Cenizas del amor/ alyssane velaryon & benjic Blackwood

Perdiendo la razón

Alyssane le dio una severa mirada a Benjic. Cuando tuvo la oportunidad, lo llevó a su propio despacho y le pidió que la siguiera. Benjic, sabiendo que estaba en problemas, no tuvo más remedio que obedecer. Alyssane ordenó con voz fuerte que se sentara y utilizó el nombre completo de Benjic.
—Benjicot Blackwood, hijo de los dioses, ¿cómo pudiste hacer algo así? —exclamó con firmeza.
Benjic trató de excusarse, explicando que fue un accidente, que solo quería asustar a Lucan y las cosas se salieron de control. Alyssane, exaltada, no veía arrepentimiento en sus palabras ni en su rostro. Benjic, desconcertado, preguntó por qué le importaba tanto ese chico.
En un tono de voz tenso pero controlado, Alyssane exclamó: "Valiente madre , dame fuerzas". Benjic la interrumpió, tomando su rostro entre sus manos y dijo con determinación: "Eres mía, me perteneces". Alyssane lo miró con una mezcla de sorpresa y consternación, sintiendo la intensidad de sus palabras.
Alyssane y benjic se miraron ambos, sintiendo la intensidad que envolvían sus cuerpos. alyssane miró a sus labios y luego sus ojos y pronunció:  "dohaeragon", que significa demuéstralo en alto valyrio.

benjic alzó a alyssane y con un movimiento rápido la llevó al escritorio. Rompió su vestido en la parte de arriba y con una pasión y desesperación subió su vestido y bajó sus bragas mientras rápidamente se quitaba el cinturón, alyssane acariciaba sus pechos indicándole a benjic que requerían atención, benjic se apoderó de uno de sus pechos mientras se disponía a humedecer su verga en la intimidad mojada de alyssane. benjic recordó lo que había indicado el maestre y se dispuso a parar, pero alyssane con voz decidida pronunció —que se joda el maestre—. benjic entonces continuó dándole atención con su boca a los pechos de alyssane mientras entraba en ella. alyssane se encontraba en un trance mientras gemía cada vez más. Una acción que motiva más a un benjic él entraba una y otra vez mientras sostenía las piernas de alyssane que a su vez estimulaba su clítoris, benjic y alyssane a punto de acabar, gemían en perfecta melodía indicando que su orgasmo estaba a solo segundos, benjic tomo los pechos de alysanne con sus manos mientras alyssane apretaba sus piernas contra las caderas de benjic indicándole que quería que dejara su semilla dentro de ella, benjic obedeció y con varias estocadas ambos llegaron al tan anhelado orgasmo. benjic besó a alyssane y entre sus besos se escapaban pequeñas risas acompañadas de caricias.
Luego de su momento apasionado, a través del balcón se filtraban las luces de la luna. Alyssane se encontraba observándolas mientras Benjic acariciaba su espalda.

Alyssane volteó a ver a Benjic, quien la miraba con una sonrisa.

Todos se preguntaban por la ausencia de Lord Benjic, quien se suponía debería tomar cartas en el asunto sobre el tema de Ser Lucan, pero no lo encontraban en ningún lado, lo cual molestó al consejo. Uno de sus más leales amigos dedujo dónde se encontraba y con quién, y fue a avisarle sobre lo sucedido.
Benjic se dispuso a presentarse al consejo. Mientras se vestía, Alyssane lo admiraba y ambos compartían miradas.

—Te ves hermosa bajo la luz de la luna —dijo Benjic, abrochándose la camisa.

—Y tú te ves muy apuesto, como siempre —respondió Alyssane con una sonrisa.
Benjic se acercó y le dio un beso suave en los labios antes de salir de la habitación.
—Tengo que irme, mi amor. El deber me llama.
—Lo sé. Ve y haz lo que debes. Estaré aquí esperando tu regreso.
Benjic asintió y salió de la habitación, dejando a Alyssane con una mezcla de emociones mientras observaba cómo se alejaba a toda velocidad.
Antes de salir por la puerta, Benjic comentó:
—Continuaremos esto más tarde.
Alyssane no pudo evitar soltar una carcajada y, con una sonrisa juguetona, le lanzó un cojín.
—¡Adelante, Lord Blackwood!—dijo con una risa—. Nos vemos después.
Benjic atrapó el cojín en el aire y sonrió antes de salir definitivamente. Alyssane lo observó como salía de la sala, sintiendo una mezcla de anticipación y cariño.
Alyssane pensó que debería estar enojada con él, pero Benjic tenía ese algo que hacía que ella perdiera la razón. Suspiró, dejándose caer de nuevo sobre la cama. Aunque la situación con Ser Lucan la perturbaba, no podía negar el poder que Benjic ejercía sobre sus emociones. Sus pensamientos se debatían entre la razón y el amor mientras miraba las luces de la luna filtrándose por el balcón.
—Valiente madre, dame fuerzas —murmuró para sí misma.