Cenizas del amor/ alyssane velaryon & benjic Blackwood

Reconciliación pt2

Después de un rato de risas y complicidad, Alyssane y Benjic se acurrucaron juntos, disfrutando de la tranquilidad y la cercanía que habían extrañado tanto. El cansancio de la noche y la emoción de la reconciliación los envolvieron gradualmente, llevándolos hacia el sueño reparador que tanto necesitaban.
Alyssane se despertó con la suave luz del amanecer que se filtraba por las cortinas. Benjic dormía a su lado, sereno y apacible. Ella se quedó contemplándolo por un momento, recordando las palabras sinceras que le había dicho la noche anterior. Se sintió reconfortada al saber que su amor era mutuo y profundo.
Se levantó con cuidado para no despertarlo y se dirigió al balcón de sus aposentos. Desde allí, podía ver el tranquilo paisaje de Raventree Hall bañado por la luz matutina. Respiró profundamente, sintiéndose en paz por primera vez en mucho tiempo.
Elinda entró en silencio, trayendo una bandeja con un ligero desayuno. Al ver a Alyssane en el balcón, sonrió con dulzura.
—Buenos días, mi señora. ¿Ha descansado bien? —preguntó Elinda mientras colocaba la bandeja sobre una mesita cercana.
—Sí, Elinda, gracias. Anoche... fue necesario y reconfortante hablar con Benjic —respondió Alyssane con sinceridad, tomando asiento cerca del balcón.
Elinda asintió con una sonrisa comprensiva—. Me alegra escuchar eso, mi señora. A veces, las palabras pueden sanar lo que el corazón no puede soportar en silencio.
Alyssane tomó una pequeña porción de frutas y un poco de pan, saboreando cada bocado con calma.
—¿Cómo te encuentras hoy? —preguntó Alyssane, mirando a Elinda con cariño—. Sé que la fiesta de anoche fue algo agitada para ti también.
Elinda rió suavemente—. Es cierto que hubo algunos momentos... interesantes. Pero verla a usted y a Lord Benjic reconciliados fue un regalo para todos nosotros, mi señora. Lady Jane estaba algo... sorprendida, por decir lo menos.
Alyssane suspiró, recordando el momento incómodo con Jane durante la fiesta. Se sintió agradecida por tener a Elinda a su lado, siempre tan leal y comprensiva.
—Me pregunto qué le deparará el futuro a Jane —murmuró Alyssane más para sí misma que para Elinda.
—El futuro es incierto para todos nosotros, mi señora. Pero ahora, al menos, tenemos la certeza de que usted y Lord Benjic están juntos —respondió Elinda con una expresión tranquilizadora.
Alyssane asintió, sintiéndose reconfortada por las palabras de su dama de compañía.
—Sí, tienes razón, Elinda. Ahora debemos pensar en el futuro y en cómo seguir adelante juntos.
Elinda asintió con una sonrisa cálida—. Exactamente, mi señora. Y si me lo permite, estaré a su lado para ayudarla en cada paso del camino.
Alyssane le dedicó una mirada agradecida y terminó su desayuno en silencio
Elinda salió de la habitación, dejando a Alyssane dispuesta a cambiar su ropa de dormir. Normalmente, Elinda la ayudaría, pero hoy Benjic estaba en sus aposentos, y ambos necesitaban privacidad.

Alyssane arreglaba un poco su cabello, no podía evitar sonreír; la reconciliación con su marido le traía paz y felicidad.

Benjic despertó y no sintió a Alyssane en la cama. Se levantó y la encontró frente a la cama, mirándolo con picardía.

— ¿Cómo amaneciste?
— Mejor que nunca.
De un tirón, la jaló hacia la cama y le dio muchos besos.
— Tienes un largo día en el consejo y en las calles de Raventree Hall.
— Prefiero quedarme contigo.
Benjic acariciaba su cuerpo y le decía que estaba impaciente.
— Yo también lo estoy, pero debemos esperar.
Él tomó sus manos y la besó.
— Eres hermosa. Eres mi diosa.
Rozó su nariz con la de ella, un gesto que se había convertido en su muestra de cariño
especial para ambos.

Benjic empezó a vestirse mientras Alyssane lo veía con cariño.
— ¿Y el bebé?
— Está con Elinda en el segundo piso.
Él mencionó que iría a verlo antes del trabajo. Alyssane asintió. Benjic ya listo, se dispuso a salir, y Alyssane se quedó sonriendo en sus aposentos.

Alyssane solicitó a Elinda a sus aposentos para ayudarla a prepararse por completo para su día. Elinda traía al pequeño Samwell en brazos. Alyssane tomó a su bebé con una sonrisa y le preguntó:

—¿Cómo estuvo tu noche, mi pequeño? —Era obvio que no iba a responder, ya que era un bebé, pero lo hacía de todos modos.

Elinda puso al bebé en la cama mientras ajustaba algunos toques al vestido. Miró con una sonrisa a Alyssane y preguntó:

—¿Cómo se dieron las cosas con Benjic esta mañana?

Alyssane, felizmente, le respondió:

—Oh, Elinda, fue maravilloso. Nos reconciliamos y pasamos un rato muy agradable juntos.

Elinda sonrió, ajustando una manga del vestido de Alyssane.

—Me alegra escuchar eso, mi lady. Parece que todo va mejorando entre ustedes.

Alyssane asintió, mirando a su pequeño Samwell con amor.

—Sí, vamos. Hoy será un buen día.