Capítulo 4: Confusión y Desconfianza

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El sol de la mañana iluminaba las calles de Mónaco, y aunque el día prometía ser hermoso, Sofía se despertó con un nudo en el estómago. Aún no podía quitarse de la mente los eventos de la noche anterior. Había esperado que la disculpa de Lando hubiera significado un cambio en su actitud, pero la realidad había sido otra. Cada vez que pensaba en su comportamiento en el club, la frustración volvía a apoderarse de ella.

—¿Por qué tiene que ser tan difícil? —murmuró mientras se levantaba de la cama y se dirigía al balcón.

La brisa marina la recibió, y por un momento, intentó dejar que el paisaje calmara sus pensamientos. Se preparó un café y decidió salir a caminar, esperando que el aire fresco y el movimiento la ayudaran a aclarar su mente.

Laura y Camila se unieron a ella poco después, preocupadas por su estado de ánimo. Juntas, caminaron por las pintorescas calles empedradas de Mónaco, disfrutando del bullicio matutino y el encanto del lugar.

—¿Estás bien? —preguntó Laura, colocando una mano en el hombro de Sofía.

—Sí, solo... estoy un poco confundida. No puedo entender a Lando. Un día es amable y al siguiente es completamente insoportable —respondió Sofía, suspirando.

—Lo entiendo. Pero no dejes que eso arruine tu viaje. Estamos aquí para disfrutar —dijo Camila, tratando de animarla.

—Tienes razón. No quiero que esto me afecte más de lo necesario —concedió Sofía, forzando una sonrisa.

Decidieron pasar el día explorando más de Mónaco, visitando boutiques y disfrutando de la cocina local. Intentaron hacer que Sofía se olvidara de sus preocupaciones, pero ella no podía evitar que su mente volviera una y otra vez a Lando.

Por la tarde, recibieron una invitación inesperada. Max Verstappen las había invitado a una barbacoa que él y algunos de los otros pilotos de Fórmula 1 estaban organizando en una villa cercana. Aunque Sofía dudó al principio, sus amigas la convencieron de que sería una buena oportunidad para relajarse y quizás obtener algunas respuestas.

—¿Qué tienes que perder? Además, Max parece un buen tipo, y Carlos también estará allí. Puede que no veas a Lando —dijo Laura con una sonrisa alentadora.

Sofía aceptó a regañadientes. Se prepararon y tomaron un taxi hacia la villa. Al llegar, fueron recibidas por una vista impresionante. La villa tenía una vista panorámica del mar y una piscina infinita que parecía fundirse con el horizonte.

Max y Carlos las saludaron calurosamente. La barbacoa estaba en pleno apogeo, con música suave de fondo y el aroma tentador de la comida llenando el aire. Sofía notó a otros pilotos de Fórmula 1 y sus parejas, incluyendo a George Russell, piloto de Mercedes, y su novia Carmen, así como a Charles Leclerc y su novia Alexandra.

—Hola, chicas. Me alegra que hayan podido venir —dijo Max, ofreciéndoles bebidas.

—Gracias por invitarnos, Max. Esto es increíble —respondió Camila, mirando alrededor.

Sofía intentó disfrutar del ambiente, aunque la presencia de Lando la ponía nerviosa. Fue entonces cuando Carmen y Alexandra se acercaron, sonriendo amigablemente.

—Hola, soy Carmen. Tú debes ser Sofía, ¿verdad? —dijo Carmen, extendiendo la mano.

—Sí, mucho gusto, Carmen —respondió Sofía, estrechando su mano.

—Y yo soy Alexandra. He escuchado mucho sobre ti. Tu música es maravillosa —añadió Alexandra con una sonrisa cálida.

—Gracias, eso significa mucho para mí —dijo Sofía, sintiéndose un poco más relajada.

Entre Notas Y Carreras (Lando Norris) 🏎️🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora