Capítulo 2: Vidas entrelazadas

115 3 0
                                    

La mañana siguiente amaneció radiante en Mónaco, con el sol bañando la costa y una suave brisa que traía consigo el aroma salado del mar. Sofía despertó temprano, aún con el incidente de la noche anterior rondando en su mente. Decidida a no dejar que ese desafortunado encuentro arruinara su estancia, se propuso disfrutar al máximo el día con sus amigas.

Después de un desayuno tranquilo en el balcón del penthouse, decidieron explorar el famoso Mercado de la Condamine. El bullicio del mercado, con sus puestos coloridos llenos de frutas frescas, flores y productos locales, ofrecía un contraste encantador con la opulencia del casino y el evento benéfico de la noche anterior.

—Este lugar es simplemente encantador —comentó Sofía, mientras probaba una muestra de queso artesanal ofrecida por un amable vendedor.

—Es perfecto para despejar la mente —añadió Camila, sonriendo mientras inspeccionaba un ramo de lavanda.

Laura, siempre atenta a las oportunidades, sugirió que fueran a visitar el Oceanográfico de Mónaco. Sofía aceptó con entusiasmo, emocionada por la idea de ver de cerca la vida marina.

El Oceanográfico, con sus impresionantes tanques y exhibiciones, no decepcionó. Sofía se encontró fascinada por los coloridos peces tropicales, los tiburones imponentes y las delicadas medusas que parecían bailar en el agua. Fue un respiro bienvenido de su ajetreada vida de celebridad, permitiéndole reconectarse con la belleza del mundo natural.

—Este lugar es realmente mágico —dijo Sofía, mientras observaba un tanque lleno de corales y peces de colores vibrantes.

—Es como un sueño bajo el mar —respondió Laura, tomando fotos para recordar el momento.

Después de una mañana relajante, decidieron almorzar en un restaurante cercano al puerto. La terraza del restaurante ofrecía una vista panorámica del mar y de los yates anclados, creando el escenario perfecto para una comida tranquila.

—¿Algún plan para esta tarde? —preguntó Camila, mientras disfrutaban de una deliciosa paella.

—Podríamos visitar el Palacio del Príncipe, he escuchado que la vista desde allí es impresionante —sugirió Laura.

—Me parece una excelente idea —respondió Sofía, sintiendo que el día iba tomando un giro positivo.

Sin embargo, el destino tenía otros planes. Mientras paseaban por el puerto después del almuerzo, Sofía notó un grupo de personas congregadas alrededor de un yate. La curiosidad la llevó a acercarse, solo para encontrarse cara a cara con Lando Norris, quien parecía estar dando una entrevista improvisada a un grupo de periodistas deportivos.

Lando la vio casi de inmediato, su expresión cambiando de una leve sonrisa profesional a una mirada de reconocimiento y sorpresa. Sofía sintió un nudo en el estómago al recordar el encuentro de la noche anterior, pero decidió mantener la compostura.

—¿Qué está haciendo él aquí? —murmuró Camila, claramente reconociendo al piloto de Fórmula 1.

—Deben estar cubriendo alguna noticia deportiva —respondió Laura—. Mónaco es famoso por su Gran Premio, después de todo.

Intentando evitar un segundo encuentro incómodo, Sofía se dio la vuelta para marcharse, pero fue demasiado tarde. Uno de los periodistas la reconoció y, en un intento de conseguir una exclusiva, llamó su atención.

—¡Sofía! ¡Sofía, un momento por favor! —gritó el periodista, atrayendo la atención de todos, incluido Lando.

Sofía suspiró, sabiendo que no podía ignorar la llamada sin parecer grosera. Se giró lentamente, forzando una sonrisa mientras el periodista se acercaba.

Entre Notas Y Carreras (Lando Norris) 🏎️🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora