus ojos. "¿Qué dice la carta?" preguntó con voz débil.

"Aegon quiere que vaya a King's Landing hasta que la situación se resuelva", respondió Alyssane, sentándose a su lado.

Benjic frunció el ceño, el dolor y la frustración visibles en su rostro. "No quiero que te vayas, Alyssane. Necesito que estés aquí conmigo."

Alyssane tomó su mano, apretándola suavemente. "No me iré. No puedo dejarte ahora, especialmente cuando necesitas cuidados. Le escribiré a Aegon y le explicaré."

Pasaron los días y Alyssane se dedicó a cuidar de Benjic con devoción. Le preparaba comidas nutritivas, lo bañaba con delicadeza y le cambiaba las vendas, asegurándose de que sus heridas sanaran adecuadamente. Benjic, aunque débil, se sentía agradecido por su cuidado y amor.

Una tarde, mientras Alyssane le daba de comer a Benjic, él la miró con ternura. "Eres más fuerte de lo que pensé, Alyssane. No sé qué haría sin ti."

Ella sonrió, acariciando su rostro. "Siempre estaré aquí para ti, Benjic. Juntos superaremos cualquier adversidad."

Mientras las semanas pasaban, Benjic comenzó a recuperar fuerzas gracias al cuidado constante de Alyssane. Pero la guerra con los Bracken continuaba, y la tensión en Raventree Hall era palpable. Sabían que el próximo enfrentamiento sería decisivo y que debían estar preparados para cualquier cosa.

Alyssane se despertó junto a Benjic, observándolo mientras dormía. Él lucía calmado, y ella se sintió aliviada de que estuviera en casa. Reflexionó sobre todo lo sucedido, sobre la guerra que no quería vivir nuevamente, sobre la Danza de los Dragones y la pérdida de sus seres queridos. Lo único que deseaba era un nuevo comienzo en paz.

Tomó una decisión. Se levantó con cuidado, vistiéndose con su ropa para montar a su dragón. Antes de irse, besó la frente de Benjic y se escabulló sin ser vista hasta donde estaba su dragón, Furia Nocturna. Montó y voló hacia la casa de los Bracken. El ejército en tierra se puso histérico al ver al gran dragón negro y rojo.

Cenizas del amor/ alyssane velaryon & benjic Blackwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora