Capítulo 1: Un respiro en Mónaco

127 3 0
                                    

El sol de la Costa Azul brillaba intensamente sobre Mónaco cuando el jet privado de Sofía tocó tierra en el aeropuerto de Niza. A sus 21 años, Sofía era una cantante argentina aclamada mundialmente por su voz potente y sus letras emotivas. Después de meses agotadores de giras y grabaciones, anhelaba un descanso en este pequeño paraíso de la Riviera Francesa.
Sofía fue recibida en la pista por sus amigas de toda la vida, Camila y Laura, quienes la esperaban con abrazos efusivos y sonrisas radiantes.
—¡Sofía, finalmente estás aquí! —exclamó Camila, abrazándola con entusiasmo.
—¡Chicas, las extrañé tanto! —respondió Sofía, devolviendo el abrazo con cariño—. Gracias por organizar este viaje. Realmente necesito desconectar y recargar energías.
El trayecto en automóvil desde Niza hasta Mónaco fue breve pero impresionante, con vistas panorámicas del mar azul y la costa salpicada de palmeras. Al llegar al elegante penthouse que habían alquilado para su estancia, Sofía se maravilló con la vista del puerto lleno de yates lujosos y el brillo dorado del sol sobre las aguas tranquilas.
—¡Es increíble! —exclamó Sofía, asomándose al balcón—. Realmente eligieron el lugar perfecto.
—Queríamos que fuera especial para ti, Sofía. Aquí podrás descansar y encontrar la inspiración que necesitas para tu próxima música —dijo Laura, sirviendo champaña para celebrar.
Después de instalarse y disfrutar de un almuerzo ligero en el penthouse, decidieron explorar Mónaco. Pasearon por las calles llenas de tiendas elegantes y cafés acogedores, deteniéndose ocasionalmente para tomar fotos y disfrutar del ambiente único de la ciudad.
Por la tarde, se dirigieron hacia el puerto para disfrutar de un paseo en yate, cortesía de un amigo de Laura que tenía una embarcación privada. Navegaron por la costa, admirando las villas impresionantes y las vistas panorámicas que Mónaco ofrecía desde el mar. Sofía se sentía relajada y feliz en la compañía de sus amigas, disfrutando del lujo y la belleza natural que rodeaba a este pequeño principado.
Al atardecer, regresaron al penthouse para prepararse para un evento benéfico en el Hotel de Paris, un elegante evento de gala que prometía atraer a la élite de Mónaco. Sofía lucía deslumbrante con un vestido largo de diseñador que realzaba su figura y resaltaba su belleza latina. Camila y Laura también estaban radiantes, emocionadas por la noche de caridad y la oportunidad de disfrutar de la alta sociedad de Mónaco.
El evento estaba en pleno apogeo cuando Sofía entró al salón principal del Hotel de Paris. La música en vivo resonaba en el aire mientras invitados elegantes conversaban y disfrutaban de cócteles. Sofía se movía con gracia entre la multitud, saludando a conocidos y haciendo pequeñas charlas con los presentes.
En un momento dado, mientras se acercaba a la mesa de los aperitivos, sintió que alguien chocaba contra ella, derramando accidentalmente champán sobre su vestido recién estrenado.
—¡Ay! ¡Lo siento mucho! —exclamó Sofía, sorprendida y molesta por el incidente.
Al levantar la vista, se encontró con un hombre de mirada intensa y gesto serio que también estaba tratando de limpiarse el líquido derramado de su traje elegante.
—Deberías prestar más atención a dónde vas —respondió el hombre con frialdad, sin siquiera mirarla directamente.
—Fue un accidente, lo siento mucho —replicó Sofía, sintiéndose incómoda por la situación y un poco irritada por la actitud del hombre.
Camila y Laura llegaron rápidamente, notando la tensión en el aire.
—¿Estás bien, Sofía? —preguntó Laura, preocupada.
Sofía asintió con una mueca de frustración.
—Sí, solo fue un pequeño percance. Pero este tipo... —comenzó a decir, antes de ser interrumpida por el hombre que la había chocado.
—No tengo tiempo para esto —dijo el hombre con impaciencia, dando media vuelta para alejarse.
Sofía lo observó alejarse con una mezcla de confusión y molestia. No entendía por qué había sido tan cortante y distante desde el primer momento. Sacudiendo la cabeza para despejar esos pensamientos, se volvió hacia Camila y Laura, quienes intercambiaban miradas preocupadas.
—¿Quién era ese tipo? —preguntó Sofía, frunciendo el ceño—. No me gustó su actitud para nada.
Laura suspiró, tratando de calmar las aguas.
—Ese era Lando Norris, el piloto de Fórmula 1. Es conocido por ser bastante reservado y directo. Tal vez estaba teniendo un mal día.
Sofía frunció el ceño aún más, sintiendo que esta noche no estaba empezando como esperaba.
—Bueno, espero no tener que verlo de nuevo. No me agradó para nada —dijo Sofía, cruzándose de brazos con frustración.
Laura asintió en silencio, preocupada por el impacto de este primer encuentro en el resto de su estancia en Mónaco.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir en la lujosa habitación del penthouse, Sofía no podía sacarse de la cabeza la imagen de Lando Norris y su inexplicable hostilidad. Se prometió a sí misma mantenerse alejada de él durante el resto de su tiempo en Mónaco, pero el destino tenía otros planes para ambos.

Entre Notas Y Carreras (Lando Norris) 🏎️🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora