Sofía no iba con expectativas altas a la comida en el departamento de Lando. Al llegar, notó que Clara también había sido invitada, pero decidió no darle importancia. El ambiente estaba animado, con Carlos y Charles presentes, además de varios amigos de Lando. A pesar de la incomodidad inicial, Sofía estaba decidida a disfrutar la noche.
—¡Sofía, bienvenida! —exclamó Lando al verla entrar, dándole una sonrisa amistosa.
—Gracias por invitarme —respondió Sofía con una sonrisa leve, tratando de mantener las cosas neutrales.Se unió a la conversación con Carlos y Charles, disfrutando de la compañía y las risas. Sin embargo, durante la comida, Clara se acercó a Sofía y comenzaron una conversación que rápidamente se tornó incómoda.
—¿Así que eres la famosa cantante? —preguntó Clara, con un tono ligeramente sarcástico.
—Sí, así es —respondió Sofía, manteniendo la calma.
—Debes estar muy ocupada con tu gira y todo eso. ¿No te resulta difícil mantener amistades con tanto trabajo?
—Es un desafío, pero tengo amigos increíbles que me apoyan —contestó Sofía, sintiendo la tensión en el aire.
—¿Amigos como Lando? —preguntó Clara, levantando una ceja—. Parece que ustedes dos tienen una relación interesante.
—Lando y yo somos amigos, nada más —respondió Sofía, intentando mantener su compostura.
—Bueno, espero que las cosas sigan así. No querría ver a nadie herido —dijo Clara, sonriendo de manera poco amigable.
La conversación se volvió más acalorada, pero antes de que pudiera escalar, Lando intervino para cambiar de tema. La noche continuó, y todos decidieron jugar a un juego de charadas para romper el hielo. Las risas llenaron el departamento mientras trataban de adivinar las actuaciones ridículas de los demás.Carlos, siempre el bromista, decidió imitar a un toro, lo que provocó carcajadas en todo el grupo. Sofía se unió a la diversión, olvidando momentáneamente la incomodidad con Clara.
—¡Eres terrible en esto! —le dijo Sofía a Carlos, riendo.
—¡Oye, al menos lo intento! —respondió Carlos, fingiendo estar ofendido—. Pero tú tampoco eres mejor.
—Quizás deberíamos formar un equipo la próxima vez —sugirió Sofía, sonriendo.
—¡Hecho! Pero solo si tú lideras —respondió Carlos, guiñándole un ojo.Después del juego, la noche empezó a terminar y los invitados comenzaron a irse. Sofía se ofreció a ayudar a Lando a recoger, lo que llevó a un momento de tensión que pronto se disipó en bromas y una conversación entretenida.
—¿Recuerdas la primera vez que nos encontramos? —preguntó Lando, sonriendo.
—¿Cómo olvidarlo? Derramar una bebida es clásico. —Sofía rió—. Estabas muy enfadado, qué raro - Sofia con un tono sarcástico mientras ríe.
—Bueno, tal vez un poco —admitió Lando, riendo también—. Pero mira, aquí estamos ahora.
—Sí, aquí estamos —respondió Sofía, sintiéndose más relajada.
Ambos se sentían bien, contentos de haber llegado a un entendimiento y disfrutando de la compañía del otro. Lando se detuvo un momento y miró a Sofía con una expresión seria.
—Sofía, quería disculparme por haber sido un idiota estas semanas. No he sido justo contigo.
Sofía lo miró sorprendida, pero asintió.
—Lo aprecio, Lando. Todos tenemos malos días. Yo también me he dejado llevar por mis emociones.
Lando sonrió, aliviado.
—Gracias por entender. Prometo que seré mejor.
La conversación se volvió más ligera y divertida, ambos compartiendo anécdotas divertidas y riendo juntos.
—Y entonces, Carlos decidió meterse en el estanque para recuperar su teléfono. ¡Fue un desastre total! —contó Lando, riendo.
—¡No me sorprende! Carlos siempre tiene esas ocurrencias —respondió Sofía, riendo también.Después de un rato, Lando se ofreció a llevar a Sofía al hotel.
—¿Te gustaría que te llevara al hotel? —preguntó Lando.
—Claro, gracias —respondió Sofía.Durante el viaje, ambos cantaban "Monaco" de LAGOS a todo pulmón, riendo cada vez que Lando intentaba pronunciar una palabra en español.
—¡Tú sí que eres malo para el español! —bromeó Sofía, riendo.
—¡No es mi culpa! Estaré dispuesto a que me des unas clases —replicó Lando, divertido.
De repente, Lando se desvió del camino.
—¿A dónde vamos? —preguntó Sofía, un poco nerviosa.
—Hay un mirador que quiero mostrarte —respondió Lando con una sonrisa tranquilizadora.
Sofía, aunque nerviosa, aceptó. Llegaron al mirador y la vista era impresionante. Las luces de Mónaco brillaban en la noche, creando una atmósfera mágica. Ambos se quedaron en silencio por un momento, disfrutando del paisaje.
—Es hermoso —dijo Sofía, rompiendo el silencio.
—Sí, lo es —respondió Lando, mirándola a ella en lugar de la vista.
Lando aprovechó el momento para volver a disculparse sinceramente.
—Sofía, enserio, repito, lamento mucho haber sido tan grosero contigo estas semanas. No era mi intención hacerte sentir mal.
Sofía lo miró y vio la sinceridad en sus ojos.
—Está bien, todo está bien Lando. Todos cometemos errores. Lo importante es que estás intentando enmendarlo.
Lando sonrió, aliviado.
—Gracias, Sofía. De verdad quiero que podamos llevarnos bien.
—Yo también, Lando. No tiene sentido seguir en esta guerra innecesaria —dijo Sofía, sonriendo.
—¿Sabes? Una vez casi me quedo atrapada en un ascensor con mi equipo entero. ¡Fue aterrador! —dijo Sofía, riendo.
—¿De verdad? ¿Y cómo salieron de ahí? —preguntó Lando, divertido.
—Finalmente logramos contactar al personal del hotel, pero estuvimos como veinte minutos atrapados. Fue una experiencia que nunca olvidaré.
Lando rió con ella, sintiendo que estaban reconstruyendo su amistad.
—¿Cómo lidias con la fama, Sofía? Debe ser agotador a veces —preguntó Lando, genuinamente interesado.
—Es difícil, no te voy a mentir. Hay días en los que solo quiero desaparecer y ser una persona normal. Pero amo lo que hago y tengo un equipo increíble que me apoya. Además, mis fans son lo mejor del mundo —respondió Sofía, con una sonrisa.
—Debe ser agotador siempre estar en el ojo público —dijo Lando, asintiendo—. Yo también tengo momentos en los que me gustaría ser anónimo, aunque sea solo por un día.
—¿Y cómo empezaste en el automovilismo? —preguntó Sofía, curiosa.
—Desde muy pequeño. Mi papá me llevó a ver una carrera cuando tenía seis años y me enamoré de inmediato. Empecé con karts y luego fui subiendo de categorías. Ha sido un camino largo y difícil, pero cada momento ha valido la pena —respondió Lando, recordando con nostalgia.
—Eso suena increíble. Siempre me ha fascinado cómo alguien puede dedicarse a algo desde tan joven y llegar tan lejos —dijo Sofía, admirada.
—¿Y tú? ¿Siempre quisiste ser cantante? —preguntó Lando.
—Sí, desde que era una niña. Mi abuela me enseñó a cantar y siempre me alentó a seguir mis sueños. Fue difícil al principio, pero con mucho trabajo y perseverancia, aquí estoy —dijo Sofía, sonriendo con cariño al recordar a su abuela.
—Debe haber sido un gran apoyo para ti.
—Lo fue. Siempre me decía que siguiera mi corazón y que nunca dejara que nadie me dijera que no podía lograrlo. Me enseñó a ser fuerte y a creer en mí misma —dijo Sofía, con un tono de nostalgia.
—Eso es hermoso, Sofía. Todos necesitamos a alguien que nos apoye de esa manera. Yo tuve a mis padres y a mi equipo, quienes siempre estuvieron ahí para mí, incluso en los momentos más difíciles —dijo Lando, sonriendo.
—¿Alguna vez dudaste de que lo lograrías? —preguntó Sofía, curiosa.
—Claro, muchas veces. Especialmente cuando las cosas no salían como esperaba. Pero siempre tuve esa pequeña voz dentro de mí que me decía que siguiera adelante, que no renunciara a mis sueños —respondió Lando, con seriedad.
—Es inspirador, Lando. Todos necesitamos esa voz interna que nos empuje a seguir, incluso cuando todo parece ir en contra —dijo Sofía, asintiendo.Con el tiempo, Sofía se quedó dormida en el hombro de Lando. Lando no dejaba de mirarla, notando lo tranquila que se veía. Ya era tarde, así que Lando la despertó suavemente.
—Sofía, es hora de irnos. Te llevaré al hotel.
Sofía abrió los ojos lentamente y asintió, todavía medio dormida.Llegaron al hotel, y Lando se despidió de ella dándole un beso en la mejilla y guiñándole el ojo.
—Nos vemos, Sofía. Cuídate —dijo Lando con su habitual tono coqueto y divertido.
—Nos vemos, Lando. Gracias por todo —respondió Sofía, sonriendo.
Al entrar a su cuarto, Sofía recibió un mensaje por Instagram. Era Lando, agradeciéndole por el día.
—"Gracias por hoy, lo pasé genial. Buenas noches, Sofía" —decía el mensaje.
Sofía no pudo evitar sonreír mientras leía el mensaje. Sentía que, a pesar de todo, las cosas estaban mejorando entre ellos. Con esa sensación de alivio, se dispuso a dormir.
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Por fiiin! Ya quería esa reconciliación! Se vienen lindos momentos para este par y estoy realmente feliz!
Espero les esté gustando, déjenmelo saber, al igual no olviden seguirme por aquí, se los agradecería mucho! Besos, nos vemos 🤍
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Entre Notas Y Carreras (Lando Norris) 🏎️🧡
FanfictionSofía, una célebre cantante argentina, se encuentra en la cúspide de su carrera, pero el agotamiento y la necesidad de encontrar nueva inspiración la llevan a Mónaco. Esperando un retiro tranquilo junto a sus amigas Camila y Laura, Sofía no imagina...