~° Capitulo 19 °~

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Vivir... una palabra que parece insignificante, tan efímera y delicada como morir...


VICTOR

-¡Victor! ¿Por qué faltaste tanto? ¿Estabas enfermo? ¡Tu hermana dijo que estabas enfermo! -dijo Edwin, muy preocupado mientras no dejaba de abrazarme.

-¿Ya te encuentras mejor? Hablamos con los maestros y gracias a Dios, ellos entendieron, así que no te preocupes por los trabajos o faltas. Todo está arreglado. -Miryam me miraba con una sonrisa amable.

-¿Por qué no respondías nuestros mensajes? Nos hubieras avisado, nos tenías muy preocupados. -Alexander no dejaba de caminar de un lado a otro-. ¡El festival es dentro de poco y tú decides faltar!

-Oye, Alexander, ten un poco de empatía, ¿no le ves la cara? Se ve que todavía no se recupera del todo. -dijo Cristian, quien me dio una sonrisa de boca cerrada-. Nos alegra que ya estés mejor, y por lo del festival no te preocupes, Alexander exagera.

-Cierto, el festival ya está todo listo. -Vanessa asintió-. Aunque ahora que volviste nos vendría bien que nos ayudaras con algunas cosas.

-Ya estoy mejor, ustedes díganme en qué les puedo ayudar y lo haré.

-En todo -dijo Alexander con un tono molesto.

Miryam le dio una mirada asesina-. Puedes ayudarnos con la obra de teatro y también con los escritores que vendrán. Necesitamos que alguien los reciba cuando lleguen y creemos que el mejor para hacerlo eres tú.

Los escritores. Aquella vez que fui a casa de Isabela, ella me dijo que quería que yo eliminara de la lista a los otros dos escritores. En ese momento no pensé bien... mi mente estaba muy nublada y asustada, no podía pensar con claridad. Ahora que lo recuerdo bien, será difícil decirles que ya no vengan, estoy seguro que ya están en la ciudad.

-Claro, puedo encargarme de recibir a los escritores -respondí, tratando de esconder mi preocupación-. Solo díganme a qué hora llegan y me aseguraré de que todo esté en orden.

-¡Gracias, Victor! -exclamó Edwin, visiblemente aliviado-. Sabíamos que podíamos contar contigo.

Mientras todos discutían los detalles del festival, mi mente seguía dándole vueltas a lo que Isabela me había pedido. ¿Cómo podría hacer para cumplir con su petición sin levantar sospechas? Y si no lo hacía, ¿qué consecuencias enfrentaríamos todos?

-Victor, ¿estás bien? -preguntó Miryam, notando mi silencio.

-Sí, solo un poco cansado -mentí-. Pero no se preocupen, estaré al 100% para el festival.

Tendré que pensar en algo. Miryam es la que organiza todo el festival y la que lleva las órdenes del director. Tal vez, si hablo con ella, ella podrá ayudarme a eliminar de la lista a los otros escritores, así solo vendrá Isabela.

-Tengo hambre, ¿vamos a la cafetería por algo de comer? -Lizz se levantó del sofá.

-Ve si quieres, yo no tengo hambre -respondió Edwin.

-Yo voy contigo -dijo Vanessa, levantándose del sofá. Tomó su bolsa de mano y caminó hacia Lizz-. No he comido nada desde que llegamos a la escuela.

Lizz asintió-. ¿Los demás no quieren ir? ¿No tienen hambre? No les traeré nada.

-Las acompaño -dijo Alexander-. Espero que tengan pastel de chocolate en la cafetería, si no qué pérdida de tiempo ir. ¿Victor, vienes? -dijo por encima de su hombro.

Entre Mentiras y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora